Dr. Frankl y Dr. Martínez-Romero en Caracas 1985

martes, 22 de febrero de 2011

Video de Viktor E. Frankl y Pepe Eliaschev

Ver una entrevista a Viktor Frankl hecha por Pepe Eliaschev en l987, en Buenos Aires.  El entrevistador traduce al castellano las opiniones de Frankl.

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Qué es la Logoterapia?

     El Dr. Viktor E. Frankl, creador de la Logoterapia, nació en Viena el 26 de marzo de 1905 y falleció en la misma ciudad el 2 de septiembre de 1997. Noventa y dos años fecundos al servicio de la Humanidad.  Profesor de Neurología y Psiquiatría en la Universidad de Viena fue, asimismo, Doctor Honoris causa por numerosas Universidades a lo largo del mundo. Conferencista ameno y avezado, ha publicado una extensa bibliografía cuyas ediciones se renuevan en muchos idiomas.
  Desde 1940 hasta 1949 fue Director del Departamento de Neurología del Hospital Rothschild de Viena. Desde 1946 hasta 1970 Director de la Clínica Neurológica de Viena. Durante la Segunda Guerra Mundial II pasó 3 años en Auschwitz, Dachau y otros campos de concentración alemanes. Sus 32 libros han aparecido en ediciones de 26 idiomas diferentes. De acuerdo con una estadística de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, su libro (en versión en inglés) de “El hombre en busca de sentido” es uno de los más leídos y su influencia en los lectores enorme.
Breve descripción de la teoría de su escuela, llamada “la Tercera Escuela de Viena” en alusión a Freud (la primera) y Adler (la segunda).
El hombre, según la Logoterapia, se mueve en tres dimensiones:
      la biológica, con sus causas orgánicas de enfermedad,
      la psicológica, donde juegan las causas psíquicas de las neurosis,
      y la noológica  o dimensión del fenómeno verdaderamente humano en donde hay conciencia moral y amor diferenciado del sexo.
                 Las neurosis noógenas sobrevienen cuando la vida se vacía de SENTIDO, cuando vivir es apilar mecánicamente horas y días. Esta actitud de vacío existencial es el factor predisponente y principal enfermante en los conflictos psíquicos.
  Hay un SENTIDO de vida posible: en la medida en que en la propia vida haya una misión para llevarlo adelante, la persona puede resistir cualquier dificultad, situación límite o sacrificio necesarios.
  Una  psicoterapia integral debe ofrecer un lugar de encuentro personalizante, un ámbito de reconciliación con los valores, con la libertad y la responsabilidad que permitan la realización de un proyecto personal que ayude a ese ser humano a autotrascenderse.
  Cada situación difícil o de crisis puede convertirse en algo positivo y pleno de SENTIDO. Este sufrimiento de hoy podrá llegar a ser un gran maestro de vida. En esos momentos difíciles es en los que debemos descubrir cuánto somos capaces de hacer. Tal vez ese sufrimiento no nos permita descubrirlo…
  Es ahí que debemos acudir al amigo, al sacerdote, al familiar o al logoterapeuta para que nos ayude a superar el dolor y elegir una actitud personal para ponernos de pie ante el sufrimiento.
  La Logoterapia significa y ofrece una “curación por el SENTIDO”.
  Además de restaurar la capacidad de la persona para el trabajo y el goce de la vida, como modalidad usual en todas las psicoterapias, el trabajo logoterapéutico avanza más allá de estas premisas y ayuda al paciente a recuperarse captando desde el espíritu, un nuevo SENTIDO para el sufrimiento.
  Una afirmación del Dr. Frankl nos puede ayudar mucho en los momentos difíciles para superar el sufrimiento: “La vida, aún en las peores circunstancias, siempre merece la pena vivirla”.


