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Un blog para compartir artículos sobre Análisis Existencial y Logoterapia
sábado, 10 de diciembre de 2016
Valores y sentido en Frankl - por Manuel Arboccó de los Heros
martes, 15 de noviembre de 2016
KROEFF, P. : Consideraciones sobre el valor de actitud en Logoterapia
Se autoriza el uso de este
material citando su procedencia:
Kroeff, P. (1998).
Consideraciones sobre el valor de actitud en logoterapia. NOUS: Boletín de
Logoterapia y Análisis Existencial. (2),
39-45.
CONSIDERACIONES
SOBRE EL VALOR DE ACTITUD EN LOGOTERAPIA
Paulo
KROEFF
En la Logoterapia, hay
tres sugerencias, tres caminos generales a través de los cuales una persona
puede encontrar el sentido de su vida: realizando valores de creación, valores
de vivencia o valores de actitud. En algunos de sus escritos, Frankl considera
los tres valores de igual rango (Frankl, 1970, p.70); en otros (Frankl, 1987;
1990) presenta el valor de actitud, como el más alto de estos tres valores,
"el valor supremo". Tal vez, el rango más alto del valor de actitud
radique exactamente en la exigencia mayor que este valor nos hace.
En los valores de
creación, nuestro sentido está en las cosas que hacemos para el mundo: con
nuestro trabajo, con nuestro actuar. En los valores de vivencia, el sentido se
puede encontrar en lo que nos ofrece el mundo; en las experiencias de encuentro
con los otros, en la amistad, en el amor, en nuestra contemplación de la
naturaleza, en la apreciación del arte, entre otras posibilidades. En estas dos
clases de valores, la capacidad de elección es más evidente: nuestra actuación
puede cambiar las experiencias que tenemos; puede repetirlas, si nos agrada;
puede eliminarlas, si no nos satisfacen. Hasta cierto punto, podemos
seleccionar las experiencias que se nos van a presentar. También, se hace más
evidente la posibilidad del placer en las actividades o vivencias.
Ya en los valores de
actitud, a pesar de que la capacidad de elección se mantiene, pues su
desaparición sería un contrasentido teórico dentro de la logoterapia, hay un
cambio direccional en cuanto a la reacción que puede tener la persona. Su
reacción ya no puede ser dirigida al exterior: cambiar, seleccionar, eliminar,
repetir creaciones o vivencias. Por su propia definición, un valor de actitud
se posibilita en el momento que nos ocurre algo que no podemos cambiar, algo
que no fue el resultado de nuestra elección o selección, es decir, algo que es
inevitable de vivenciar: la muerte de alguien, una enfermedad que nos
sorprende, la pérdida del empleo, el rechazo de una persona amada, un accidente
que nos traumatiza. No hay un camino posible de huida de estas experiencias. Es
inevitable aceptar lo que la vida nos ha reservado. El cambio direccional es
desde el exterior ‑que no podemos cambiar‑, hacía nuestro interior, donde la
elección vuelve a ser posible, y esta no es otra que la búsqueda de un
significado para esta vivencia nuestra. Estamos frente a un interrogante que la
vida nos hace y al que tenemos que responder.
"Pero, es difícil,
muy difícil", decía José hablando del valor de actitud. José (por razones
obvias, no es este su verdadero nombre) es un enfermo terminal de cáncer. Como
ya conocía con anterioridad la obra de Frankl, fue posible discutir con él los
diversos valores para encontrar sentido a la vida. Los valores de creación ya
no le están disponibles: ya no puede trabajar, algo que tuvo una significación
especial en su vida. El trabajo le proporcionó liberarse de una relación
demasiado sofocante con sus padres, la cual le marcó la vida, haciéndole temer
relaciones demasiado íntimas, que pudieran reproducir la sensación de estar
atrapado. El trabajo también le proporcionó oportunidades para conocer otros
países, la vivencia de otras culturas. Los valores de vivencia aún están
disponibles, pero bastante reducidos en su amplitud. Ya no puede estar en la
montaña, una vivencia que llenaba de valor su vida. Su apreciación por la
música, otra vivencia que le encanta, se encuentra disminuida. Ya no puede ir a
conciertos, ni siempre se encuentra dispuesto para apreciar la música proporcionada
por un compact disc, ya que, o tiene indisposiciones, o tiene dolores, o está
atormentado por los pensamientos referentes a la situación en que se encuentra.
Por ahora, no puede salir a la calle, pues no tiene la energía que eso supone.
A parte de eso, tiene conectadas a su abdomen bolsas para recoger secreciones
de su cuerpo y tiene que hacer muchas curas al día. Ni los simples placeres de
la vida, como beber y comer le quedan: su alimentación es parenteral y, por
ello, gotea constantemente de una bolsa suspendida al lado de su cama. Necesita
de los otros para casi todo. Tiene que convivir con una sensación de impotencia
y de falta de control, angustiante para él, un hombre muy intelectualizado y
con rasgos obsesivos. Tendría todas las razones del mundo para no ver sentido
en su vida. Su lucha deberá ser la de no sucumbir al sin‑sentido. Su desafío
será el propuesto por Camus (1996):
En lo más negro de nuestro nihilismo, he buscado tan sólo
razones para superar ese nihilismo. Y no por virtud, en absoluto, ni por una
rara elevación del alma, sino por fidelidad instintiva a una luz en la que he
nacido y en la que desde hace miles de años los hombres han aprendido a saludar
la vida hasta en el sufrimiento (p. 68).
Para las personas que
no hayan tenido muchas confrontaciones con el destino inevitable, la crisis que
tal confrontación puede provocar deja a la persona solamente tres caminos,
según Lukas (1986). El primero, no está disponible a José pues no es un
creyente. El tercero, la realización estable de un sentido, se encuentra
bastante amenazado. A José, le queda la segunda posibilidad: "la empatía y
la comprensión de las personas que están a su alrededor" (p. 62).
José reconoce que
vivenciar esta enfermedad grave, una situación limite según Jaspers (1993)1,
le ha quitado muchas de las restricciones que tenía en contra de la experiencia
del amor, de la amistad, del encuentro con las personas, que ahora considera
como las experiencias que dan sentido a la vida. Después de un año de
enfermedad, y de la experiencia de la quimioterapia, decidió casarse con la
mujer con quién mantenía una relación desde hace 12 años, sin convivir con
ella, ante la perspectiva de una cirugía con inciertas perspectivas de éxito2.
