En este libro el autor invita al lector a dialogar sobre la posibilidad de realizar una Psicoterapia alejada del habitual tratamiento en un consultorio o institución. Basa su presentación en los fundamentos del Análisis Existencial y la Logoterapia del Dr. V. Frankl. El propósito principal vincula el texto con la asistencia psicoterapéutica fuera del lugar de consulta habitual, tarea no fácil pero asombrosamente rica en experiencias tanto para el paciente como para el psicoterapeuta. El autor pregunta: “¿todo tiene que suceder en un espacio determinado? Esta afirmación podrá ser polémica pero podemos decir que “no siempre”.
Marcelo Rodríguez Cebeiro (2020)
nos dice que: “Para lograr tener la flexibilidad de externarse con el paciente
en la consulta, es necesario entender que el encuadre, no solo se encuentra en
el contexto donde desarrolla la psicoterapia, más aún, ese contexto es la
construcción del terapeuta desde su modelo y estilo. Ni la distancia de los
sillones, ni el escritorio, o la bata que se viste en hospitales, ponen al
resguardo la relación”.
El libro cuenta con numerosos
casos en los que se describe esta actitud profesional de asistir al otro, de
acuerdo a su circunstancia, aunque ésta suceda fuera del local de consulta habitual.
Etimológicamente el término
“consulta” deriva del latín “consulere” (Unus peritus, si casus ferat, consuli
possunt. Un experto, si es necesario, se puede consultar.) Como relación con la
profesión que ejercemos en procura de la “salud” ésta en latín se expresa como
“valetudini consulens”, consulta sobre salud.
Cuando una persona acude a un
psicólogo o psicóloga con una inquietud, también se habla de consulta. La
consulta es el tiempo en que el paciente está junto al profesional en un
espacio determinado (el consultorio), mientras el profesional brinda su parecer
y recomienda los pasos a seguir. Legalmente todo lo acontecido en la “consulta”
debe ser registrado en una “historia clínica”.
Pero ¿todo tiene que suceder en
un espacio determinado? Esta afirmación podrá ser polémica pero podemos decir
que “no siempre”.
Son objetos que se colocan para
demarcar una diferencia y a veces operan como una defensa omnipotente del
profesional. Los profesionales más nóveles e inseguros, necesitan de esa
parafernalia para sentirse fuertes en el rol. Por lo tanto, el encuadre, cuanto
más rígido es mayor es la defensa del terapeuta.
El encuadre se encuentra dentro
de la mente del profesional. Esta concepción parte de la autovaloración y la
consecuente seguridad. El terapeuta es el gran conductor y es el que impone las
reglas de juego en esa amalgama interactiva con el paciente en busca de una
complementariedad que facilite cumplir con los objetivos de manera eficaz y
rápida. Se encuentre donde se encuentre el profesional, si tiene en claro su
rol y función, no necesitará de nada para ejercerla, solo sus conocimientos y
pasión.”
El Dr. José Martínez-Romero
Gandos desarrolló su carrera profesional en Argentina y Latinoamérica por más
de 35 años. Actualmente reside y trabaja en Galicia – España. Licenciado y
Doctor en Psicología atesora un trabajo de más de 20 años en hospitales y 50 en
actividad privada. Esto le permitió tener un aprendizaje y un conocimiento
profundo de la relación psicólogo-paciente y con la familia. Docente
Universitario, Conferencista e integrante de Mesas de su especialidad en
Congresos fue fundador (hace 30 años) de la Fundación Argentina de Logoterapia
“Viktor E. Frankl”, de Buenos Aires, Argentina.
El libro ha sido editado en el
mes de agosto de 2022 a través de Amazón en versión papel y en e-book, con un
precio accesible para todo público.
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