Según Stephen
Diamond es difícil definir, especialmente, que es la Psicoterapia Existencial
porque representa una muy diversa colección de variables y enfoques, incluído
el filosófico. Sin embargo, a pesar de diferencias significativas, los
terapeutas existenciales comparten una visión del mundo o cosmovisión similar
que distingue a la Terapia Existencial de otras formas de asesoramiento psicoterapéutico.
Este autor
continúa ofreciéndonos su opinión sobre este tema cuando nos dice: “La terapia
existencial es un método con base filosófica de asesoramiento o psicoterapia, que se centra
en [asistir] personas que están sufriendo, "atrapados" o en crisis y que
enfrentan diversas dificultades en la vida, como la pérdida, la enfermedad, el
aislamiento, el estrés, etc., La terapia existencial es un enfoque pragmático,
colaborativo y experiencial que emplea principios y técnicas filosóficas y
psicológicas, y otorga una importancia central a la naturaleza y la calidad del
aquí-y-ahora la relación entre el paciente o cliente y el terapeuta, así como
entre la persona y su mundo interpersonal, fenomenal y contextual.
En muchas
oportunidades, los colegas que practican la Psicoterapia Existencial tratan de
hacernos llegar su pensamiento acerca de esta práctica. Es el caso de nuestro
colega Gilberto Santaolalla, quien desde México nos transmite los siguientes
conceptos de una forma didáctica y a la vez científica :(http://www.dialogoexistencial.com/psicoterapia-existencial/
)
Se pregunta Santaolalla ¿Qué es la
Psicoterapia Existencial? Y nos explica:
La Psicoterapia Existencial investiga
la existencia humana y sus preocupaciones fundamentales. Identifica, mediante
el diálogo, nuestros prejuicios y maneras de proceder en la vida. Tiene
una disposición abierta a la situación particular del paciente y a las formas
de experimentar su vida. Se centra en los conflictos que surgen por
enfrentarnos a un mundo que, insospechadamente, amenaza la manera particular en
que nos hemos explicado nuestra existencia.
Para la Psicoterapia Existencial, todo
“conflicto es el inicio de la conciencia” (E. Spinelli, http://www.plexworld.com/ ). El conflicto
es reconocido como una condición inseparable a la existencia humana, de manera
que no es algo que se encuentra externo a nosotros, ni tampoco
algo que sea inadecuado, sino que es originado (principalmente) por la manera
particular en que hemos entendido el mundo. Así, todos padecemos —por lo menos—
un conflicto en nuestra vida.
Ante este
padecer, la Psicoterapia
Existencial clarifica y comprende los valores, significados y
creencias que han facilitado u obstaculizado las estrategias que hemos
implementado para entender el mundo. Busca poner a la luz (o en la sombra) lo
que previamente callábamos o suponíamos respecto a nuestra forma de vivir, pues
hemos comenzado a dudar sobre la apropiación de nuestra existencia.
La Psicoterapia Existencial no es un
método y sí una actitud filosófica que, partiendo del arte de plantear
preguntas y no del diseño de respuesta, atiende y cuida —también— aquello que
surge como fenómeno en el espacio terapéutico. Mantenerse en las preguntas
promueve la posibilidad de un diálogo más honesto, verdadero e
íntimo, hacia nosotros mismos y hacia lo otro, teniendo sólo por
objeto la vida, como medio la razón y el lenguaje, y como fin la verdad.
En este
sentido, el psicoterapeuta existencial invita al paciente a que,
juntos, den cuenta de su cotidianidad, centrándose en: 1) la manera de
interrelacionarnos con los otros (donde lo otro pueden
ser otros individuos, objetos, ideas, creencias, fantasías, etc.), 2) nuestras
preocupaciones existenciales y 3) nuestra expresión fundamental: la angustia.
La Psicoterapia Existencial confía
en que, el entrelazado de los “momentos existenciales, su tensión, su conflicto
y su armonía mutua” (E. Fink) son un proyecto abierto que no se limita a
explicar la existencia exclusivamente de manera biológica, anímica o
espiritualmente. Más bien, la Psicoterapia
Existencial penetra comprensivamente en las paradojas y
dilemas que se nos presentan en nuestra vida vivida y que nos
llevan a un encontrarnos “siempre-ya-con-nuestro-ser-en-el-mundo” (Heidegger) y
el estado de ánimo que eso nos infunde, pues “ser es ser afectado”
(Ortiz-Osés), es decir, nuestros pensamientos siempre irán acompañados de un
afecto y no de la neutralidad en la que, comúnmente, nos decimos estar.
Por último,
la Psicoterapia Existencial se
sumerge en los asuntos humanos más desde un saber (como
la luz que surge del desconocimiento, un saber inmerso en la obscuridad, en el
no saber, en el misterio) y menos desde la explicación,
pues hay vivencias que las palabras no alcanzan a describir. El mundo y sus
fenómenos se muestran para todos: el río que se crece, el llanto de un niño, el
amor no correspondido, la muerte de los padres, el sentido que se nos
desvanece, en concreto, una totalidad infinita desplegada “más allá del dominio
de nuestra experiencia” (E. Fink) de la que no siempre podremos dar sentido y/o
explicación.
Stephen
Diamond opina que, a diferencia de otras formas de asesoramiento o psicoterapia,
la terapia existencial no se define principalmente sobre la base de cualquier
técnica particular. Sin embargo, los terapeutas existenciales escogen
selectivamente diversas técnicas para ser utilizadas, algunas de las cuales son
usadas en psicoanálisis, la psicología analítica, la terapia centrada en la
persona, la terapia Gestalt, la terapia cognitivo-conductual, etc.
Si hay una técnica fundamental común a todos los
practicantes existenciales, ésta sería
la aplicación del método fenomenológico que se considera la forma más eficaz de
discernir y comprender al paciente y empáticamente responder a la experiencia
subjetiva de esa persona y de su modo-de-ser-en- el mundo.