Quería darle la satisfacción de que ella fuera su esposa y de ampararla
económicamente, garantizándole la mayor parte de su herencia, en caso de
fallecer. También tiene el consuelo de sus amigos, que le acompañan bastante de
cerca, turnándose para ayudarle en los muchos cuidados que necesita. Así, si
por un lado la realización de valores de vivencia quedó reducida en amplitud,
no está cerrada la posibilidad de una profundización en las relaciones con las
personas.
Ver sentido en el
sufrimiento no es una tarea fácil. Lo negativo de la enfermedad y de sus
consecuencias es tan evidente que raras veces permite ver que también esta
moneda tiene dos lados. La hermana de otra enferma de cáncer, que moriría pocas
semanas después, decía que la enfermedad de su hermana le había cambiado para
mejor. Decía que estaba más abierta para comprender el dolor de los otros, que
era una persona más sensible de lo que era antes de la enfermedad, que muchas
veces se había amargado la vida con cosas sin importancia, que ahora percibía
que no hay que dejar el vivir para después. La gravedad de la crisis por la
cual pasaba su familia le enseñaba a ver lo que era realmente importante en la
vida. Podía percibir la verdad de lo que decía J. P. Richeter, de que solamente
apreciamos realmente el sueño, la fortuna y la salud cuando estos son
interrumpidos.
Esta posibilidad de
existir lo positivo en el sufrimiento lo expresa Remen (1993), una médica, que
también padece de una enfermedad grave:
Si aceptamos que cada uno de nosotros es potencialmente
un transformador de experiencia, puede haber una manera 'sana' de tener una
enfermedad, una manera 'sana' de enfrentarse con una crisis.
Puede haber una manera de utilizar esos eventos comunes en la vida como una
indicación para identificar lo que ya fue superado, para encontrar nuevas y
mejores maneras de ser y de realizar. Las tragedias y dificultades de la vida
cotidiana pueden ser una manera de saber quiénes somos y cómo deseamos vivir
(p. 102).
Pero, José tiene razón: "es difícil, muy difícil".
Están ahí todas las limitaciones que el destino le impuso. Está ahí la
presencia cercana y muchas veces cegadora de la muerte. Este poder perturbador
de la muerte fue bien expresado en una frase de La Rochefoucauld: "No nos
es dado contemplar inmutables ni al sol ni a la muerte". No es fácil ver a
la muerte y al sufrimiento como lo propone Frankl en la logoterapia. Como
presupuestos de la existencia humana, no pueden quitar sentido a la vida.
Pueden, en verdad, ofrecer nuevas oportunidades de encontrarlo, en la manera en
que afrontamos estos hechos (el valor de actitud). Véase en este sentido la
declaración de Frankl a un periódico de Buenos Aires (La Nación, nov/90):
"Si puedo cargar sobre mis espaldas el peso del dolor,
del sufrimiento y de la muerte, podré encontrar el último sentido que la vida
puede ofrecer: asumir un destino que no puede evitarse".
También es difícil para
el terapeuta que trabaja con enfermos terminales. Es como si el enfermo le
preguntara constantemente: "¿de qué modo pensáis llenar el vacío de mi
temor y reducir a claridad el caos de mi confusión?"; utilizando una frase
de Cervantes (1996, p. 9), que expresa bien el estado en que a veces se
encuentran estos enfermos. En situaciones como estas, Lukas (1989) nos recuerda
la necesidad de ayudar al paciente a ver más allá de su enfermedad, de
centrarse en lo que aún ofrece posibilidades para la realización de valores, en
vez de en las posibilidades perdidas o en las que tendrá que renunciar. O sea,
centrarse en el "espacio libre aún preservado", como ella lo llama.
En esta misma dirección van las palabras de Frankl (1976), que vienen a
continuación:
...toda psicoterapia debe tener, también, un lado o una
fase positiva: tiene que llevar al enfermo a ver todo lo que está más allá de
su enfermedad, o sea, concienciarlo de la responsabilidad que precisa tener
para aceptar la forma concreta de su existencia personal (p. 152).
Muchas veces Frankl
hizo hincapié en la necesidad de que el terapeuta sea creativo, de
individualizar sus intervenciones con el paciente, de adaptarlas a la situación
que él vive. Tal vez en ninguna otra situación esto tenga tanta importancia
como cuando se trabaja con pacientes terminales. Las necesidades son muchas. La
ambivalencia y la confusión muchas veces dificultan al propio paciente una visión
clara de la situación que vive. Y el tiempo es apremiante. Hay que concretar
las metas terapéuticas ‑a partir de la teoría‑ en estrategias asequibles. ¿Cómo
sacar, por ejemplo, a José de su preguntarse por cómo estará en dos o tres
meses (tal vez muerto), un preguntarse que le paraliza, que le coloca en un
esperar angustioso, para lanzarlo en un proyecto de vivir lo mejor posible cada
uno de los días que le queden?. La logoterapia siempre ha estimulado el
volcarse hacía el futuro, hacia la meta a realizar, como un catalizador para la
realización presente. Eso se mantiene, pero ahora hay que reducir este futuro a
cada día. Una posibilidad intentada fue la de proponer a este hombre
acostumbrado a desarrollar proyectos, que desarrollara uno que tuviera como objetivo
planear, en el día anterior, como disfrutar lo mejor posible el día de mañana,
y solicitar a las personas con quien convive sugerencias para incluir en su
proyecto. Es un intento de involucrarlo en el proyecto de volver a vivir su
vida ‑tarea de todos nosotros‑ en vez de esperar simplemente que la muerte
llegue.
