Un blog para compartir artículos sobre Análisis Existencial y Logoterapia

Dr. Frankl y Dr. Martínez-Romero en Caracas 1985
sábado, 16 de enero de 2016
lunes, 30 de noviembre de 2015
Familia: transmisora de valores y conductora del aprendizaje para la relación grupal de las personas
Dr. José Martínez-Romero Gandos
A Coruña – Galicia – España
Noviembre 2015
Nuestra tarea
como Logoterapeutas es preguntarnos si podemos hoy ayudar al Hombre
existencialmente frustrado a encontrar un sentido. Tal vez se piense que es
tarde para esta tarea. Creemos que no. La búsqueda de sentido es
específicamente humana y es, también, propio del hombre someter a crítica ese
sentido. El sentido no se nos dá por añadidura, debemos descubrirlo. No salta a
nuestra mirada como una síntesis automáticamente conformada. Se trata de un
descubrimiento paulatino, único y trabajosamente proyectado sobre el fondo de
la realidad circundante. ¿Cómo aprendemos a seguir este camino? Nuestra primera
maestra es la Familia, agente socializador excelente que nos permite la
búsqueda y la realización posterior de ese sentido de vida, personal, único y
autotrascendente.
Actualmente vivimos
en un mundo en crisis. Esta crisis puede definirse, sintéticamente, como la
“gran crisis de valores” en los comienzos del siglo 21. Nuestra sociedad consumista,
fanática, adicta, golpea en nosotros con una influencia importante que lleva a
la horrible sensación de “vacío”. Un vacío que muy bien ha descripto Viktor
Frankl en su libro “Ante el vacío existencial” (Editorial Herder). Comienza
nuestro maestro este libro diciendo: “En realidad hoy no nos enfrentamos ya,
como en los tiempos de Freud, con una frustración sexual, sino con una
frustración existencial”(...)”bajo un abismal complejo de falta de sentido,
acompañado de un sentimiento de vacío”. Luego nos explica que este vacío
existencial, que va a llevar a la mayoría de la población a una neurosis debida
a conflictos de conciencia, a colisión de valores, a frustraciones
existenciales que él denominó “neurosis noógena” (término originado en “nous”,
espíritu).
La familia
debe enseñar a amar y transmitir conocimientos de modo que el hombre-niño
preste oído atento al requerimiento de las situaciones de vida que va a
enfrentar, No nos alcanzan ya 10 mandamientos. Frankl dice que el hombre debe
estar capacitado para percibir los 10.000 mandamientos encerrados en 10.000
situaciones de su vida cotidiana. Nuestra sociedad en crisis presiona para
impedir la realización de este sentido creatural infiltrándose en la urdimbre
familiar y debilitando su estructura fundamental.
La
familia es la célula embrionaria fundacional del sentido y la primera escuela
de valores. Su salud o debilitamiento están ligados estrechamente a la suerte y
a la situación histórica de las comunidades o sociedades a las que influye y
por las que se ve influída. Es una red peculiar que otorga firmeza y unidad,
fuente de la energía por la cual la vida se hace mas humana. La educación que
realiza es una educación para la libertad y para la responsabilidad. Enseña a
distinguir lo que es esencial de lo que no lo es, lo que tiene sentido de lo
que no lo tiene, entre lo que se necesita para ser responsable y lo que es
superfluo.
Podemos
afirmar aquí que esta institución fundamental de la sociedad es una verdadera y
fundamental escuela de “reciprocidad”. De allí extraeremos los fundamentos que
nos permitirán, luego, manifestarnos en los diferentes grupos que integremos
con la actitud que definimos como de “autotrascendencia recíproca”. Cada uno de
los miembros de esa familia, persona única e irrepetible.
El
hombre, como persona trascendente, es la materia prima para construir la
comunidad de trascendencia reciproca que mencionamos. La familia es la escuela
principal porque su actuación está basada en un “pacto de amor”. El concepto de
familia asigna a cada uno de los miembros la acogida recíproca y en cualquier
edad. Lo contrario es la habitual patología de las relaciones interpersonales
en la familia. La educación (“conducir al hombre hacia su máxima realización y
trascendencia”) está basada en una infinita gama de manifestaciones culturales.
La preocupación por esta educación exige el cuidado de la salud de todos y esta
actividad de “cura” (cuidado) es la verdadera riqueza que cada familia posee.
El instrumento principal de cuidado es el amor. Este amor se manifiesta a
través de la comunicación y su alteración impide la participación y la
posibilidad de compartir y encontrarse.
Numerosos
son los estudios actuales que, desde la antropología, la psicología y la
sociología, subrayan la importancia fundamental para el logro de esa
reciprocidad de las relaciones madre-niño en los primeros días de vida. La
educación en esos momentos no es un rosario de afirmaciones intelectuales sino
una inconmensurable red de comportamientos vocales, visuales y tactíles que garantizan
la transmisión de la seguridad en el logro del sentido de la vida.
Sobre
una dotación biológica e instintiva la madre aporta los “valores” y la
“cultura”, manifestados en la simple y a la vez inefable, transmisión del amor.
La salud o el debilitamiento del niño están ligadas a la salud de la familia.
La crisis de ésta llevó a comunidades, sociedades o culturas, históricamente, a
la crisis y a la desaparición.
La familia
influye y es influída. Es una red peculiar que otorga firmeza y unidad, fuente de
la energía por la cual la vida se hace más humana. La educación que realiza es
una educación para la libertad y para la responsabilidad. Enseña a distinguir
lo que es esencial de lo que no lo es, lo que tiene sentido de lo que no lo
tiene, entre lo que se necesita para ser responsable y lo que es superfluo.
En
estos tiempos la institución “familia” ha sufrido como quizás ninguna otra,
acometida por las transformaciones amplias, rápidas y profundas de la sociedad
contemporánea. Su suerte se ha visto ligada al contexto de la situación
histórica de la sociedad en la cual se desarrolla.
Sobresaturados
de la sociedad de consumo, competitiva y masificada, la posibilidad de hallar
un sentido en la vida no depende del sexo, del coeficiente intelectual, del nivel
de formación académico, de la religiosidad o del carácter. El ser humano no
solamente busca un sentido sino que lo descubre por tres caminos: en el amar a
alguien, en lo que hace o crea y en las situaciones límites. En estas tres
situaciones o caminos posibles realiza su obra primordial y particular:
transformar el sufrimiento, la pérdida, la privación, el desastre o la soledad
en servicio.
Nadie
se salva en el individualismo. La comunidad es imprescindible “aún en las
peores circunstancias”. En las situaciones límites, tanto de la familia como de
las comunidades, podemos observar que su capacidad de superación depende de esa
“autotrascendencia recíproca”.
¡Y qué no hace
una familia sana, una madre, un padre o un hermano por lograr esos propósitos
de auténtica comunidad y ofrecer la actitud o el talante que ayude a superar la
crisis! La fuerza cohesionadora del amor hace posible la unión de personas
distintas permitiendo el despliegue de la existencia, respetando la libertad y
la autodeterminación para lograr el sentido individual y comunitario. Es una
ligazón fundada en un primer eslabón, que es el amor, y una cadena de
acontecimientos que conforma el “nosotros”.