domingo, 20 de febrero de 2011

Apelación y Cura en Enfermos de Cáncer

          La relación de encuentro que se produce en la asistencia al enfermo de cáncer, especialmente en aquellos casos de difícil pronóstico, siempre crece y se desarrolla por la acción que ejercen ambos protagonistas: el paciente y el profesional asistente.
          Es una relación que no puede ser descripta más que en términos literarios lo que nos permite decir que es “una relación inefable”. No se puede hablar de ella. Hay que vivirla en un nosotros único y muy especial.
          No es una realidad que podamos delimitar ni tampoco programar más allá de la aplicación del “arte” que cada uno de nosotros aplica desde su profesión. Existe necesidad recíproca de preguntas y respuestas. El profesional pregunta y el paciente responde. No siempre en forma oral. Puede hacerlo corporalmente.
          El paciente también interroga. Quiere saber acerca de su asistencia y de su existencia. Se vincula como él sabe, como él quiere o como él puede. El profesional no siempre “sabe” que decir al paciente, no siempre “quiere” decir o muchas veces “no puede decir”.
          Esto puede generar resistencias en ambos márgenes de la relación de encuentro. La resistencia “cierra” la posibilidad de apertura en la relación. Si la relación es ocasional, tal vez ambos protagonistas deseen “olvidar” el encuentro. Pero esta resistencia originará conflicto. Seguramente.
          Para vencerla es necesario establecer una relación “original”  que vincule a ambos de manera tal que permita la aparición del “diálogo” . Esta puesta en común, esta “comunión”, es la raíz original de lo que, habitualmente, llamamos “comunicación profesional-paciente”.
          Cuando encaramos un tema de la complejidad que nos ocupa tenemos que aceptar que de esta forma de comunicación surgen una ilimitada cantidad de técnicas que se distinguen por el diferente grado de flexibilidad o rigidez en la realidad circunstancial del encuentro con el que solicita ayuda.
          Nosotros afirmamos, desde la Analítica Existencial y la práctica de la Logoterapia, que esta situación existencial del paciente es “única e irrepetible” y  coincidimos con la generalidad de nuestros colegas en que es respuesta inmediata al desarrollo de numerosos dinamismos psíquicos que han establecido una personalidad a lo largo del tiempo y que se presenta en la realidad del “aquí y ahora” como una realidad diferente.
          La realidad del ser humano que sufre, padece y teme a una enfermedad que lo puede llevar a la muerte. Una realidad que, sea cual sea el pronóstico, le coarta su libertad de desarrollar un proyecto y le amenaza el sentido de vida pleno. Pero la Logoterapia no es asistencialismo o sentimentalismo.
          Es un accionar teórico y técnico que procura ayudar al enfermo a asumir la existencia como real, a pesar del sufrimiento, contribuyendo al desarrollo de todas sus potencialidades y capacidades para que actúen en función de ellas y encuentre el sentido “a pesar de todo y aún en las peores circunstancias”
          Decía Viktor E. Frankl: “Me atrevo a decir que no hay nada en el mundo que ayude más efectivamente a una persona a sobrevivir, aún en las peores condiciones, que conocer el sentido de su vida”.
Conocer y accionar en procura de su mantenimiento en la situación límite. El paciente tiene derecho a ser ayudado en esta empresa vital.
Médicos y psicólogos incrementan sus estudios, investigaciones y comunicaciones científicas para esclarecer ideas que les permitan dar respuesta a los interrogantes y angustias que los pacientes les presentan desde el momento de la aparición del primer síntoma de una enfermedad terminal.