Otra posibilidad es
apelar a la auto‑transcendencia, para evitar el peligro del cual nos alertaba
Kierkegaard (1993): "Nada es más peligroso ni más paralizador para un
hombre que el aislamiento profundo dentro de sí mismo" (p.39). José había
manifestado la preocupación por la fragilidad de su ahora esposa, imaginando
que no podría soportar conocer su real estado de salud. Estimulado a hablarle
de eso, ella le ha sorprendido (y se ha sorprendido a sí misma) con su
capacidad de afrontamiento (o, en términos de la logoterapia, su capacidad de
movilizar "la fuerza desafiadora del espíritu"). Entonces le
propusimos dedicarse más a ella, que es intelectualmente menos brillante que
él, ayudándola a continuar desarrollando su fuerza interior para convivir con
el sufrimiento del ahora y el vivir después con la ausencia de su esposo. Puede
que haya mucho que hacer en esta etapa final, como decía Solzhenitsin3,
el Nobel de literatura: "Cuanto más cerca está el fin tantas más cosas hay
que hacer".
Para terminar, que
Frankl (1991) diga las últimas palabras:
...que el sufrimiento sea realmente lo que le da al hombre
la oportunidad de crecer y de transformarse, nadie lo ha descrito mejor que el
pintor y escultor israelí Yehuda Bacon, quien de niño fue llevado a Auschwitz.
Se le preguntó después de su liberación qué sentido tendrían aquellos años que
pasó en Auschwitz y escribió: De niño pensaba, ya le contaré al mundo lo que en
Auschwitz vi, con la esperanza de que el mundo cambiaría; pero el mundo no
cambió, el mundo no quería escuchar hablar de Auschwitz. Sólo mucho después
comprendí realmente cuál es el sentido del dolor: el dolor realmente tiene
sentido cuando tú mismo te conviertes en otro hombre (p. 231).
Paulo KROEFF es psicólogo. Profesor del Instituto
de Psicología de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Rua Ramiro
Barcelos 2600 ‑ 1º andar. 90035‑003 Porto Alegre ‑ RS ‑ Brasil.
Dirección en España: Sector Foresta 17, 4º C. 28760 Tres Cantos
‑ Madrid. Tlfo.:(91)804‑3507. E‑mail: ib309492@public.ibercaja.es
NOTAS
1 "...no
puedo menos de morir, ni de padecer, ni de luchar, estoy sometido al acaso, me
hundo inevitablemente en la culpa. Estas situaciones fundamentales de nuestra
existencia las llamamos situaciones limite" (p. 17).
2 Ante
el fracaso de esta cirugía, tuvo que pasar por una segunda, después de la cual
fue trasladado a su casa, siendo considerado un paciente terminal.
3 Alexandr
Solzhenitsin, citado por su mujer, en el artículo "Ultimas páginas de
Solzhenitsin ‑ Su esposa cuenta el esfuerzo literario del premio Nobel bajo la
amenaza de la muerte", El País ‑ Domingo. Madrid, 10 de agosto de 1997, p.
12.
BIBLIOGRAFÍA
- Camus, A. (1996). El verano. Madrid: Alianza Editorial.
- Cervantes Saavedra, M.
(1996). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid: Alba
Libros.
- Frankl, V. E. (1970). The will to meaning. New York: Plume
Book.
- Frankl, V. E. (1976). Psicoterapia ‑ Uma casuística para médicos. Sâo Paulo: E.P.U.
- Frankl, V. E. (1987). Em busca de sentido ‑ Um psicólogo no campo de
concentraçâo. Porto Alegre/Sâo Leopoldo: Sionodal/Sulina.
- Frankl, V. E. (1990). Ante el vacío existencial. Barcelona: Herder.
- Frankl, V. E. (1991). La voluntad de sentido. Barcelona:
Herder.
- Jaspers, K. (1993). La Filosofia desde el punto de vista de la
existencia. Madrid: Fondo de Cultura Económica.
- Kierkegaard, S. (1993). Diario íntimo. Barcelona: Editorial
Planeta.
- Lukas,E. (1986). Meaning in suffering. Berkeley, Institute of
Logotherapy Press.
- Lukas, E. (1989). A força desafiadora do espírito. Sâo Paulo:
Ediçôes Loyola.
- Remen, R. N. (1993). O paciente como ser humano. Sâo Paulo:
Summus Editorial.
sábado, 5 de noviembre de 2016
¿QUÉ ES LA TERAPIA EXISTENCIAL? Definición de la Confederación Mundial de Terapias Existenciales. Traducción del Dr. José Martínez-Romero Gandos
A la Comunidad de
Psicoterapeutas Existenciales en el mundo
Psicoterapia Existencial
Confederación Mundial de
Terapias Existenciales
Traducción del Dr. José
Martínez-Romero Gandos
Septiembre
de 2016.
Prefacio
En
2014-2016, un grupo internacional que representa un corte transversal de
terapeutas existenciales contemporáneos
se juntaron en un esfuerzo cooperativo para crear esta amplia definición. La
misma fue escrita con el espíritu de inclusividad y diversidad que caracteriza
esta orientación única, con el objetivo de llegar una accesible, sucinta,
“aceptable" definición funcional
acerca de en que consiste la Terapia Existencial. Esta definición
reconoce y honra la postura compartida que unifica, sostiene e informa sobre
los diferentes caminos para la comprensión y la práctica de la Terapia
Existencial hoy, sin violentar la espontaneidad inherente, la flexibilidad, la
creatividad y el misterio. Lo que sigue es la version actual de una búsqueda,
continuamente en desarrollo, y de un cuestionamiento colectivo sobre el tema.
1.
¿Qué es la Psicoterapia Existencial?
La
terapia existencial es un acercamiento filosóficamente informado al
asesoramiento o a la psicoterapia. Esto comprende un espectro ricamente diverso
de teorías y prácticas. En deuda, parcialmente, con esta diversidad de
desarrollo, la Terapia Existencial no puede ser definida fácilmente. Por
ejemplo, algunos terapeutas existenciales no consideran que este acercamiento
constituya una "escuela" separada de asesoramiento o psicoterapia,
sino más bien una actitud, una orientación o postura hacia la terapia en
general. Sin embargo, en los últimos años, la Terapia Existencial fue
considerada cada vez más por algunos como un acercamiento particular y
específico a uno mismo. En cualquier caso podemos decir que, aunque es difícil
formalizar y definir, tal como lo sentimos, la Psicoterapia Existencial es un
acercamiento en profundidad filosófica caracterizada en la práctica por un
énfasis sobre la relación, la espontaneidad, la flexibilidad y la libertad en relación
a una doctrina rígida o dogma. Ciertamente, debido a estas cualidades
principales, a muchos Terapeutas Existenciales les parece contradictoria en su
misma naturaleza la tentativa de definirla.