Conceptos
absolutamente alejados de los componentes de odio y agresión insertos en todo
racismo, discriminación o abandono.
Para lograr
que la familia transmita el amor, la posibilidad de realización trascendente,
la consideración de los valores, la enseñanza de la libertad y la
responsabilidad y el sentido comunitario ésta debe fundarse en que cada amante
de la pareja fundacional conserve su identidad y peculiaridad pero supere el
individualismo en el compromiso de duración, permanencia y sentido comunitario.
La secularización conyugal, el individualismo erótico y el egoísmo atacan el
“nosotros” familiar y lo convierten en espacio inadecuado para la auténtica
comunidad que es la familia.
Si
la familia fracasa como promotora de la interiorización del hombre, como
transmisora de valores, como lugar de reflexión sobre el sentido de la vida,
como vida comunitaria y como lugar de aprendizaje y respeto por la autoridad,
los jóvenes retoños se sienten desprotegidos, solos y proclives a crisis y
adicciones. Su rebelión no es un hecho atípico, novedoso o temporal. Es la
respuesta angustiada a una sociedad, a una familia, a unos padres que promueven
exclusivamente el hedonismo, la masificación y el bienestar superficial.
En
este contexto la soledad del joven sin modelos válidos lo predispone a un vacío
interior. López Ibor solía decir que “la falta de sentido de la vida carga de
sentido a la droga”. En estas megalópolis en las que vivimos muchos padres
renuncian a su notable tarea formadora por omisión más que por elección. El
Estado complementa, en muchos aspectos, esta renuncia a asumirse como autoridad
formadora.
La
acepción universalmente aceptada del término “autoridad” la define como la
actividad que radica en llevar a los que están bajo su tutela a la posibilidad
de ser ellos mismo, de desarrollar su propia existencia en un crecimiento que
le permita ser artífice de su proyecto personal.
Nos
place, entonces, afirmar repetidamente el concepto de familia como unidad
creadora de proyectos y valores. Una unidad basada en el amor pero que debe
considerar la posibilidad de comunicación efectiva y afectiva entre sus
miembros, equilibrar la armonía entre la autoridad y la libertad de sus
hijos, promover la reflexión sobre los
valores y el sentido de la vida y no olvidar la integración psicológica y
social.
Cuando el otro
me ama, me identifica, me dice quien soy, como soy, como le apetezco. Esto
produce satisfacción y respondo con un movimiento semejante que hace a la
reciprocidad de la relación interpersonal. Esto será fundamental en nuestra
prédica sobre la posibilidad de recuperación de esta capacidad de amar y ser
para el otro en los grupos logoterapéuticos.
Si en los
grupos me preocupo solamente de mi me aparto de la posibilidad de comunicación
verdadera y de autotrascendencia recíproca. Cuando el otro reclama mi atención
me lleva fuera de mi realidad egocéntrica. Gracias a la mirada del otro conozco
lo distinto que hay en mí. Aunque esto provoque una gran angustia por “la
mirada del otro”. Superado el bloqueo que el otro me provoca con su mirada (“me
petrifica”) me reencuentro con la capacidad de ser “auténticamente” yo y
desarrollar un proyecto de vida que considere la existencia de la comunidad,
indispensable para mi realización.
Es la
capacidad de ser-allende-en-el-mundo-en-el-amor (Binswanger). Ser capaz de ser
con el otro, hacerme con el otro, co-ser, co-existir, existir juntos en el seno
de una comunidad.
Esta capacidad
de sentirse junto al otro abre a la posibilidad de solidaridad, de simpatía y
de compromiso. Ser uno y todo. Alojar dentro de mi a los otros y ser huesped de
ellos en su amor. Considerar como propios sus problemas y sufrir su pérdida con
inconmensurable pena. Descubrir que la soledad patológica no la produce la
pérdida del ser querido sino la imposibilidad de reconocer la profunda e íntima
relación con el amor que nos unía a ella. El otro del que recibimos la
identidad porque nos ha llamado por nuestro nombre.
En esto
consiste la esencia de la familia. Nombrar y hacer propio a cada uno de los
miembros.
Cuando debemos
asesorar en la consulta logoterapéutica sobre temas relacionados con la familia
nuestro proceder no será ni ideal, ni técnico ni aferrado a interminables
consideraciones teóricas. Los Logoterapeutas nos encontramos comprometidos en
ayudar al ser humano desde un enfoque humanista que ayude a superar el enorme y
creciente complejo de vacuidad que provoca nuestra sociedad consumista y
elitista.
Citaremos a
consulta a la familia completa, si es posible. Aplicaremos las técnicas básicas
de asistencia a un grupo en entrevista. Observaremos la posibilidad de
descubrir y analizar los valores fundamentales que los distinguen. Trataremos
que nuestra observación distinga aquello material que intenta imponerse sobre
lo espiritual, los condicionamientos sociales y económicos que provocan
alteraciones en el orden natural de la familia que es el amor y aquellos
índices generales de la comunicación interpersonal que se presentarán,
seguramente, alterados.
La
Logoterapia, miembro joven de un movimiento humanístico-existencial centenario,
busca el desarrollo de una acción que se proyecte sobre la comunidad
contribuyendo a la promoción y perfección del Hombre en función de valores
éticos de solidaridad y amor, logros en el marco superior de la responsabilidad
social y bienestar respetuoso de la dignidad creatural de la Persona. Para ello
tenemos muy claro que la Ciencia y la Técnica tienen que estar al servicio del
Hombre y no a la inversa.
Para
desarrollar nuestra tarea, en el marco de una actividad ético profesional,
ofreceremos un lugar de encuentro personalizante, un ámbito de reconciliación
con los valores, un campo de expresión de la conflictiva personal pero con
sentido de la responsabilidad común, respeto de la pertenencia cultural y la
realidad histórico-social de los consultantes.
Nuestra
tarea debe extenderse a la familia sin desconsiderar el análisis de la
condición de persona de cada uno de sus integrantes, que consideramos
constituídos bio-psico-social y espiritualmente. Postulamos a la Persona como
hipercompleja, indeterminada y posible, pluridimensional en la simultaneidad,
única e irrepetible, que culmina la afirmación de su esencia como ser creatural
en un paso mundano trascendente.
Definida
así la persona, nuestra tarea no descansa únicamente en las metodologías
utilizadas que pueden ser variadas y dinámicas, sino en ayudar al otro a
detenerse en el análisis de su situación presente, a posibilitar su apertura
atenta y a ofrecer una voz que apele a su sentido.
No
es tarea fácil. La exigencia de contribuir a la perfección de la Persona a
través de la promoción de valores éticos obliga a preparar Logoterapeutas que
en su paso por la vida universitaria y en los Institutos de formación haya
encontrado un modelo que considere primordiales y válidos estos conceptos de
libertad, de responsabilidad, de superación del vacío existencial, de
reencuentro con el sentido de la vida a pesar de todo, del fin trascendente de
este sentido y de la comunión valorativa personal y comunitaria. No debieran
tener lugar en este círculo trabajador cosmovisiones de persona y vida
epistemológicamente incoherentes ni profesionales débiles para aceptar las dificultades
personales y de modelo que no todos entienden por igual ni despliegan con la
misma intensidad o compromiso.