Cuando la respuesta a estos interrogantes es acuciante porque el enfermo es considerado con escasas posibilidades de curación y el plazo de desenlace es incierto muchos profesionales se sienten desvalidos para actuar y poco preparados para afrontar esta difícil situación.
Técnica versus comprensión. Preparación técnica eficiente versus la toma de conciencia de los límites de su ciencia y arte. Persona doliente que pide comprensión versus un entorno limitado en sus respuestas.
No hay reglas para enfrentarse a esta difícil situación pero sí hay formas particulares y únicas de acercarse a ese ser que sufre y padece una enfermedad terminal. En estas circunstancias la comunicación entre el profesional y el paciente no está limitada a la expresión verbal del discurso. Acceder desde el nivel profesional al conocimiento de la situación y poder comunicarlo es uno de los momentos más difíciles que debemos enfrentar en nuestra diaria actividad asistencial.
Es necesario compartir nuestro estar dispuestos a ayudar al otro como Persona. Darle la libertad de elegir la manera de ser ayudado, de acuerdo a su peculiar modo de personalidad y modo de relación con los otros.
Es apelar al otro. La apelación es un llamado[1][1]. Un llamado a la Esperanza. No es ocioso recordar aquí que “la esperanza es el arma de los indefensos y por eso tiene eficacia” (Gabriel Marcel). Este llamado, esta apelación, nos coloca en interlocutores de privilegio en un tema de la mayor importancia para el paciente. Al respetar su proyecto de vida, al ayudarlo a aceptar las modificaciones que la enfermedad le impone le estamos ofreciendo la posibilidad de elegir una nueva forma de vivir o de morir.
Si el profesional conoce bien la situación y el futuro acontecer, deberá estar dispuesto a continuar aliviando el dolor físico pero sin evitar compartir el dolor psíquico y moral del paciente. La comunicación se torna, en estos casos, en el principal instrumento de la “pastoral médica” (V.E.Frankl). No es una sustitución del papel de la familia, los amigos o los religiosos que se acerquen. Es contribuir a una mayor plenitud de vida a través del intercambio de actitudes y gestos de acompañamiento que revitalizarán los momentos mas importantes de su biografía haciéndola valiosa de haber sido vivida.
Si el paciente ha dado a entender su real deseo de saber y sobrellevar la situación es inútil o perjudicial escapar a esa responsabilidad profesional de la comunicación. Establecer una comunicación deficiente es coartarle la posibilidad de elección y responsabilidad sobre su existencia real.
La Logoterapia, Tercera Escuela de Viena que fundara Viktor E. Frankl, considera que el psicoterapeuta puede ayudar al paciente enfermo de cáncer apelando a la posibilidad de traspasar sus propios límites, pasar por encima de su facticidad (la enfermedad) y la posición fatalista que casi siempre la acompaña logrando una dimensión completamente nueva: vida con sentido, a pesar de todo, respeto de la autotrascendencia, apertura al amor y permisividad para la libertad individual. Transformar las tensiones de un “yo”  en crisis para que se produzca un “nosotros” (familia, amigos, terapeutas).
La actividad profesional implicará juegos de dramáticos silencios convocantes, actitudes de espera, continencia de la angustia, desarrollo de caminos de libertad sin imposiciones, creando el lugar apropiado para la confianza y desarrollando una creatividad técnica basada en la imposición de “palabras límites”: fe, camaradería, sufrimiento, sentido, esperanza, amor, solidaridad, cuidado del otro, que forman parte de lo que en algunas Conferencias denominamos “el almacén logoterapéutico”.