Como
en otras aproximaciones terapéuticas, la Terapia Existencial principalmente
(pero no exclusivamente) se preocupa por las personas que están sufriendo o en
crisis. Algunos terapeutas existenciales intervienen con la intención de
aliviar o mitigar tal angustia cuando es posible ayudar a las personas a competir
con los desafíos inevitables de la vida de una forma más significativa,
satisfactoria, auténtica y constructiva. Otros terapeutas existenciales están
menos centrados en el síntoma u orientados hacia un problema y acuerdan con sus
clientes una exploración amplia de la existencia sin presuponer cualquier
objetivo particular terapéutico o resultados destinados a la corrección de
cogniciones y comportamientos, a mitigar los síntomas o para remediar
carencias. Sin embargo, a pesar de sus diferencias significativas teóricas,
ideológicas y prácticas, los Terapeutas Existenciales comparten una visión de
mundo particular filosóficamente derivada que los distingue de la mayor parte
de otras prácticas contemporáneas.
2. ¿Por
qué es llamada “Psicoterapia Existencial”?
La
terapia existencial está basada en una amplia gama de insights, valores y
principios extraídos de la filosofía fenomenológica existencial. Esta filosofía
de la existencia acentúa ciertas "preocupaciones últimas" - a menudo
en una tensión dialéctica del uno con el otro - como la libertad de opción, la
búsqueda del sentido o del propósito de vida y los problemas de la vida
cotidiana, el aislamiento, el sufrimiento, la culpa, la ansiedad, la
desesperación y la muerte. Para los Terapeutas Existenciales, con "fenomenología" se refieren al
método filosófico por el cual encuentran
atribución estas preocupaciones últimas o "hechos" y por el cual la
experiencia básica de la persona "de ser en el mundo" puede ser mejor
esclarecida o revelada y así ser
comprendida cabalmente. Este método
fenomenológico comienza tratando deliberadamente de dejar de lado los
presupuestos propios a fin de estar plenamente abierto y receptivo a la
exploración de la realidad subjetiva de la otra persona .
Aunque
puedan haber muchas motivaciones diferentes para aquellos que deciden
participar en este proceso exploratorio, como en la mayor parte de las formas
de asesoramiento, psicoterapia, o tratamiento psicológico y psiquiátrico, la
terapia existencial comúnmente es buscada por la gente en las turbulencias de
una crisis existencial: alguna circunstancia específica en cual experimentamos
nuestro sentido básico de supervivencia, seguridad o identidad
significativamente amenazado. Tales amenazas existenciales pueden ser de una
naturaleza física, social, emocional o espiritual y pueden estar dirigidas
hacia mi mismo, hacia otros, hacia el
mundo en general o a las ideas y percepciones por las que vivimos. Esto
impresiona y sacude nuestro sentido de
seguridad y autocomplacencia, forzándonos a preguntar y dudar de nuestras
creencias más hondamente sostenidas o a nuestros valores. Porque la existencia
humana está, según los terapeutas existenciales, continuamente cambiando o
realizándose según su propia naturaleza, estamos naturalmente propensos a la
experimentación de tales desafíos existenciales o crisis a través de la vida
útil. En la terapia existencial, estas desorientaciones y ansiedades que
provocan los períodos de crisis son percibidos simultáneamente tanto como un
momento peligroso como una oportunidad para la transformación y el crecimiento.
3.
¿Cómo funciona la Psicoterapia Existencial?
Los
Terapeutas Existenciales ven su práctica como un diálogo mutuo, colaborativo,
alentador y exploratorio entre dos seres humanos que luchan – una persona que
busca la ayuda del otro que profesionalmente esta entrenado para
proporcionarlo. La terapia existencial coloca el énfasis especial en el
desarrollo de una preocupación honesta, de apoyo y empática en la relación aún
desafiante entre el terapeuta y el cliente, reconociendo el papel vital de esta
relación en el proceso terapéutico.
En
la práctica, la terapia existencial explora como los clientes, en el
aquí-y-ahora, expresan sentimientos, pensamientos e interacciones dinámicas
dentro de esta relación y con los otros, pretendiendo iluminar su más amplio
mundo de experiencias pasadas, acontecimientos actuales y futuras expectativas.
Este respetuoso, compasivo, sostenedor aunque sin embargo verdadero encuentro –
unido a una postura fenomenológica - permite a los terapeutas existenciales
comprender con mayor exactitud y descripción como dirigir la persona hacia su
modo-de- ser- en-el-mundo. Esforzándose en evitar imponer su propia vision de
mundo y el propio sistema de valores sobre clientes o pacientes, los terapeutas
existenciales pueden procurar revelar e indicar ciertas inconsistencias,
contradicciones o incongruencias elegidos por alguien pero habituales en su
modo de ser. De esta forma, algunos terapeutas existenciales, cuando sea
necesario, van a enfrentar constructivamente a la persona con modos a veces
contraproducentes o destructivos de ser en el mundo. Otros deliberadamente
decidirán evitar ver o dirigir cualquier experiencia o expresión del modo de
ser en el mundo de la persona dede una perspectiva que lo interprete como
siendo positiva/negativa, constructiva/destructiva, sana/malsana, etc. En uno u
otro caso, el objetivo terapéutico es iluminar, clarificar y colocar estos
problemas en una más amplia perspectiva para promover la capacidad de los
clientes para reconocer, aceptar y activamente ejercer su responsabilidad y
libertad: escoger como ser o actuar de manera diferente, si tal cambio es
deseado o, si no, para tolerar, afirmar y abrazar la elección de sus modos de
ser en el mundo.
Para
facilitar este potencialmente liberador proceso, la terapia existencial se
focaliza principalmente en el realce de la conciencia de la persona, de su
experimentación "interior", "subjetividad" o ser: el flujo
temporal, transitorio, vital de pensamientos de momento a momento, sensaciones
y sentimientos. Al mismo tiempo, la terapia existencial reconoce la interacción
inevitable entre el pasado, el presente y futuro. En cuanto a esto, los
terapeutas existenciales respetan el poder impresionante del pasado y el futuro
y directamente se dirigen a tratar como impacta ésto en el presente.