La Logoterapia
familiar no es, específicamente, una terapia de grupo sino un lugar de
encuentro para intercambiar y contrastar estilos de comunicación, fundamentos
valorativos y algo más. Lo que interesa saber no es el análisis de los
componentes inconcientes de cada integrante, ni ofrecer la racionalización de
una teoría de la cura, sino desarrollar una creatividad operativa centrada en
el descubrimiento paulatino de lo que oculta la naturaleza esencial de su
constitución que es el amor.
Allí reside el
alfa de nuestra tarea profesional. Cualquier Psicología que prescinda
del amor separa al ser humano de sus referentes originales e intencionales. La
cualidad trascendente de la realidad humana se potencia en el encuentro
auténtico de la coexistencia familiar. Para lograr éxitos en el campo de la
psicoterapia familiar debe combinarse las técnicas (estimulantes y bienvenidas)
con la incorporación de un elemento de arte que supere las limitaciones de la
Ciencia en la consideración de su genuina dimensión que es la dimensión
espiritual (Frankl).
Veamos
si podemos encontrar ahora la omega de nuestra profesión. En las
familias que consultan por conflictos se advierte una preocupación por la
ambivalencia frente a la autoridad, las crisis en el encuentro, la relación de
autoridad con los hijos y las dificultades en la vida comunitaria. Los
especialistas debemos buscar las verdaderas causas del conflicto no solamente
en el plano psíquico o social sino también en el plano noético, el terreno
espiritual verdadera señal de la crisis. La relación se manifiesta a los ojos
del Logoterapeuta como motivadora de desencuentros, agresiones mutuas,
discusiones que siempre suponen una lucha por el poder. Abandonaron la
preocupación fundamental de la pareja por ir en busca del otro, eliminar el
individualismo y participar de la intersubjetividad. Está latente la ruptura
poniendo el peligro el futuro de todos los miembros y de la familia como
institución.
Para
evitar esta ruptura y ayudar a la pareja a encontrar nuevas posibilidades de
encuentro es necesario cambiar la dirección de la crisis para favorecer la
concreción de un proyecto positivo.
Este
proceso común lo van desarrollando, con la ayuda logoterapéutica, aceptando
fallas, revisando fidelidades y créditos y buscando lugares en común para lo
indeterminado. Esta indeterminación apareció o va a aparecer en las situaciones
límite, en el sufrimiento, en la enfermedad, en el dolor o en la pérdida.
Superar la crisis es encontrar la “camaradería itinerante” para lograr
compromiso mutuo y superación de facticidades y límites. Límite máximo cuando
se trata de la muerte de alguno de sus miembros. La característica esencial del
ser humano se expresa en esta situación límite máxima que es la del amor más
allá de la muerte.
Oportunidad
trascendental. Posibilidad de rechazo de uno u otro miembro. Posibilidad de
caida en el egoísmo o el sinsentido. Imposibilidad de encuentro con el otro. O
realización de valores superando todas las barreras. Aún las de la muerte.
La
Logoterapia no ayudará al grupo familiar ni se llegará a una conclusión
positiva sobre la solución de problemas si no se ayuda a superar las barreras
que obstaculizan la realización de los valores, motivo básico expresado en el
sentido trascendente de la existencia. El Logoterapeuta se dirige al otro,
apela al “sé conmigo” con estos valores, insta a la superación de las facticidades y muestra la importancia
de los sentimientos frente al otro.
La
ayuda principal reside en la reconciliación con estas tres áreas fundamentales:
los valores, la relación trascendente y la importancia del otro. La expansión
de cada uno y todos estos sentimientos se convertirá en un escudo protector
contra la violencia, el desprecio, la agresión, la indiferencia y la
infidelidad. La actividad profesional implicará juegos de dramáticos silencios
convocantes, actitudes de espera, continencia de la angustia, desarrollo de
caminos de libertad sin imposiciones, creando el lugar apropiado para la
confianza y desarrollando una creatividad técnica basada en la imposición de
“palabras límites”: fe, camaradería, sufrimiento, sentido, esperanza, amor,
solidaridad, cuidado del otro, que forman parte de lo que en algunas
Conferencias denominamos “el almacén logoterapéutico”.
La
labor del Logoterapeuta se centrará en los procesos de interacción que ocurren
entre sus miembros coordinando las reflexiones sobre las situaciones presentes
y futuras. Buscará ayudar a establecer nuevos modelos de relación vincular.
Para ello deberá apelar a las enseñanzas teóricas y prácticas que nos llegan
desde la Dinámica Grupal.
Con
el desarrollo de estas actividades habremos ayudado a superar las barreras que
imposibilitaban la plenitud de las relaciones familiares y habremos asegurado
la condición esencial de la familia como transmisora de valores y como
conductora del aprendizaje de las relaciones grupales. El capital fundacional
de esta institución básica en el desarrollo social, la familia, se basa en la
adquisición de ese entramado de relaciones amorosas cotidianas que permitirán
la trascendentalidad recíproca.
jueves, 12 de noviembre de 2015
CAMINOS QUE NOS CONDUCEN AL ANÁLISIS EXISTENCIAL: Actualidad de la re-lectura de autores clásicos.
Dr. José
Martínez-Romero Gandos
A Coruña,
Galicia, España
2015
"Yo había
encontrado mi religión: nada me parecía más importante que un libro.
En la biblioteca veía
un templo." Jean-Paul Sartre
Principio del
formulario
RESUMEN: En esta presentación queremos destacar los avances
realizados en el Análisis Existencial y la práctica de la Psicoterapia
Existencial. Muchos trabajos presentados en varios Congresos de carácter
internacional nos hablan sobre el desarrollo de esta práctica. Los
Psicoterapeutas Existenciales debemos trabajar para mostrar al mundo nuestros
proyectos, práctica e investigación de acuerdo a los conceptos fundamentales de
esta teoría. Tenemos que aumentar nuestro bagage teórico que nos lleve a releer
a los autores clásicos. Proponemos
con este trabajo una comparación entre autores clásicos.[1]
SUMMARY: In
this presentation we want to emphasize the advances that have been realized in
the Existential Analysis and Psychoterapy practice. A lot of works presented in
several Congress of international character speak to us about the Existential
Analysis development. The intention of the Existential Psychotherapists is to
work to show to the world our projects, practises and investigations in
agreement to the fundamental concepts of this theory. We need to increase our
theoretical bagage returning to re-read classic authors. We propose in this
work a comparison between classics authors.
En esta
presentación deseo subrayar el desarrollo continuado e intenso de los trabajos
teóricos y clínicos en el campo de la Psicoterapia Existencial en Latinoamérica
en los últimos quince años. Trabajamos para mostrar al mundo como promovemos,
proyectamos, practicamos e investigamos según los principios de la Analítica
Existencial. Del tronco central de nuestra teoría se desprenden ramas que
aportan las diversas miradas enriquecedoras.
En el XIII
Congreso Argentino de Logoterapia realizado en el año 1998, a poco de sufrir la
comunidad científica la desaparición física de Viktor E. Frankl, me permití
anunciar en una presentación la necesidad para la Logoterapia de entrar en el
S. XXI sin la presencia del Maestro pero contando con sus consejos precisos y
admirables. Proceder a su desarrollo sin la presencia de “gurúes” surgidos tras
su desaparición. Parece que, en ese sentido, vamos por el buen camino.