Estar, sinceramente, a disposición del otro. Amarlo como ser humano que sufre. Evitar que dé pasos peligrosos. Permitirle elegir su camino sin condicionamientos. Ayudarle a superar la paradoja entre la inmanencia y la trascendencia. Este es el juego de roles que permite el ejercicio de la Logoterapia para los psicoterapeutas formados. El Logoterapeuta renuncia antes de empezar el tratamiento. Renuncia a promoverse. Renuncia a la posibilidad de dominar al otro. Renuncia a muchas recompensas.
¿Es posible esta posición completamente desinteresada en un profesional que trabaja y debe contar con medios para también realizar su sentido de vida? Sí, es perfectamente posible porque es una relación de encuentro amoroso. Y lo menos que el verdadero amor quiere es el beneficio del otro.
Esta es la “apelación”, el llamado. Y en esto consiste la “cura”, el cuidado.
Paradojalmente, el sufrimiento nos ha iluminado el camino que nos lleva a la puerta de la trascendencia. Pese a la dependencia de la enfermedad, llena de rispideces y obstáculos, la libertad interior actúa como un ariete que rompe ese cerco de dolor o sentimientos de pérdida que lo cerca y activa la capacidad de sobreponerse para seguir adelante “a pesar de todo”. El sufrimiento actúa como un filósofo interior que cada uno posee y que revela el valor de la vida, iluminando, haciendo transparente lo que parecía tan impenetrable, abriendo regiones hasta entonces veladas y enriqueciendo, verdaderamente, la existencia.
Por supuesto que por “sufrimiento” nos referimos a aquel que no es fácil o posible superar. Debemos acudir a la superación del sufrimiento innecesario. Solamente ante el sufrimiento impuesto por las circunstancias de la enfermedad, aquello de lo que no podemos escapar, debemos poner en marcha los valores actitudinales. Soportar aquello que es evitable es, simplemente, masoquismo o estupidez.
Algunos psicoterapeutas aíslan esta posibilidad de superación del sufrimiento por el sentido acentuando la realización parcial de algunos aspectos del hombre perdiendo de vista su personalidad pluritemática y multidimensional. “Curan” su cuerpo. “Curan” su psique. “Curan” su relación interpersonal social. Pero olvidan la “cura” de la dimensión especial que nos diferencia como personas: el espíritu.
Esta es la “cura”. “Cura” es una voz latina que designa “cuidado, preocupación”. Nuestra “preocupación” principal fue establecer si el enfermo de cáncer es “curable”. Podemos afirmar que sí en el sentido que le dimos a este trabajo.
Esta es el alfa de nuestra tarea profesional como psicólogos y como logoterapeutas. Ninguna circunstancia debe imponer límites a la vida. Ni enfermedades de cualquier tipo, ni circunstancias personales, ni sociales, ni pseudouniversales ni pseudocientíficas. Cualquier Psicología que prescinda del amor, del encuentro y de la comunicación separa al ser humano de sus referentes originales e intencionales. La cualidad trascendente de la realidad humana se potencia en el encuentro auténtico profesional-paciente. Para lograr éxitos en el campo de la psicoterapia debe combinarse las técnicas (estimulantes y bienvenidas) con la incorporación de un elemento de arte que supere las limitaciones de la Ciencia en la consideración de su genuina dimensión que es la dimensión espiritual (Frankl).
Oportunidad trascendental. Posibilidad de rechazo de la “apelación”. Posibilidad de caída en el egoísmo o el sinsentido. Imposibilidad de encuentro con el otro. O realización de valores superando todas las barreras. Aún las de la muerte.
 Bibliografía:
1.- Frankl, V. E.  “El hombre doliente”, Barcelona, Ed. Herder, 1987.
2.- Frankl, V. E.  “El hombre en busca de sentido”, Barcelona, Ed. Herder, 7ª. Ed., 1986.
3.- Frankl, V. E.   “La voluntad de sentido”, Barcelona, Ed. Herder, 1988.
4.- Yalom, I. D.  “Psicoterapia Existencial”, Ed. Herder, Buenos Aires, 1985.