4.
¿Qué hace a la Psicoterapia Existencial diferente de otras terapias?
Además
de su combinación única de vision filosófica del mundo, la postura
fenomenológica y el énfasis principal tanto sobre la relación terapéutica como
sobre la experiencia real, la terapia existencial generalmente esta menos
enfocada al diagnostico psicopatológico per se y más a proporcionar el alivio
rápido del síntoma en sí que otras formas de terapia. En cambio, preocupantes
"síntomas" como la ansiedad, la depresión o la rabia son reconocidas
como reacciones potencialmente significativas y comprensibles en circunstancias
corrientes y la historia personal contextual. Como tal, la terapia existencial
está principalmente preocupada por la experiencia y la exploración de estos
fenómenos inquietantes a fondo: directamente tomándolos en cuenta más bien que
intentar suprimirlos inmediatamente o erradicarlos. Compatible con esto, la
terapia existencial tiende a ser expresamente más exploratoria que específica o
conductualmente orientada por objetivos. Su objetivo principal es clarificar,
comprender, describir y explorar más bien que analizar, explicar, tratar o
“curar" la experiencia subjetiva de sufrimiento de alguien.
5.
¿Qué técnicas o métodos usan los Terapeutas Existenciales?
La
terapia existencial no se define, predominantemente, sobre la base de ninguna
técnica(s) particular predeterminada. Ciertamente, algunos terapeutas
existenciales evitan totalmente el empleo de cualquier intervención técnica,
acordando que tales métodos artificiales pueden disminuir la cualidad esencial
humana, la integridad, y la honestidad de la relación terapéutica. Sin embargo,
una práctica terapéutica común a prácticamente todo el trabajo existencial es
el método fenomenológico. Aquí, el terapeuta procura estar totalmente presente,
comprometido y libre de expectativas tan como sea posible durante todos y cada
encuentro terapéutico intentando temporalmente dejar de lado todas las preconcepciones
en cuanto al proceso. El objetivo es ganar una comprensión contextual más
clara y a fondo y la aceptación de que
una cierta experiencia podría ser significativa a esta persona específica
precisamente en este tiempo de su vida.
Muchos
terapeutas existenciales también hacen uso de capacidades básicas como la
reflexión empática, el diálogo
Socrático y la escucha activa. Algunos
también pueden utilizar una amplia gama de técnicas extraídas de otras terapias
como el psicoanálisis, la terapia cognoscitiva conductual, la psicoterapia
centrada en la persona, somática y la terapia Gestalt. Esta flexibilidad
técnica permite a algunos terapeutas existenciales la libertad de adaptar la
respuesta particular o la intervención a las necesidades específicas del
cliente individual y al proceso terapéutico que se desarrolla continuamente.
Sin embargo, independientemente de emplear o no métodos en la terapia
existencial, éstos son escogidos intencionadamente para ayudar a iluminar el
ser de la persona en este momento particular en su historia.
6.
¿Cuáles son las metas de la Psicoterapia Existencial?
El
propósito general de la terapia existencial es permitir a los clientes explorar
honestamente su experiencia de vida, abierta y comprensivamente. A través de
este proceso espontáneo, de colaboración en el descubrimiento, a los clientes
se les ayuda a obtener un sentido más claro de sus experiencias y que puedan
mantener sus significados subjetivos. Esta auto-exploración proporciona a los
individuos la oportunidad de enfrentar y confrontar con profundas cuestiones
filosóficas, espirituales y existenciales de todo tipo, así como con los retos
más mundanos de la vida diaria. Participar cabalmente en este proceso de apoyo,
exploratorio y desafiante puede ayudar a los clientes a llegar a un acuerdo con
su propia existencia y asumir la responsabilidad sobre la forma de vida que han
elegido vivir. En consecuencia, también puede animarles a elegir formas de ser
en el presente y en el futuro que ellos mismos identifican como más
profundamente satisfactoria, significativa y auténtica.
7.
¿Quién puede, potencialmente, beneficiarse con la Psicoterapia
Existencial?
Un
enfoque existencial puede ser útil para las personas que enfrentan una amplia
gama de problemas, síntomas o desafíos. La misma se puede utilizar con una
amplia variedad de clientes que van desde niños hasta la Tercera Edad, parejas,
familias o grupos y en prácticamente cualquier entorno, incluyendo clínicas,
hospitales, consultorios privados, el lugar de trabajo, las organizaciones y en
la comunidad social más amplia. Dado que la terapia existencial reconoce que
existimos siempre en un contexto de interrelaciones con el mundo, puede ser especialmente útil para trabajar
con clientes de diversos orígenes demográficos y culturales.
Mientras
que la terapia existencial es especialmente adecuada para las personas que
están tratando de explorar su propia postura filosófica ante la vida, es
posible que, en algunos casos, sea una elección menos apropiada para los
pacientes que necesitan una rápida rehabilitación de su enfermedad, de
situaciones de enfermedad potencialmente mortal o de síntomas de fragilidad
psiquiátrica. Sin embargo, debido precisamente a su enfoque fundamental sobre
toda la existencia de una persona en lugar de basarse únicamente en la
psicopatología y los síntomas, la terapia existencial no obstante puede
potencialmente ser un método eficaz para hacer frente incluso a las reacciones
más severas de las perturbaciones psicológicas, espirituales o transtornos existenciales
devastadores en sus vidas , ya sea en combinación con medicación psiquiátrica
cuando sea necesario o por iniciativa propia.
8.
¿Cuál es la evidencia científica que hay en cuanto a la eficacia de la
Psicoterapia Existencial?
