Dr. Frankl y Dr. Martínez-Romero en Caracas 1985

jueves, 25 de marzo de 2021

INTERESANTE E INSÓLITA ENTREVISTA REALIZADA AL DR. VIKTOR E. FRANKL EN 1958

 La investigación sobre publicaciones relacionadas con los trabajos que tenemos en elaboración siempre da frutos y nos concede algunas perlas valiosas que aportan a nuestro conocimiento pero que también nos alegran el espíritu. Buscando referencias sobre comunicación para fundamentar mi próximo libro sobre Logoterapia Grupal encontré esta interesante entrevista realizada por Del Arco para el periódico La Vanguardia Española y publicada el jueves 4 de septiembre de 1958.

El entrevistador, quien también realiza la caricatura de Frankl para la publicación, juega con las preguntas a boca de jarro, incisivas. Frankl responde con soltura y corrección, con el sentido del humor austríaco que lo caracterizaba. No creo que haya entendido el final por ser una referencia muy local sobre la lotería española. La sección del periódico se llamaba MANO A MANO.

El Dr. Frankl había concurrido en esos días al IV Congreso Internacional de Psicoterapia que se realizó en Madrid y al que concurrieron eminentes personalidades de la psiquiatría del momento. El Congreso estaba presidido por el Dr. Sarró (eximio prologuista del libro sobre Personalidad de P. Lersch).

El periódico mencionado, en su edición del sábado 6 de septiembre de 1958 reseña la conferencia que pronunciara Frankl en ese Congreso, mencionando la gran cantidad de público asistente que premió al conferencista con un largo aplauso.

Destaca el comentarista que el Dr. Frankl dijo en esa Conferencia: “El psicoterapeuta no debe tener un concepto técnico, sino una concepción del hombre. Estamos a los albores de una psicoterapia humanizada y hemos dejado atrás una concepción del hombre como máquina”

Frankl tenía en ese momento 53 años.

Reproducimos la entrevista pues en el escáner del periódico no se puede leer bien.

 


VIKTOR E. FRANKL

Viktor E. Frankl, profesor de psiquiatría en la Universidad de Viena, presidente de la Sociedad Austríaca de Psicoterapia.

—Y —añade él— escalador, caricaturista y compositor de tangos.

—¿Y además sucesor de Freud? — pregunto yo.

—Freud no tenía una clínica. Ni Freud ni yo tenemos cátedra; somos

profesores independientes.

—¿No tiene usted discípulos?

—Todo el anfiteatro.

—¿Y clientes? Usted es médico.

—Irregularmente; no tengo interés en ganar dinero, ni tiempo para ganarlo.

Le contaré una cosa: una Universidad norteamericana me ofreció nueve mil

dólares por tres meses. Y yo me pregunté: «¿Si tuviera nueve mii dólares,

en qué los invertiría»? Y me contesté: «En comprar tiempo para poder trabajar»; si tengo tres meses no los vendo por nueve mil dólares.

Antes de seguir adelante diré que i Viktor £. Frankl, es el creador de la

Logoterapia y autor de varios libros, ! entre ellos «Psicoanálisis y existencialismo», traducido a seis lenguas. Frente a mí, está bien dispuesto al diálogo

 —¿Cree en el hombre? — digo,

—También creo en los hombres — matiza.

—¿Cree en usted?

—Creo en mis resultados y, por lo tanto debo creer en mi capacidad de crear, y lo primero que creo en mí es en el sentido que he dado a mi vida

— ¿Cuál es su objetivo?

-Que el psicoterapeuta llegue a ser consciente de que el hombre es un ser

esencialmente espiritual, que no es un producto de reflejos y mecanismos; que es un sujeto y no un objeto.

—Esto ya lo descubrimos hace siglos.

—Pero durante los últimos cincuenta años se había olvidado completamente, y los mejores científicos habían protestado de este olvido,

—¿Quién tuvo la culpa?

—El espíritu de nuestro tiempo. La psicoterapia mecanicista fue un síntoma; el nihilismo dice que el hombre no tiene un último sentido, como un agregado de materia. Y el peligro está en que la psicoterapia sirva al nihilismo, en vez de combatirlo.

-¿Cuál es su punta de partida?

—No admito el «homunculismo», que es creer que el hombre es un producto de la herencia y del medio ambiente; yo creo que el hombre es libre de crearse a sí mismo, dentro de los límites de su constitución y su ambiente.

—¿Usted es así, como es, porqué quiere ser así?

—Yo soy un metro sesenta y cuatro y no un metro ochenta y cuatro; pero lo

que es mi creación, sí, hago libros, en vez de ganar dinero. El hombre puede cumplir el sentido de su vida, no olvidarlo; en esto consiste la libertad. Todos los hombres tienen un sentido de su vida; si éste se cumple, queda la vida satisfecha; sino, queda incumplida para la eternidad, porque su sentido propio es único en el cosmos.

—¿Viktor E. Frankl no hay más que usted?

—Esto no es Interesante; lo esencial consiste en que si Frankl no escribe sus libros, nadie los escribirá; otros escribirán otros libros, mucho mejores, pero sólo yo puedo escribir mis libros.

—¿Y quién asegura que usted ha acertado en su camino?

—Existe una sola instancia que puede decirlo: mi conciencia moral.

—¿Y quién me asegura que usted me es útil en su camino, y no en otro?

—El hombre es un ser limitado y nunca puede dar un concepto absoluto.

—¿Cuál es su fórmula de vida?

—La soñé una noche hace doce años y al despertar la escribí: «Vive como

si fuera por segunda vez; y como si la primera vez lo hubieras hecho tan mal como lo vas a hacer. Todavía tienes la oportunidad de rectificar.

—Entonces cada acto de nuestra vida podemos mejorarlo; en este diálogo

mismo, ¿qué rectificaría?

—Una página de la vida, no es toda la vida. El perfeccionismo es un impedimento de la perfección.

—Usted, ¿cómo es?IV Co

—Espero ser imperfecto; si fuera perfecto no tendría, misión que cumplir; el

hombre debe aspirar a ser perfecto, pero debe saber que nunca lo será.

Goethe dijo: «Debo querer lo absolutamente mejor, si quiero conseguir 1o

bueno relativo».

—Ir por el «gordo» y caernos la “pedrea”; sin Freud, ni psicoterapia.

DEL ARCO

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