La Psicoterapia
Existencial nos exige a los responsables de su realización en el campo de la
Salud una marcha hacia el
desarrollo por los caminos de la fundamentación, de la aplicación de la teoría
a la práctica, de las investigaciones basadas en tests y estadísticas y en
nuestro compromiso.
Este compromiso obliga a
considerarla más que una mera ciencia como un elemento de arte y sabiduría
donde técnica y encuentro desaparecen como dicotomía.
Son claras las necesidades de
nuestra disciplina en el campo investigativo. Es una tarea que, con agrado,
hemos desarrollado muchos de nosotros y que ha promovido numerosos discípulos
que aplican esos avances con creatividad y responsabilidad.
Pero no se han realizado los
estudios comparativos necesarios entre diferentes autores, no se ha producido
la tan necesaria sistematización de datos, no somos muy afectos a la validación
de nuestra tarea por jueces externos por aquello de sostener la “co-visión” y
rechazar la “supervisión” y las comunicaciones entre investigadores son muy
pocas y se limitan a estos encuentros periódicos.
Es necesaria una mayor
motivación para que aumente la asistencia a cursos dictados por prestigiosos
profesionales que ayuden a dilucidar definiciones operacionales fundamentales
sobre conceptos como, por ejemplo, “auto-trascendencia”, “libertad”,
“responsabilidad”, “sentido de vida”, “el poder desafiante del espíritu”,
“situación límite” y “capacidad de enfrentar la enfermedad”, especialmente en
las enfermedades graves, crónicas o terminales.
Esta
descripción de los aspectos principales a tener en cuenta para la validación
del Análisis Existencial y la Psicoterapia Existencial quiere animarlos y
desafiarlos, en su más profundo sentido etimológico, para que contribuyan con
su trabajo y creatividad al desarrollo de esta disciplina.
Nuestro trabajo es algo más que
una técnica. Es apelación. Es cura del otro. Es arte y compromiso. Debemos
transmitir nuestro poco saber a los jóvenes, Psicoterapeutas Existenciales del
siglo XXI, quienes deben mantener encendida la antorcha que guiará nuestras
investigaciones.
Lo obvio, lo cotidiano, lo rutinario
no aparece ante el experto, en este caso el Psicoterapeuta, de acuerdo a
cánones académicos que puedan ser predeterminados. Nuestro sujeto de análisis
está determinado por su proceso histórico y el “aquí y ahora” de su
circunstancia. Esa Persona frente a nosotros es el producto de su temporalidad,
de su “anclaje” inevitable a un “dasein”, de su modo peculiar de
ser-en-el-mundo que se encuentra con otro, en este caso un profesional, que
apela a él para que lo ayude a superar esa circunstancia limitante y produzca
una respuesta “singular, única e irrepetible”.
No es simple el mecanismo mediante
el cual la Ciencia pretende alcanzar “objetividad”. Cuando el fenomenólogo
encara este aspecto del conocimiento llama “objetividad” al no-cubrimiento de
la realidad. Pretende aceptar que no es él, el científico quien alcanza “cierto
grado de objetividad”. Es la “subjetividad” del entrevistado quien la
“des-cubre”. El paciente y su realidad, establecen un diálogo, una comunicación
en la que ésta se revela a los ojos del Psicoterapeuta que la quiere ver.
La Psicoterapia es el ámbito del
encuentro, ideal, casi experimental, en el que se favorece un clima de coexistencia
honda y profunda. Todos los recursos disponibles para el terapeuta no deben
basarse en un “sistema” sino en una “actitud” que favorezca la eclosión de la
intersubjetividad. Solamente en la comunicación con el otro descubrimos y nos
descubrimos. Es el comienzo del “asombro”, fundamento de la Filosofía.
Para poder comprender este proceso y
avanzar, día a día, en el conocimiento del otro debemos formarnos a partir de
la comunicación interprofesional que tiene una faz importante en la realización
de Congresos como en el que estamos inmersos.
Mi misión, en esta oportunidad, se
vería colmada en su realización si pudiera transmitirles el interés que
despierta en los ámbitos científicos el desarrollo de la Analítica Existencial,
especialmente en el área Latinoamericana. Europa siempre ha sido centro de su
desarrollo y ha realizado en Londres, en mayo de 2015, un Congreso Mundial de
Psicoterapia Existencial y el próximo se realizará en Buenos Aires en abril de
2019.
Nuestra alegría inicial deja paso a
cierta desazón porque contamos en Latinoamérica con escasas publicaciones y nos
falta acceder a su traducción al inglés para su lectura universal. Dejo
constancia del elevado desarrollo de la Analítica Existencial en China, Rusia,
Grecia y por supuesto en Austria, Inglaterra, Francia y Países Bajos. A ellos
debemos llegar con nuestras investigaciones y proyectos
Un camino siempre oportuno es la
re-lectura de los autores clásicos en nuestra disciplina. Este camino tiene
muchos puntos de inicio, muchas bifurcaciones y accesos laterales. Un modo
habitual, lleno de seguidores y también detractores, es comenzar por Heidegger.
Nos dice Ludwig Binswanger que
“entendemos por análisis existencial un sistema antropológico que apunta a la
esencia del ser humano. Su nombre y su base filosófica derivan del “Análisis
del ser” de Heidegger. Es un mérito suyo el haber descubierto una estructura
fundamental de la existencia y el haberla descripto en sus partes esenciales,
es decir, en su estructura de ser-en-el-mundo.”
Mucho hay que leer y trabajar en
seminarios para comprender cabalmente la obra del autor de “Ser y Tiempo”.
Es lo que ha hecho Binswanger en su
tiempo para poder afirmar, luego, que
“Todo esto nos lleva solamente a las puertas más exteriores de la ontología
fundamental de Heidegger o de su “Análisis del ser” y justamente al umbral del
análisis antropológico o existencial, que se inspiró y fundó en el primero. (…)
A este propósito debo mencionar que mi crítica positiva de la teoría de
Heidegger me ha conducido a ampliarla: al ser en el mundo como ser de la
existencia por amor a mi mismo (que Heidegger denominó “cuidado” o “cura”,
yuxtapuesto al “ser-allende-el-mundo” como ser de la existencia por amor a
nosotros.”
Riquísimo camino si optamos por
estudiar profundamente a Binswanger. Camino lleno de oportunidades y
conocimiento porque en él nos encontraremos con referencias a E. Minkowski, a
Erwin Straus y a von Gebsattel y un atajo hasta los trabajos de Roland Kuhn
sobre Interpretaciones de las máscaras en el test de Rorschach escrito en el
año 1945.
Seguramente no nos quedaremos
extasiados solamente ante la escuela alemana que aún puede completarse con los
magníficos trabajos de Von Uexküll y de von Weizsaecker, firme defensor de la
unidad polar entre sujeto y objeto.
Un camino al que éramos afectos los
que estudiábamos la Psicología Existencial allá por los años 1970 en Buenos
Aires era el seguimiento y lectura de los autores de lo que podríamos denominar
“la Escuela Francesa”: Sartre, Simone de Bouvoir o Eugène Minkowski.