Una serie de estudios bien controlados indican
que ciertas formas de terapia existencial, para ciertos grupos de clientes,
pueden conducir a un aumento del bienestar y sentido de vida (Vos, Craig y
Cooper, 2014). Este conjunto de pruebas está creciendo, con nuevos estudios que
muestran que las terapias existenciales pueden producir tanta mejora como otros
enfoques terapéuticos (por ejemplo, Rayner y Vitali, en prensa). Este hallazgo
es consistente con décadas de investigación científica que muestra que, en
general, todas las formas de psicoterapia son eficaces y que, en promedio, la
mayoría de las terapias son más o menos igual de útiles (Seligman, 1995;
Wampold y Imel, 2015), con las específicas características de los clientes y
sus preferencias que determinan el mejor enfoque terapéutico para cualquier
individuo dado. También hay una buena cantidad de evidencia que indica que una
de las cualidades esenciales asociadas con la terapia existencial – calidez del
cliente, valoración y empatía del cliente o de la relación paciente-terapeuta -
predice resultados terapéuticos positivos (Norcross y Lambert, 2011). Además,
el énfasis central de la terapia existencial en encontrar o realizar el sentido
se ha demostrado que es un factor significativo en la mejora de cliente o
paciente (Wampold et al., 2015?).
9.¿Donde
puedo encontrar más información acerca de la Psicoterapia Existencial y/o el
entrenamiento profesional necesario para ser un Terapeuta Existencial?
Hasta
hace poco tiempo, había pocas o ninguna oportunidad para la capacitación formal
de los Terapeutas Existenciales. En los últimos años esta situación ha cambiado
con la creación de diversos programas de formación en los Estados Unidos, el
Reino Unido, Bélgica, Alemania, Austria, Suiza, Italia, Portugal, Rusia, Canadá, Escandinavia,
Israel, Argentina, México, Chile, Perú, Colombia, Brasil, Lituania, Grecia,
Australia y muchos otros países.
Una
lista completa de los cursos de formación se encuentra disponible en el sitio
web.
World
Confederation for Existential Therapy
en la web:
http://www.existentialpsychotherapy.net/
en Facebook https://www.facebook.com/groups/160015467476015/
viernes, 7 de octubre de 2016
HOMENAJE A EUGÈNE MINKOWSKI Y FRANÇOISE MINKOWSKA - Innovadores en los aportes a una Psiquiatría y Psicología fenomenológico-existenciales
Publicado en Revista
Latinoamericana de Psicoterapia Existencial UN ENFOQUE COMPRENSIVO DEL SER. Nº13 . Año 2016
HOMENAJE A
EUGÈNE MINKOWSKI Y FRANÇOISE MINKOWSKA
Innovadores en los aportes a una Psiquiatría y
Psicología fenomenológico-existenciales
Dr. José
Martínez-Romero Gandos
octubre de 2016
Dedicado a la Dra. Marta Guberman – (Buenos Aires – Argentina)
Resumen
Eugène Minkowski fue pionero en la utilización del
análisis fenomenológico en la psiquiatría de su tiempo focalizando sus aportes
en la vivencia de la temporalidad humana distorsionada. Los fundamentos
antropológicos y filosóficos que postulaba como indispensables para la
construcción de teorías psicológicas cobraron fuerza en varios de sus colegas
contemporáneos con los que trabajó o departió intensamente: Jaspers,
Binswanger, Frankl, basados todos ellos en Heidegger, Husserl o Dilthey.
Una obra fundamental para todos los investigadores en
el ámbito del Psicodiagnóstico es el libro de Françoise Minkowska sobre
Rorschach. Este libro marca una ruptura esencial en la interpretación del Test
de Ro. Incorporando el análisis fenomenológico del vacío existencial
considerando único al individuo testeado. Todos los estudios reunidos en este
libro marcan una ruptura esencial en la interpretación del Ro.
Palabras clave: Rorschach – Eugène Minkowski – Françoise Minkowska – Psicología
Fenomenológico-existencial – Psicosis –
Abstract
Eugène
Minkowski pioneered the use of phenomenological analysis in psychiatry. He
focusing their contributions in living human temporality distorted.
Anthropological and philosophical foundations which posited as essential for
the construction of psychological theories gained strength in several of his
contemporary colleagues with whom he worked and spoke intensely: Jaspers,
Binswanger, Frankl, all based on Heidegger, Husserl and Dilthey.
A
fundamental work for all researchers in the field of Psycho-diagnosis is F.
Minkowska’s book about Rorschach. This book marks an essential break in the
interpretation of Ro. test incorporating the phenomenological analysis of
existential emptiness considering the individual tested as unique. All studies
collected in this book marked a crucial break in Rorschach interpretation.
Keywords:
E. Minkowski – F. Minkowska – Psychiatry – Existential and Fenomenological
Psychology- Psychoses.
Mientras el autor
de este trabajo cursaba la Licenciatura en Psicología en la Universidad de
Buenos Aires se publicó el Tratado de Psicopatología de Minkowski (1966). Pocos
Profesores aceptaban los aportes de la Filosofía a la Psiquiatría y a la
Psicología. Por no decir ninguno, ya que uno de ellos mencionó con cierto
desdén esta obra y su actitud motivó mi interés de estudiante en ese autor. Y
en lecturas de la época sobre su esposa la Dra. Françoise Minkowska autora de
una excelente obra sobre Rorschach (1956) y compañera de desventuras y trabajos
junto a su esposo.
Se reconoce a
Eugène Minkowski como pionero en la utilización del análisis fenomenológico en
la psiquiatría de su tiempo focalizando sus aportes en la vivencia de la
temporalidad humana distorsionada. Aun cuando E. Minkowski publicó sus
principales trabajos en los primeros años del siglo XX y hasta 1966 (1927,
1933, 1966) sus escritos sobre la patología de la temporalidad humana nos
permite comprender no solamente aspectos hermenéuticos sino también podemos
aplicar esos estudios a la sociedad occidental actual. Una muy buena síntesis
de estos conceptos los podemos encontrar en un trabajo del Dr. Roberto Almada
(2016) “Fenomenología y psicopatología del “tiempo vivido” en Eugène
Minkowski”.