 Dr.  José Martinez-Romero Gandos



INTRODUCCIÓN AL EXISTENCIALISMO

CENTRO SENTIDO




INTRODUCCION AL EXISTENCIALISMO
Resumen de
“INTRODUCCIÓN AL EXISTENCIALISMO”
de Vicente Fatone, Editorial Columba, Buenos Aires

  
El existencialismo es una filosofía en primera persona. Es en primera persona concreta que pone en la filosofía todo lo suyo, dando cuenta que lo que constituye el supremo interés del hombre: su propia existencia. La dificultad consiste en el interés infinito que en la existencia pone quien existe.
Para el existencialismo, el punto de partida de la investigación filosófica es la existencia y no la esencia. En esta investigación surge la pregunta ¿qué es el ser? ; y en busca de la respuesta de lo que se trata es de no partir del ser puro (abstracto), sino de la existencia humana (ser concreto), y que es, además, el ser que formula la pregunta por el ser. Por lo tanto “la existencia humana precede a la esencia humana”.
   La posibilidad constituye la clave del existencialismo, este sostiene que no hay un reino, ya dado, de posibilidades que luego se convierten en realidades. Las posibilidades son siempre de alguien, “el ser de un hombre es un poder ser”(así algunos existenciales dicen que Dios no existe por que es un ser sin posibilidad, ya que es eterno, perfecto, infinito, etc.). El hombre elige su posibilidad, si, pero esa elección no es sino el mismo acto de crearla. Si dijésemos que hay posibilidades entre las que el hombre elige, las posibilidades constituirán un reino aparte, un mundo ideal previo al hombre, un mundo con leyes propias al que el hombre esta obligado a obedecer.
   “Nada le llega al hombre desde fuera”(Sartre), no hay posibilidades que vengan desde fuera a imponérsele al hombre; el hombre es el ser por el cual hay posibilidad.
Todas las expresiones de las que ahora nos valdremos son tentativas existenciales para precisar el ser de la existencia:
a) Existir es ser un ser de lejanías: los existenciales devuelven su sentido etimológico a la palabra existir. Existir quiere decir estar fuera, ir hacia fuera, dándole importancia al EX, que indica movimiento de algo hacia otra cosa. El hombre esta siempre separado de sí mismo, distante. O sea, que el hombre no se limita ser lo que es “aquí y ahora”. El aquí y el ahora en que el hombre esta no lo agota. El hombre esta siempre extraño de sí, siempre fuera sí. La realidad del hombre es como un irrealizarse en la lejanía. La lejanía como el horizonte, esta siempre allí, después. Siempre hay una distancia con la que el hombre se separa de sí mismo. Su ser es alejarse de su ser.
b) Existir es ser un ser que se elige a sí mismo: El hombre único existente, es el ser que elige su ser; es el ser que tiene que elegir a cada instante. Por que es elección de sí mismo, lo que elige son sus posibilidades, y se elige proyectándose hacia esto o aquello. “Elegimos todo lo que somos, y somos eso que elegimos; Y eso que elegimos lo elegimos creándolo no escogiéndolo dentro de un juego ya dado de posibilidades.”
c) Existir es ser un ser libre: Existir es ser posibilidad antes de las posibilidades; y esa posibilidad fundamental, que no es posibilidad de nada determinado, y que tiene que crear sus posibilidades, es la libertad. La existencia se funda en la libertad y es, por ello un continuo proceso de liberación. Y esa libertad, que es ejercicio de, es su propia liberación, su propia creación y creación de los mundos.
d) Existir es ser un ser que cuida de su ser: El hombre al existir fuera de sí, no puede sino sentirse amenazado, siempre inseguro de ese su ser en permanente riesgo; y por ello el hombre tiene que cuidar su ser. El fundamento de todas las conductas, impulsos, tendencias, reside en la cura; gracias a la cura que el hombre es, surgen tales o cuales comportamientos particulares. El hombre no se cura de su ser porque disponga de voluntad, deseo, sino al revés: el hombre dispone de voluntad y deseo, por que es cura. La cura es paradójica, es cuidado, pero nunca da seguridad. El hombre, que es cura, es el ser inseguro, expuesto, el ser que constantemente corre el riesgo de su ser.
e) Existir es ser un ser incumplido: El hombre que es un ser de lejanías, que es un ser posible, es un ser siempre abierto, para el cual hay siempre un todavía no. El hombre, ser existente, no puede lograr la perfección; no hay nunca para el hombre un “ya no más”. El hombre no puede realizar un todo acabado, ni aun en la muerte: en la muerte el hombre no logra la perfección de su existencia, pues la muerte no es existencia.
f) Existir es un ser en el mundo: El hombre es el ser para quien hay un mundo; pero no hay por un lado una realidad hombre y por otro una realidad mundo, sino que el hombre por el simple hecho de ser hombre es, ya, ser en el mundo, ser abierto al mundo.