Un mentor y formador de varios
discípulos algunos aquí presentes, el Dr. Pablo Rispo, que lamentablemente no
está entre nosotros, nos introdujo en el estudio de Sartre, Binswanger y
Minkowski junto a su esposa Francoise Minkowska especialista en Rorschach,
entre otros.
Como anécdota agregaré que en los
círculos estudiantiles y en algunas cátedras se discutía la formación en la
Analítica Existencial de Jacques Lacan, que más tarde se uniría al
Psicoanálisis, formando su propia escuela de conocida influencia en círculos
porteños.
No acreditaban la formación
existencial de Lacan nuestros colegas y buscaban subterfugios innecesarios para
su justificación. Frutos en el camino que no esperaban encontrar.
Las principales raíces como
exponente de la corriente existencial de J.P. Sartre abrevan en la afirmación
que todo acto humano contiene una intencionalidad de conciencia, distinguiendo
tres regiones del ser: el ser-en-sí, el ser-para-si y el ser-para-el-otro. Sus
descripciones sobre la vivencia de la nada, la vivencia de la angustia y su
manifestación principal el vacío existencial dieron pié a la formulación de
estudios de otros importantes autores.
La concepción de Sartre de las tres
dimensiones temporales (pasado, presente y futuro) y de los éxtasis de la
temporalidad reconocen la influencia de Heidegger. Decía Rispo que “Sartre era
el filósofo de la acción”. Sartre criticó a todos los teóricos que hablan del
ser del hombre sin un compromiso social adecuado. A partir de una
interpretación malintencionada por parte de ciertos círculos de la influencia
negativa de Sartre en la formación de Analistas Existenciales su figura y su
obra no han sido estudiadas convenientemente. Es un camino que sugiero
transitar sin prejuicios y abrevar en los múltiples e importantes aportes de
este autor.
Dijimos que los caminos son
múltiples. Podemos seguir esta andadura por la referencia a Sartre y llegar a
Holanda. Una anécdota que pocos conocen es aquella que describe la visita de
Sartre y Simone de Bouvoir a Holanda. Lo hicieron en el año 1946. Sartre fuera
invitado por van Lennep a dar una conferencia en la ciudad de Utrecht donde él
era profesor. Acababa de terminar la IIa. Guerra Mundial y Sartre llevaba
publicadas novelas y estudios filosóficos.
Los neerlandeses no conocían esa
obra apreciada por los intelectuales del mundo entero. Sabían y consideraban que
Sartre no era ni el primero, ni el principal, ni el más original de los
pensadores existenciales de post-guerra. Se apreciaba, sí, que fuera uno de los
pensadores que vulgarizaran el pensamiento de esta corriente filosófica a
través de obras de teatro y novelas.
Recordamos que la influencia
principal de Sartre consistía en su pensamiento dominado por la tesis de que el
hombre es libre. Esta libertad es la consecuencia directa de la conciencia
humana que distingue a éste de otros hombres y de las cosas. Se puede afirmar,
entonces que el hombre es el único que puede dar sentido a su vida. Una
conciencia que lo condena a ser libre pues sabe que aún en el encuentro con
otro hombre su existencia es única e irrepetible y esta condición lo aparta en
una soledad inevitable.
Ni muy conocido y bastante criticado
en los Paises Bajos Sartre fue invitado para poder realizar coloquios
destinados a aclarar su pensamiento. A sus conferencias asistieron críticos y
defensores. Entre los que lo apoyaban, D.J. van Lennep, opuesto vigorosamente a
sus detractores considerando que sus estudios filosóficos y psicológicos “son
de la máxima importancia para la psicología científica” (van Lennep dixit).
Van Lennep había nacido en Suiza y
se había radicado en Utrecht donde creó la Oficina Municipal para la
Orientación Profesional. Dirigiera, asimismo, la Fundación Nerlandesa para la
Psicotecnia, aún sin formación específica y proviniendo de la Teología. Sus
colegas lo consideraban una feliz combinación de hombre de ciencia y un
visionario intuitivo, atribuyéndole cierta genialidad. Todo esto en medio de
controvertidas opiniones sobre la moda de la Quiromancia, la Grafología y la
Astrología, imperante por esos años en varias partes de Europa.
Su actitud comprometida lo llevó a
terminar estudios de Psicología y cierra estos cursos con una Tesis sobre los
fenómenos de la proyección que defiende en los años 40, tesis dirigida por H.
C. Rümke, de la Escuela de Utrecht, famosa ya por sus integrantes, destacando
su jefe F.J.J. Buytendik.
En esta Escuela se sostenía el
método fenomenológico en oposición a la Escuela de Amsterdam, que sostenía
tesis positivistas. El principal aporte de sus elucubraciones se centraron en
la consideración de la importancia del conocimiento intuitivo como algo más importante
que el conocimiento de técnicas y métodos. Era para ellos importante “el
encuentro” de un hombre con otro hombre y no la investigación distante de sus
cualidades psicológicas.
De ahí la importancia de invitar a
Sartre cuyo “Ser y la Nada” influyera positivamente en van Lennep a pesar de su
origen teológico y las ideas en boga sobre las diferencias entre la posición
ética protestante y el nihilismo sartriano. No coincidía Sartre ni moralmente
ni políticamente con los integrantes de la Escuela de Utrecht, caracterizados
por una “burguesía liberal”.
Van Lennep aprovechó muy bien esta
visita y las discusiones con Sartre. Dos años más tarde, en 1948, publica en
Holanda su obra fundamental: El Test de las 4 Láminas”. Posteriores
investigaciones y presentaciones en Estados Unidos permitieron su aplicación y
difusión en el mundo anglosajón. Hacia 1984 “descubrí” este test, comencé
solicitando autorizaciones, realicé traducciones, ensayos clínicos y la
decisión de elaborar una versión propia de las láminas ante la imposibilidad de
conseguir las originales, salvo por fotocopia de la Biblioteca del Congreso de
los Estados Unidos.[2]
El objetivo que se propuso van
Lennep fue el de describir las actitudes de un sujeto ante la vida, basado en
que tales actitudes dependen de la estructura y dinámica de la personalidad
cuando ésta se pone en juego en las relaciones sociales. La aplicación de esta
prueba en el marco de una teoría analítico-existencial, con la consideración de
aproximaciones fenomenológicas y teóricas por varios años, fue labor de un
equipo que remataría su actuación con la autoría de un libro aún inédito que
firmamos junto a la Dra. Marta Guberman.[3]
No es menor el aporte de van Lennep
al concepto de “proyección” para ser considerado por la Analítica Existencial. En
un artículo titulado “Proyección y Personalidad” (1957)[4][5],
van Lennep concentra a los fenómenos que han recibido el nombre de “proyección”
en dos grupos, con dos subdivisiones. Un grupo está constituido por la
percepción de los seres humanos, y el otro, por la percepción de las cosas (Van
Lennep aclara que esta distinción se debe a que él considera muy diferente el
encontrarse con un objeto que con un sujeto.) A su vez, cada uno de ellos,
puede ser vivenciado en consonancia con las propias emociones, o como
contraparte de las mismas. De este modo, el autor holandés describe cuatro
formas de proyección, que llamará A, B, C y D respectivamente. Cuando una
persona proyecta, en la medida que busca para ello a objetos o a seres que le
sirvan como análogos de su propio mundo, no se manifiesta abierto al mundo,
sino que se distancia de él y se reproduce a sí mismo en el afuera. Más
aún: no sólo se distancia del mundo, sino también se distancia de sí mismo,
porque al arrojar algo fuera y objetivarlo, nos distanciamos de ello, como si
no fuera de nosotros.