Proveniente de un
ambiente de judíos ortodoxos lituanos, Eugène Minkowski, nacido en San
Petersburgo en 1885, tenía 7 años cuando los padres se establecieron en
Varsovia. Estudió medicina y filosofía en Múnich, y después partió hacia Kazan,
donde conoció a su mujer, Françoise Minkowska (née Françoise Trockman). La declaración
de guerra de 1914 lo sorprendió en Múnich, adonde había vuelto. Refugiado en
Suiza, se formó en Zurich, en la Clínica del Burghölzli, con Eugen Bleuler, y
después emigró a Francia, en 1915, para incorporarse al ejército como médico
militar. En 1925, junto con su esposa Françoise Minkowska y Paul Schiff, fue
uno de los fundadores del grupo de L'Évolution psychiatrique. Influido por la
filosofía de Husserl, y después por el análisis existencial de Ludwig
Binswanger, incorporó la fenomenología al saber psiquiátrico francés,
desempeñando de tal modo un papel de primer plano para la generación siguiente,
en particular para Jacques Lacan y Henri Ey (éste último sucedería a Minkowski
en la dirección de la revista). Su mujer introdujo en Francia el test de Hermann
Rorschach.
Los fundamentos
antropológicos y filosóficos que postulaba Minkowski como indispensables para
las construcción de teorías psicológicas cobraron fuerza en varios de sus
colegas contemporáneos con los que trabajó o departió intensamente: Jaspers,
Binswanger, Frankl, basados todos ellos en Heidegger, Husserl o Dilthey.
Henry Ey (1968) lo
distingue especialmente con la publicación de “A propos du Traité de
psychopathologie”. Dialoga, intercambiando ideas acerca de la psicosis, con
Jaspers quien publicara en 1913 su Psicopatología General. Con esta obra, hoy
un clásico en la Psiquiatría, Jaspers contribuyó a establecer los métodos a
aplicar en esta rama de la Ciencia aportando la visión filosófica cimentada en
los aportes de Husserl. En una comunicación personal a este autor, Digby Tantam
(2016) nos recuerda una cita de Jaspers: “La facticidad de la psicosis es un
puzle para nosotros. Nos presenta el insoluble problema del ser humano. El
hecho que exista nos concierne a todos. Ya que aquí y allá la vida humana es
tal que hace posible e inevitable no solamente darnos pausas sino también
estremecernos. Esta preocupación es uno de nuestros principales motores en
nuestro deseo de conocimiento psicopatológico".
Aún hoy se escuchan voces en el ámbito clínico que tienen referencia inicial en
los postulados de Minkoswki sobre la atención al paciente psiquiátrico.
Recientemente, un contemporáneo suyo declaraba en entrevista que, a sus 85
años, las emociones y el sufrimiento del paciente y también su alegría, son el
estímulo (para el psiquiatra) de cada día. Se trata de Eugenio Borgna,
italiano, (2016) que considera que su primer gesto revolucionario fue “la
eliminación de las camas de contención con los pacientes situados como en una
cárcel, privados de la dignidad. Las hice sacar. Eran escalofriantes,
inhumanas."
“La reedición de “Traité de Psychopatology”, agotado desde hace varios años, es
un suceso. Se conoce generalmente de Minkowski, gran admirador de Bergson, su
concepción original de la esquizofrenia que se distingue de la concepción de
Bleuler. Para él, "la alteración del contacto vital con la realidad es el
elemento esencial de la esquizofrenia" (1999). Sabemos también que en la
historia de la psicopatología, Minkowski ocupa un lugar de elección a nivel
internacional. De ese punto de vista, el Tratado de Psicopatología constituye
su obra mayor.
Para Minkowski, se
trataba de hacer una psicología de lo patológico. Desde el inicio, hace la
precisión: "se nos ocurre decirnos algunas veces que extraer por el
pensamiento uno por uno todos los rasgos patológicos no nos conduce a una
imagen de una psicología normal ya que siguiendo esa sustracción sistemática y
artificial, no queda nada sino el vacío y la nada. Definía así su nivel de análisis:
"definir lo psíquico, es decir evitando toda confusión con lo fisiológico,
la biología o cualquier otra ciencia de la naturaleza o del hombre en tanto que
naturaleza". Pablo Rispo (2001) afirma que “el camino que E. Minkowski
ofreció, fue precisamente la superación de una psicología individualista y
desarrollada en tercera persona. La primera implica el análisis de un yo, o de
un él en la segunda modalidad. Ninguna supera la dicotomía sujeto-objeto.
Minkowski propuso, en cambio, hacer una psicología en segunda persona. Esta
nueva propuesta de co-vivenciar juntos ubica a cada integrante de la relación
bipersonal en una modalidad de un yo y de un tú”.
En Minkowski, la
psicopatología no busca duplicar la psiquiatría clínica ni brindar una versión
superior, sino buscar lo que una investigación fenomenológica puede aclarar
específicamente. La referencia a la fenomenología por Minkowski no significa
que se desinteresara de las cuestiones teóricas en beneficio de la descripción
empírica, ya que todas las investigaciones que se postulan en este libro envían
a la preocupación de precisar el sentido que toman las relaciones del sujeto
con la experiencia de su ser-en-el-tiempo y en el espacio. Con Minkowski, la
postura del psiquiatra ha cambiado. No se contenta ya con "registrar las
declaraciones de un sujeto", sino que "penetra la realidad de esta
experiencia".” (Rispo, 2001).
Resultaría inadecuado intentar en este trabajo reflejar la extensa obra de este
Psiquiatra, fundamental en la historia de la Psiquiatría. Basta mencionar tres
de sus obras fundamentales: El Tratado de Psicopatología (1999), Tiempo vivido
(1995) y La Esquizofrenia (1997). Sobre su importante obra han escrito Henri
Ey, Lanteri Laura, Allen, Follin y Lacan. Merece la pena la organización de
Seminarios para su estudio y difusión.
De él dijo R.D.
Laing, (1963) en su obra “El yo dividido”: “Minkowski made "the first
serious attempt in psychiatry to reconstruct the other person's lived
experience" and was "the first figure in psychiatry to bring the
nature of phenomenological investigations clearly into view".
Una obra
fundamental para todos los investigadores en el ámbito del Psicodiagnóstico es
el libro de Françoise Minkowska (1963) sobre Rorschach. Este libro marca una
ruptura esencial en la interpretación del Test de Ro. Incorporando el análisis
fenomenológico del vacío existencial considerando único al individuo testeado.
Todos los estudios reunidos en este libro de la famosa prueba destinada a
permitir el establecimiento de un psicograma, marca una ruptura esencial de su
interpretación.