g) Existir es ser un ser temporal: Es ser fuera de sí mismo; el hombre no es sino ese extrañamiento que de sí mismo hace, pero ese extrañamiento no es sino temporalización. Pasado, presente y futuro, son mis propias proyecciones, mi temporalización, las tres maneras de mi extensión. Puedo decir que tengo un pasado, que tengo un presente y que tengo un futuro; pero no soy ninguno de ellos, gracias a ellos puedo decir que soy. El pasado lo fui, no lo soy; y lo fui de modo tal que me es imposible no haberlo sido. En este sentido el pasado es irremediable. El futuro es lo que no soy, pero puedo serlo; es al futuro a lo que estoy abierto, no al pasado. Pero toda proyección se hace del presente, que a su ves es también proyección, es el esquema de mis posibilidades.
h) Existir es ser un ser culpable: El existencialismo hace al hombre totalmente culpable y responsable, tanto de sus actos concientes como de sus tendencias oscuras. Para el existencialismo el hombre es el ser que elige y que se elige, y que al elegirse se asume a sí mismo.
i) Existir es hacer la experiencia de las situaciones últimas: El hombre es un ser en situación. Estar en situación es estar comprometido, trabado en una relación de la que no se puede salir. La situación es el limite que no puedo violar; Soy hijo de quienes soy hijo. No puedo suprimir mi ser en situación, siempre estaré en tal o cual situación. No puedo no morirme, no puedo no ser culpable, no puedo no sufrir, no puedo no luchar. Todas estas son situaciones ultimas y he de tener el coraje de aceptarlas.
j) Existir es ser un ser con otros: El hombre esta abierto a las cosas, pero esta abierto también abierto a los hombres, es el ser que se presenta a los otros. El hombre es esa presentación, ese abrirse a las cosas y a los demás. En otras palabras el hombre es un diálogo; y por eso, por que es diálogo, puede dialogar. El hombre no es hombre sino por el otro a quien se abre y así como el hecho de que sea un ser abierto al mundo le hace posible conocer las cosas , de la misma manera el hecho de que sea un ser abierto al otro le hace posible descubrir las personas.
k) Existir es ser para la muerte: Existir es ser para la nada. Existir es ser para el naufragio. La muerte es la posibilidad fundamental del hombre; lo único posible para el hombre es morirse. La muerte es el gran posible, gracias al cual se dan los otros posibles, los pequeños, los de cada instante. La muerte es la imposibilidad de la existencia. Heidegger se abstiene de hablar del ultimo después; Sartre niega ese después y Jaspers ve en el naufragio mismo la negación de la muerte y de la nada, el ser sigue siendo.
l) Existir es ser un ser finito: Somos para la muerte desde nuestro nacimiento. Muriéndonos, somos fieles a nuestro nacimiento; nuestro fin es fiel a nuestro origen. Nuestro no haber de ser es la fidelidad a nuestro no haber sido. Existiendo somos fieles de asumir la muerte y el naufragio con lucidez.
m) Existir es ser un ser histórico: Solo el hombre tiene historia. Y la tiene porque es temporalización en que el futuro no se limita a ser futuro, sino futuro de un pasado, así como el pasado no se limita a ser pasado, sino que es pasado de un futuro. El hombre, ser con los otros, tiene con esos otros un pasado, un presente y un futuro. Los hombres tienen siempre un futuro en el que pueden progresar en la revelación de su ser con los otros. Esta relación nunca acabada, nunca definida, es la historia.
n) Existir es ser un ser que se sostiene en la nada: La nada se nos aparece, como se nos aparece el ser. Y por eso el hombre puede afirmar (cuando se le aparece lo que es) y negar (cuando se le aparece lo que no es). El hombre es el ser que niega, porque el hombre es el ser al que la nada se le aparece. El hombre se proyecta hacia el futuro, y el futuro no es (si fuese, no seria futuro, sino presente). Podemos considerar dos tipos de negaciones: la negación interna y la negación externa. La negación interna es la que el hombre hace de si mismo. Negándose, el hombre se libera de sí mismo, se constituye, y es siempre otra cosa. El hombre es una negación perpetua de sí mismo. El hombre no se identifica nunca consigo; las cosas sí. La negación externa es la que hace el hombre al colarse ante las cosas y negarlas desde afuera.
Angustia: En la angustia no nos angustiamos de esto, ni de aquello; nos angustiamos de nada. Nos angustiamos de nada, por que lo que nos angustia es el todo. En la nada de la angustia surge el todo; y surgimos nosotros mismos como una nada que se angustia de nada. La nada hace surgir el ser y nuestro ser. En la angustia descubrimos que el ser se sostiene en la nada.