Utilizar la
frase “los caminos del conocimiento de la Analítica Existencial” remite a la
comparación con los propios caminos de nuestra existencia. Hace unos años
decidí vivir muy cerca de donde confluyen los variados caminos que llegan a
Santiago de Compostela. Más que señalar aquí algún contenido religioso me
refiero, por su influencia en la cultura, al conocimiento que aportaron durante
mil años peregrinos de todo el mundo que se “encontraron”, unos con otros, y
dialogaron sobre las realidades de sus mundos de origen.
Mucho
podríamos dialogar aquí sobre los aportes de numerosos autores que me he
permitido señalar, brevemente. Otros tantos servirán de fundamento teórico a
otras presentaciones en este Congreso. Pero no quisiera dejar de señalar los
aportes que ha realizado a nuestra práctica psicoterapéutica el Dr. Viktor E.
Frankl. Llegaba Frankl en 1986 a esta ciudad de Mendoza para recibir un
Doctorado Honoris Causa por la Universidad del Aconcagua. Uno más entre otras
decenas de Universidades que lo honraron con ese título. Fui testigo de la
emoción que sintió al ser invitado a contemplar la Cordillera de los Andes
desde la terraza de la Intendencia Municipal de la ciudad de Mendoza. Allí dejó
dicho que, por su condición de alpinista, su cansancio por el largo viaje
transatlántico estaba justificado con creces. Más tarde, ante un bullicioso y
crítico público estudiantil que colmaba la sala donde recibiría el Doctorado
Honoris Causa, rechazado en principio por ellos porque esperaban fuera otorgado
por primera vez en esa Universidad a un Psicoanalista, Frankl dictó una de las
conferencias más brillantes que yo escuchara. El contenido de esa brillante
exposición está en los libros aguardando vuestra lectura.
Como aguardan,
diría yo expectantes por contribuir al desarrollo de la Psicoterapia
Existencial, libros de Martin Buber, Dilthey, Marcel Gabriel, Husserl, Jaspers,
Kierkegaard, Lukas, May, Minkowski, von Uexküll, von Wizsäcker, Yalom y tantos
otros.
Reitero mi
consejo luego de 40 años de profesión: buena lectura para todos y mejor diálogo
y encuentro entre colegas.
[1]
Revisión del trabajo presentado en ocasión de celebrarse el VI Congreso Latinoamericano de Psicoterapia
Existencial. Mendoza, septiembre de 2013.
[2]
van Lennep, D. J., “Test de los 4 cuadros” (Four pictures Test) en Anderson y
Anderson, Técnicas proyectivas del diagnóstico psicológico, 2ª. edición,
Ediciones Rialp S.A., Madrid, 1968.
[3]
Martínez-Romero, José – Una prueba proyectiva existencial: test de las 4
láminas de van Lennep, publicado en el Boletín informativo Nº 46, Año XVI,
abril de 2003 de la Asociación Argentina de Estudio e Investigación en
Psicodiagnóstico.
[4] En David, H., von Bracken, H. y col
Teorías de la Personalidad Bs. As., EUDEBA, 1977 (4º ed) capítulo XV
[5]
Van Lennep, D.: Proyección y Personalidad en David, H y col. “Teorías de la
Personalidad”, Bs. As. Eudeba, 1977, Cap. XV
jueves, 29 de octubre de 2015
EL LUGAR QUE HABITAMOS – Una visión existencial -------------------------------- THE PLACE IN THAT WE INHABIT – An existential view
Noviembre 2015.
Usted ¿Dónde vive? Convendría responder: -
“Desde que nací, en este mundo”. Diferente sería la respuesta si me preguntaran
“Usted ¿Dónde habita?”
Habitamos en un territorio pero pretendemos
ser considerados algo más que “ser ocupantes de una vivienda” o “ocupar un
sitio”. Dicen los Sociólogos de hoy en día que “edificamos y construímos
porque, previamente, habitamos”.
Nuestra morada, vivir en
una casa, habitar en un determinado espacio geográfico supone “un acto
fundacional y fundante”[1]. Es
el que “habita” un sitio el verdadero planificador, el verdadero constructor de
un espacio vital y social, imposibilitado de vivir aislado porque nadie vive
tan apartado de sí mismo y su entorno social.
El proceso de integración
del ser humano a un territorio se produce en forma de “arraigo” (asentarse,
establecerse, instalarse, fijarse a un lugar) a condición de entender este
hecho como un espacio socio-cultural total.
Decimos “yo soy porteño”,
o “soy cordobés” o “soy rosarino”, todos amparados por el mismo Estado. ¿Y si
soy “gallego”, “tano”, “turco” o “carioca”?
Interesa el arraigo, que obedece a una serie pluridimensional de
componentes que integran individuo, sociedad y cultura, conjuntamente con las
coordenadas espaciales y temporales.
“Ser porteño” (o
cualquier otra naturaleza de ser) significa la identificación del hombre con un
sitio, en un espacio-tiempo con unas características sociales determinadas y
una cultura específica. Este arraigo también depende de las estructuras
participativas, de los diferentes grupos, de las variadas organizaciones y de
todos los que se sientan involucrados, conformando lo que se ha dado en llamar
la “comunidad local”.
No es posible construir
megalópolis o polígonos sin vínculos con el entorno, con una historia del lugar
y con una sociedad determinada.
El “habitante” participa
de un marco normativo y axiológico que viene determinado por la sociedad,
identificándose con esa norma. Caso contrario corre el riesgo de permanecer en
la anomia.
Con una intención
simplemente didáctica diremos que este arraigo puede ser: a) un arraigo fruto
de una comunidad de sangre, un “arraigo doméstico”; b) un arraigo local
inmediato (vecinos, barrio, municipio, comunidad local); c) un arraigo urbano
(la ciudad como marco de referencia y convivencia, por ejemplo “soy porteño”);
d) un arraigo nacional y, finalmente, e) un arraigo cultural.
La casa y el hábitat
deben ser “vividos”, “soñados”, “imaginados”, pues sin estas dimensiones la
realidad aparece como falta de sentido. El goce por el sitio elegido no reside
solamente en lo que se recibe sino también en lo que se comparte. Hay un juego
dialéctico entre “la casa” y “la comunidad”. También, aunque no lo creamos,
entre “la casa” y “el universo”.
El hombre actual se va
distanciando de lo que, en el pasado, generaron los antiguos fundadores de las
ciudades, tendiendo a desarrollar “megalópolis”, desvinculándose del autentico
“habitar”, rompiendo los vínculos con la naturaleza, apartándose de las
personas manifestando una actitud insolidaria y provocando el crecimiento del
aislamiento y la corrupción del sistema.