Esposa,
colaboradora y a menudo inspiradora de Eugène Minkowski, su esposa Françoise
Minkowska fue uno de los miembros más eminentes del desarrollo de la
Psiquiatría Fenomenológica y Existencial. Son célebres sus estudios, alejados
del reduccionismo imperante en la ciencia en su momento, sobre la
psicopatología y el arte, en especial sobre la vida y obra de V. van Gogh.
(Minkowska, 1963).
El citado libro El
Rorschach. A la búsqueda del mundo de las formas (Minkowska, 1963)
publicado en forma póstuma en 1956, lleva prólogo de Lánteri Laura y una
Introducción y visión general de E. Minkowski quien, a lo largo de 30 páginas y
18 incisos, describe sintéticamente la gran labor de su autora. Junto a Robert
Dailly, en el Prefacio, decimos que esta introducción, en términos
inigualables, describiendo el trabajo de Minkowska distinguiendo y prolongando
el de Hermann Rorschach, “no se volverá a repetir”.
F. Minkowska divide
la obra en 9 estudios en los que desarrolla:
1 – El test de Rorschach aplicado al examen clínico.
2 – El Test de Rorschach y la psicopatología de la
esquizofrenia.
3 – La epilepsia esencial, su psicopatología y el Test
de Rorschach
4 - La psicopatología infantil y el Test de Rorschach
5 – Algunas notas sobre el clima de las láminas de
Rorschach
6 – El Test de Rorschach en infantes judíos víctimas
de leyes raciales.
7 – El Rorschach, sus aspectos clínicos, formales,
humanos.
8 – El Rorschach en tanto que
“Formdeutversuch” (n.t. prueba de interpretación de la forma) – Su aplicación a
los problemas de la epilepsia, de lo epileptoide y de los tipos sensoriales.
9 – Discusión del artículo póstumo de Rorschach.
Nos gustaría ver traducido este libro al español desde
el francés porque sus aportes son imprescindibles para todos los Psicólogos y
Psicólogas que trabajan en el campo del Psicodiagnóstico. En Buenos Aires,
Argentina, destacamos el importante trabajo realizado desde la Cátedra y en
publicaciones de la Dra. Marta Guberman (2004) y de la Lic. Susana Signorelli
(2003).
Seguimos a Eugène Minkowski cuando en la Introducción al libro de su
esposa (2003) dice: “Rara vez una obra fue tan personal. En su aspecto humano,
F. Minkowska ha dado lo mejor de sí misma, en su vida y en su obra. Nadie tal vez
pueda tomar al Rorschach ni interpretarlo como ella lo hizo. Entre sus manos
las láminas no revivirán nunca más. Lo “personal” no se comunica en absoluto
literariamente. La historia es apenas capaz de fijar esos conceptos. (…)
Siguiendo su ejemplo cada uno de nosotros seguirá su camino.(…) Así es la
investigación. Así es la búsqueda de lo humano”.
Eugène Minkowski nace en San Petersburgo el 17 de
abril de 1885 y muere a los 87 años en París, el 17 de diciembre de 1972.
Franziska Trockman (Françoise Minkowska) nace en Moscú
el 22 de enero de 1882 y muere en Paris, el 15 de noviembre de 1950.
Bibliografía
Almada R. (2016) Comunicación personal.
Borgna, E. entrevista
en el periódico La Stampa de Novara (Italia). Ver http://www.lastampa.it/2016/01/18/edizioni/novara/la-passeggiata-sui-baluardi-con-lo-psichiatra-borgna-oggi-non-sappiamo-pi-ascoltare-chi-soffre-hBW3XB3edPWMiMAZHmNpgK/pagina.html
Ey, H., (1968). A propos du Traité de
psychopathologie de E. Minkowski, París, Francia: L'Evolution
Psychiatrique.
Glikin, T. y Signorelli, S., (2011). Eugene
Minkowski. En Martínez, Y. y Signorelli, S. Perspectivas en
Psicoterapia Existencial. Una mirada retrospectiva y actual. México
D. F., México: Lag.
Guberman, M. y otros, (2015). La tercera dimensión en el
Psicodiagnóstico de Rorschach. Bs. As., Argentina: Lugar.
Guberman, M., (2004). Subjetividad y Rorschach. Bs. As.,
Argentina: Fundación CAPAC.
Jaspers, K., (1997). General Psychopatology.
Manchester University Press, edition of the Hoenig and Hamilton.
Laing, R.D., (1963). Minkowski and Schizophrenia, Review of Existential Psychology XI
Minkowska, F., (1963). Van Gogh, sa vie, sa maladie, son œuvre, Ed. Presses du Temps Présent et E. Minkowski, 2ª. Edición L’Harmattan, Paris, 2007.
Minkowska, F., (2003). Le Rorschach, à la recherche du monde des formes. París. Francia: L'Harmattan.
Minkowski, E., (1995). Le temps vécu. Paris, Francia: Presses Universitaires de France.
Minkowski, E., (1997). La
Schizophrénie. París, Francia: Petite Bibliothèque Payot
Minkowski, E., (1999). Traité de Psychopathologie. Les Empêcheurs de Penser en Rond. Ey, Henry, A propos du Traité de psychopathologie de E. Minkowski, Reeditado en L'Evolution Psychiatrique. París, Francia.
Tantam, D. (2016). Comunicación personal.
Curriculum
Doctor
en Psicología por la Universidad del Salvador (Argentina)
Doctor
en Psicología por la Universidade de A Coruña (España)
Licenciado
en Psicología por la Universidad de Buenos Aires (Argentina)
Profesor
Normal, Especial y Universitario. Universidad de Buenos Aires (Argentina)
Director
del Centro Sentido – A Coruña – Galicia – España
Desde
1970 práctica profesional en psicoterapia individual, familiar y grupal.
Formación
en Análisis Existencial y Logoterapia.
Miembro
de ALPE (Asociación Latinoamericana de Psicoterapia Existencial); Miembro
acreditado de la Asociación Internacional de Logoterapia y Análisis Existencial
(Viena); Miembro del Colegio Oficial de Psicología de Galicia (España); Miembro
Fundador de la Fundación Argentina de Logoterapia “Viktor E. Frankl”.
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