ORGANIZACION DE GRUPOS:

  • Grupo de padres que perdieron a sus hijos
  • Grupo de personas mayores de 65 años
  • Grupo de reflexión: taller-presentación de la Logoterapia
La logoterapia, tercera escuela vienesa de psicología, presenta una visión antropológica en la que la esencia de la persona radica en la búsqueda de sentido para la vida y el compromiso responsable con su realización en la existencia concreta.
Los grupos tienen por por objetivo la formación en los conceptos centrales de esta escuela, a partir del desarrollo de sus fundamentos teóricos, junto con la aproximación a experiencias concretas que ejemplifican la realización de dichos conceptos en las circunstancias de cada vida particular. Estan pensados como una introducción para público en general, que al mismo tiempo ofrece  acercamiento a conceptos filosóficos y psicológicos propios de la obra de Viktor E. Frankl, el creador de la Logoterapia,  y herramientas para su despliegue en la vida cotidiana.

Grupo de padres que perdieron hijos

        En los últimos años se han constituído muchos grupos para favorecer el encuentro de padres que han perdido hijos. En un ambiente de mutua comprensión y apoyo estas personas pueden compartir dolor y esperanza. La Esperanza, así con mayúscula, se manifiesta cuando parece anulada toda posibilidad de elaborar una pérdida de tamaña magnitud.  La escuela humanístico-existencial de Psicología ha ofrecido un marco de fundamentos para la comprensión de este hecho que altera la vida trascendente de una familia. La Logoterapia, inserta en esa corriente, ofrece la posibilidad de hallar caminos que permitan recobrar el Sentido de la vida. “Aún en las peores circunstancias, la vida tiene sentido” (Dr. Viktor E. Frankl). No es un simple lema. Es un paradigma de acción para el reencuentro con ese sentido.
         El Prof. Dr. José Martinez-Romero ha pasado por esa experiencia dolorosa y han podido encontrar el camino de la trascendencia posible. La característica de estos grupos es la de autoayuda. De allí la imprescindible necesidad de convocar, exclusivamente, a personas que hayan pasado por esa experiencia. Todos los participantes y la coordinación comparten esa historia.
         Ofrecemos a Instituciones y particulares la posibilidad de formar grupos de estas características. También pueden consultar por entrevistas individuales en las direcciones: sentido@cop.es   
  
Grupo de personas mayores de 65 años.“Proyecto Esperanza”

       Dirijimos nuestro accionar como aporte para el sector de mujeres y hombres mayores de 65 años, residentes en una gran ciudad, que buscan alternativas prácticas para mejorar su calidad de vida. Una preocupación de la que participa la familia de estas personas y pocas veces los funcionarios responsables de la gestión de soluciones. Existe un déficit importante de servicios destinados a personas mayores.
Podemos ofrecer a Instituciones y a particulares la constitución de grupos de autoayuda que hemos denominado PROYECTO ESPERANZA para brindarles esa máxima calidad de vida en un plazo adecuado.
         Desarrollaremos nuestra actividad, en forma periódica, adecuada a cada persona y altamente relacionada con la familia. Cuando trabajamos por nuestros mayores estamos trabajando para nuestra propia vejez. Si hacemos algo bien por los nuestros, ahora, este modelo se incluirá como una posibilidad para nosotros mismos.
         El lema principal de este PROYECTO ESPERANZA es:
Agregar vida a los años y no años a la vida
         La gerontología, una disciplina nueva en el campo científico, abarca una edad del humano, de vital importancia, que ha sido considerado como fundamental por todas las culturas que la honraron a lo largo de la historia. Esta especialidad se consolida en el mundo científico con aportes interdisciplinarios de la Medicina, la Psicología, la Sociología, la Pedagogía y ciencias auxiliares.
         Se puden prevenir problemas psicopatológicos derivados de sentimientos profundos de soledad, el avejentamiento prematuro, situaciones de cambios familiares, comportamientos alterados que van en detrimento de la plenitud de vida y el descuido que todos hacemos de los aportes que estas personas aún pueden hacer a la comunidad.
         Una evaluación previa de las personas que se acerquen a estos grupos será imprescindible, valorando en esa encuesta los niveles de adaptación posibles, resistencias y hábitos.
         Medidante la aplicación de técnicas grupales, motivacionales y conductuales, el equipo de profesionales busca lograr un cambio que aparte de los participantes sentimientos de soledad propia o con respecto al entorno, desarrollar mayor autonomía relativa, aumentar el afecto de y hacia sus relaciones interpersonales y el reconocimiento de un sentido de vida pleno. Esta forma de asistencia no intenta reemplazar a la familia pero desea poner en marcha la voluntad de sentido, muchas veces perdida por parte de estas personas.
         La jubilación o el avance de los años genera cambios fundamentales en el ritmo de vida cotidiano, en la reestructuración de la relación familiar y social y en el uso del tiempo libre. Llegar a esa edad conlleva encontrar un nuevo papel activo en la comunidad. Todos los investigadores coinciden  en que todos los mayores de 65 años tienen buena capacidad intelectual para realizar alguna tarea productiva. Con los debidos aportes y asistencia se pueden realizar tareas adaptadas a su nivel.
         Si desarrollan actividades que les resultan interesantes y atractivas, se sentirán valiosos y satisfechos en su rol social. Este sentimiento de utilidad disminuye el “stress” considerando a éste como aquella respuesta no específica del organismo ante las demandas de la vida cotidiana. El grupo de autoayuda provee una respuesta a este “stress” con actividades de estimulación, diversión, continencia, refuerzo de la auto-estima, contacto social y clima grupal agradable.
         La necesidad de constitución de Grupos de Autoayuda para Personas Mayores de 65 años (PROYECTO ESPERANZA) surgirá cuando se escuche decir a varias personas: “Aquí estoy, matando el tiempo......” y se les pueda contestar: “Aquí estamos nosotros para ayudarle a quitar esa frustración y acercarlos a la Esperanza”
Ofrecemos a Instituciones y particulares la posibilidad de formar grupos de estas características. También pueden consultar por entrevistas individuales en las direcciones: sentido@cop.es