No podemos protestar si
nos dejamos llevar por los “grandes constructores” de espacios con muchos
nombres “modernos” (countries, urbanización, village, etc.) que configuran
espacios egoístas, casi siempre cerrados, con criterios utilitaristas,
tributarios de un espacio de explotación comercial y dominio.
Muchas veces toleramos la
depredación de la naturaleza, la modificación natural del entorno y “habitamos”
en esas construcciones que nos apartan, automáticamente, de ese entorno
natural. Nos parece que es un asunto que no nos pertenece, que es algo externo
a nosotros, que constituye una “explotación“. Si seguimos la etimología de ésta
última palabra deberíamos aceptar que “habitar” en esos espacios nos fuerza a
“ser explotados, a explotar”. Son y somos capaces de llegar a la devastación,
si es necesario, para construir fuera de la cultura, del entorno propio del
lugar, de su historia.
En este
momento de globalización, tanto empresaria como comunicacional, las fronteras
se vuelven dudosas y los pueblos generan comportamientos específicos para
conservar su identidad. Esta globalización
provoca migraciones masivas si hay problemas de trabajo o producción.
Disminuidas
las oportunidades de trabajo o diversificación profesional, los habitantes
migran. Mediante la constante migración se observan dos fenómenos muy bien
diferenciados: se produce un contacto con personas y pueblos a veces lejanos
geográfica y culturalmente, relación tanto económica como social, y se
comprende a los “connacionales” como formando una sola comunidad aunque se
halle dispersa en muchos lugares distantes del planeta.
Arraigo y desarraigo, dos polos
existenciales potenciales en todos los emigrantes. Las raíces son originales de
cada persona y constituyen lo único e irrepetible. Ante la brusca situación de
trasplante cabe la posibilidad de “arraigo”, raíces en una nueva situación que
permitan el crecimiento, sean cualesquiera las consecuencias y “desarraigo”,
raíces que no permiten ese desarrollo o dejan a la persona en tan precarias
condiciones que cualquier “brisa” cultural puede enfermarla o aún matarla.
THE PLACE IN THAT WE INHABIT – An existential
view
Dr. Jose
Martínez-Romero Gandos
november, 2015.
Where do you live? It would be a
good answer: - "I was born in this world. I have been here since that
time". Different would be the response if they were asking: "You
where does inhabit? "
We live in a territory but we try to
be considered something more than "to be occupants of a housing" or
"to occupy a site". Nowadays the Sociologists say that "we build
and construct because, before, we inhabit".
Our abode, to live in a house, to
live in a certain geographical space supposes " an foundation act and a
founding belief". It is the fact that there inhabit a site the real
planner, the real builder of a space and social living, unable to live isolated
because nobody lives so separated of oneself and his social environment.
The process of integration of the
human being to a territory takes place in the shape of "rooting" (to
settle itself, to be established, to be fixed to a place) with the condition of
understanding this fact as a sociocultural total space.
We say " I am from Buenos Aires
("porteño"), or " I am from Córdoba" (Argentine) or "I am from Rosario
("rosarino")", all under protection of the same State. And if I
am from "Galicia" ("gallego"), "tano", "turk"
or "carioca"?. We are interested about rooting, which obeys to a
pluridimensional series of components that integrate individual, society and
culture, together with the spatial and temporary coordinates.
" To be an "porteño"
(from Buenos Aires)" (or any other nature of being) it means man's
identification with a site, in a space-time with a few social certain
characteristics and a specific culture. This rooting also depends on the
participative structures, on the different groups, on the varied organizations
and on all those who feel involved, shaping what we call the " local
community ".
It is not possible to construct
megalópolis or polygons without links with the environment, with a local
history and with a certain society.
The "inhabitant" take part
of an axioloxical and normative frame that comes determined by the society,
identifying with this norm. Opposite case traverses the risk to remain in the
anomia.
With a simply didactic intention we
will say that rooting can be: a) a rooting that is product of a community of blood,
a " domestic rooting "; b) a local immediate rooting (neighbors,
neighborhood, municipality, local community); c) an urban rooting (the city as
frame of reference and living together, for example " I am
"porteño" (from Buenos Aires)”; d) a national rooting and, finally,
e) a cultural rooting.
The house and the habitat must be
"lived", "dreamed", "imagined", since without
these dimensions the reality appears as lack of sense. The enjoyment for the
chosen site does not reside only in what is received but also in what is
shared. There is a dialectical game between "the house" and "the
community". Also between " the house" and "the
universe".
The current man take distance of all
that, in the past, the ancient city's founders had generated, tending to develop
"megalópolis", dissociated of the authentic "inhabitant",
breaking the links with the nature, separating of the persons by one wrong
attitude and provoking the growth of the isolation and the corruption of the
system.
We cannot protest if we leave ourselves
to convince by "big builders " of spaces with many "modern"
names (countries, urbanization, village, etc.) that there form selfish spaces,
almost always closed, with utilitarians criteria, tributaries of a space of
commercial exploitation and domain.
Often we tolerate the nature
depredation, the natural modification of the environment and "we
inhabit" in these constructions that separate us, automatically, of our
natural environment. It seems that it is a matter that does not belong to us, that
it is anything external to us, who constitutes a "exploitation". If
we follow the etymology of the latter word we should accept that "to
inhabit" in these spaces they forced us to " to be exploited, to
exploiting ". They are and we are capable to arrive at one large
devastation to construct outside the limits of the culture, if it is necessary,
out of the own local environment, out of own history.
At this moment of globalization of
the business and the communications, the borders become doubtful and the
peoples generate specific behaviors to preserve his identity. This
globalization provokes massive migrations if there are problems of work or
production.
When the opportunities of work or
professional diversification diminish, the inhabitants migrate. When the society
makes easier a constant migration two very well differentiated phenomena are
observed: a contact takes place with persons and sometimes with geographically
and culturally distant peoples (even in a economic and social relation), and
the "fellow countrymen" form an new community, perhaps dispersed in
many distant places of the planet.
Rooting and uprooting, two
existential potential points of reference in all the emigrants. The roots are
original of every person and constitute an unique and unrepeatable sentiment.
Before the sudden situation of transplant appears, many circumstances favour
the possibility of "rooting", roots in a new situation that allows
the growth, considering all the consequences, and "uprooting", roots
that do not allow these development or leave the person in so precarious
conditions that any cultural "breeze" can make ill or still kill her.
domingo, 20 de septiembre de 2015
MISIÓN Y LIDERAZGO EN EDUCACIÓN
Dr. José Martínez-Romero Gandos
septiembre 2015
ABSTRACT:
En
Educación es importante la consideración de la Misión. La contribución al logro
de los objetivos será eficiente si desarrollamos nuestra misión simple,
claramente, en forma personal, comprometida. El asesoramiento de los expertos
en Comunicación Social no debe ser “técnico”, “frío” o “resultado de una
sucesión interminable de consideraciones teóricas”. Contribuirán con su
experiencia para el desarrollo de una acción educativa proyectada sobre la
comunidad, promoviendo la perfección del Hombre en función de valores éticos de
solidaridad, responsabilidad social y
calidad de vida, facilitando la
armonía entre la autoridad y la libertad. Se desarrollan los conceptos de
Autoridad y Liderazgo en un marco de cambio paradigmático del concepto de
Misión.
Una misión debe enunciarse en forma operativa, de lo
contrario, será una mera declaración de buenas intenciones. Deberá centrarse en lo que la entidad educativa y
los docentes quieran alcanzar, de forma tal que todos sus miembros puedan decir
“ésta es mi contribución al logro del objetivo”.
Esta declaración y aceptación de la misión es
fundamental porque cambia totalmente la óptica para ver a la Educación. Es
importante la adecuación de la misión a los objetivos de la gestión actualizada
sin que por ello, al aplicarla, reformulemos las condiciones esenciales de la
Persona necesarias para cumplir con la misma. Uno de nuestros errores más
comunes consiste en transformar la consideración de esta misión en un
enmarañado conjunto de normas, procedimientos y controles que aparecen
claramente confundidos en las reuniones de la clase dirigente y la constituyen
en un “slogan” de buenas intenciones. La misión debe ser simple y clara. Nada
tiene de impersonal y nunca cumple su finalidad sin la participación
comprometida de los integrantes del equipo de trabajo.
La planificación de la actividad para el logro de
objetivos está unida a un elemento clave del proceso que es la misión. El
rediseño, actualización o idealización de la misión será algo más que una
declaración de principios generales. Debería identificar lo que constituye la
Educación.
El asesoramiento
de los expertos en Comunicación Social en temas relacionados con la misión no
debe centrarse en un proceder ideal, ni en una especialización técnica pero
fría ni en una sucesión de interminables consideraciones teóricas.
En los ámbitos
científicos y en el mundo que nos rodea hemos visto peligrar los principios
fundamentales que nos distinguen como cultura. Existe una crisis de valores y
observamos que lo material intenta imponerse sobre lo espiritual, el
positivismo filosófico y político sobre el orden natural, lo científico y
tecnológico sobre la moral y la posesión de bienes sobre el progreso digno del
Hombre.
Deberíamos contribuir
con nuestra experiencia para el desarrollo de una acción educativa que se
proyecte sobre la comunidad contribuyendo a la promoción y perfección del
Hombre en función de valores éticos de solidaridad, logros en el marco superior
de la responsabilidad social y calidad de vida respetuosa de la dignidad de la Persona. La Ciencia y la Técnica tienen
que estar al servicio del Hombre y no a la inversa. Ambos, docentes y expertos,
debemos ser fieles a esta Misión.
¿Cómo podemos
lograr estos propósitos en esta sociedad en crisis?
Debemos ajustar
nuestra misión para afirmar, repetidamente, el concepto de Educación como
entidad facilitadora del desarrollo de proyectos y valores. Una entidad que
debe considerar la posibilidad de comunicación efectiva y afectiva entre sus
miembros, promover la reflexión sobre
los valores y el sentido de la vida, no olvidar la integración psicológica y
social y facilitar la armonía entre la autoridad y la libertad de sus
integrantes.
El término “autoridad” debe ser analizado según su
etimología y aplicación verdaderas ya que muchos autores han distorsionado su
dimensión y sentido. Su acepción universalmente aceptada radica en llevar a los
que están bajo su tutela a la posibilidad de ser ellos mismos, de desarrollar
su propia existencia en un crecimiento que le permita ser artífice de su
proyecto personal. En su origen latino el término auctoritas designaba
la fuerza que servía para sostener o aumentar algo y el auctor, el
sujeto activo de esa auctoritas, era la persona que sostenía algo porque
él mismo la había acrecentado. Su raíz originaria conservaba al verbo augere
que significaba crecer. La auctoritas se concebía como el fundamento
bondadoso del poder, nunca en su uso arbitrario. Sin esa autoridad, interna y
externa, es imposible la garantía del bien personal y del propio crecimiento.
Es imprescindible el ajuste de la Misión a esta consideración del concepto de
Autoridad.
En el desarrollo
de su actividad docente los integrantes de la institución educativa pueden
expresar su manera personal de sentir esta misión a través de una actitud:
a) de oposición sistemática porque han adquirido,
pensando en su comodidad y economía, una posición segura en la
organización sin pensar en la finalidad principal de la Educación que
es la transformación y el desarrollo.
b) de comprensión por la necesidad de un cambio, pero
que actuan como adherentes no comprometidos, esperando que alguien o muchos
lideren este cambio paradigmático.
c) de disposición a liderar el cambio con habilidad y
aptitud para lograr la adhesión de nuevos integrantes dispuestos a aceptar esta
modalidad de la gestión.
¿Cuál es la oportunidad? La fruta está madura ahora.
Aquellos que estén dispuestos a
desarrollar una labor eficiente y a fundar su actividad de liderazgo
centrada en principios serán los partícipes de la “revolución paradigmática”
que señalara Kuhn.
Las destrezas y aptitudes
requeridas para estos papeles de líderes o de docentes con capacidad de
promover el desarrollo, las herramientas y los métodos que puedan contribuir a
perfeccionar esas destrezas y la distribución del poder en los diferentes
cargos organizacionales requerirá de imaginación, perseverancia y diálogo para
instaurar un cambio significativo en el paradigma actual de la Educación.
En este cambio sistémico la
jerarquía inadecuada, el cumplimiento imperfecto de la misión y el olvido de
las características esenciales del ser Persona, empujará al desarrollo y
aparición de nuevos líderes que estarán dispuestos a desarrollar su labor
(misión) en un ambiente cooperativo, promoviendo una combinación singular con
otros líderes, en otros cargos, que
sustenten estos mismos principios.
miércoles, 26 de agosto de 2015
CONVOCATORIA PARA EL 2º CONGRESO MUNDIAL DE PSICOTERAPIA EXISTENCIAL
Argentina para el mundo
ALPE (Asociación Latinoamericana de Psicoterapia Existencial) convoca al II Congreso Mundial de Terapia Existencial que tendrá lugar en la Ciudad de Buenos Aires, República Argentina, desde el 8 al 11 de mayo de 2019. Este Congreso tendrá como tema central “Angustia y culpa en tiempos de cambio”.
Abrimos concurso para diseñar un logo representativo de este evento. Los interesados deberán enviar su propuesta a funcapac@gmail.com con fecha tope para el 20/12/2015.
ALPE (Asociación Latinoamericana de Psicoterapia Existencial) convoca al II Congreso Mundial de Terapia Existencial que tendrá lugar en la Ciudad de Buenos Aires, República Argentina, desde el 8 al 11 de mayo de 2019. Este Congreso tendrá como tema central “Angustia y culpa en tiempos de cambio”.
Abrimos concurso para diseñar un logo representativo de este evento. Los interesados deberán enviar su propuesta a funcapac@gmail.com con fecha tope para el 20/12/2015.
Argentina
to the world
ALPE (Latin-American Association of Existential Psychotherapy) call for 2º World Congress of Existential Therapy that will take place in the City of Buenos Aires, Republic Argentina, from 8th to 11th May, 2019. This Congress will have as central topic "Angst and guilt in times of change ".
We open a public competition to design a representative logo of this event. The interested parties must send his offer to funcapac@gmail.com with closing date 20/12/2015.
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