GRUPO DE REFLEXIÓN

TALLER-PRESENTACIÓN DE LA LOGOTERAPIA GRUPAL

Dividiremos el Taller en tres tiempos: la somera fundamentación teórica de la práctica logoterapéutica, una muestra de la práctica con técnicas precisas y un espacio para la discusión grupal con los asistentes. La práctica grupal tiene su objetivo en el encuentro con el otro y en la búsqueda de sentido en la vida a partir de ese encuentro interhumano.
El encuentro auténtico es un modo de coexistencia que está abierto al logos, permitiendo a los participantes el trascenderse a si mismos y llegar a promover tal autotrascendencia mutua.
La psicoterapia es siempre algo mas que una técnica en la medida que ella incluye un elemento de arte y siempre es más que una ciencia porque incluye la necesidad de considerar, sabiamente, la necesidad del encuentro.  Ciencia y Técnica deben estar al servicio del Hombre y permitirle desarrollar su posibilidad autotrascendente a partir de la consideración de su ser-allende-en-el-mundo-con-los-otros-en-el-amor.
Buscamos la efectividad de las técnicas teniendo en cuenta que el hombre es un ser-para-el-otro y que todo lo que vivencie en el grupo deberá ser importante no solamente para sí sino también para sus relaciones interpersonales.
La práctica de la Logoterapia Grupal otorga a las personas que pasan por esta experiencia la posibilidad de valorizar lo realizado durante su existencia, en algunas ocasiones bloqueada por los miedos, la soledad, la falta de proyectos o la angustia frente a la muerte. La elaboración, en forma breve, de esta conflictiva se realiza en el marco de una antropología humanístico-existencial que considere las particulares problemáticas de cada participante.
Estableceremos un buen clima grupal buscando:
§  Un lugar donde las personas se sientan bien, cómodas y a gusto.
§  Un lugar donde existe libertad para expresarse y para participar sin compromisos.
§  Un lugar donde la gente no tenga miedos (de hablar, de actuar, etc)
§  Un lugar donde se sientan seguros, relajados y sin tensiones.
§  Un lugar donde la afectividad de signo positivo circule entre sus miembros.

Ofrecemos a Instituciones y particulares la posibilidad de formar grupos de estas características. También pueden consultar por entrevistas individuales en las direcciones: sentido@cop.es