Dr. Frankl y Dr. Martínez-Romero en Caracas 1985

lunes, 17 de septiembre de 2018

Para una mejor comprensión en Psicología de la crítica epistemológica



Dr. José Martínez-Romero Gandos
 2018

Cuando confrontamos verdades con creencias tal vez alcancemos algo de conocimiento. ¿Qué fué primero, el huevo o la gallina? ¿Qué importancia tiene investigar en Psicología sobre los fundamentos epistemológicos que la sustentan? Intentemos dialogar sobre todos estos conceptos.

Es necesaria una consideración e integración de las diferentes corrientes y sistemas psicoterapéuticos que permitan ayudar al Hombre a enfrentarse con las crisis y sufrimientos propios de nuestro paso mundano. Pero investigar científicamente, corroborar hipótesis, practicar la crítica epistemológica no debe permitirnos considerar o sostener dogmatismos que se aparten de la correspondencia con el significado que nuestra existencia tiene.


No es el propósito denostar constructos teoréticos metapsicológicos de otras corrientes o tipo de formación. Insistir sobre la conveniencia y eficacia de la aplicación del método fenomenológico como instrumento de conocimiento de los modos intencionales del Hombre en su relación con el mundo no nos aparta del avance de la investigación y los descubrimientos en el campo de la biología, de la medicina y la física. Frente a las distintas posiciones teóricas y la lectura de numerosos autores debemos estar alertas frente a proposiciones que contradicen nuestras convicciones basadas en una antropología humanístico-existencial.

Nos decía Emilio Romero, hace un tiempo: “La adhesión a un método debe ir acompañada de un declarado espíritu crítico del método, sobre todo si se trata de la fenomenología, que en las pretensiones de Husserl sería el fundamento de toda filosofia estricta. Una pretensión que iba más allá de la filosofía llegando a cuestionar los fundamentos de las propias ciencias naturales y de todos los saberes. Una de las mejores críticas a la fenomenología de Husserl está en el libro de Remo Cantoni: "Ilusión y prejuicio -El hombre etnocéntrico" (Guadarrama,1974), que destaca los aspectos constructivos de la propuesta husserlianas y sus notables limitaciones. Insisto: no tenemos un único método en psicología que sea el más estricto y el mejor fundamentado. Todos se aplican a algunos aspectos de acuerdo con su abordaje teórico, encontrando su justificativa parcial sólo en esa perspectiva. Precisamos de un pluralismo metodológico que nos permita discernir en cuáles áreas o planos encontramos su mayor validez”.
En nuestras investigaciones personales hemos estado atentos a estas contradicciones. Nuestro trabajo de Tesis Doctoral “Alteridad y alienación en los gallegos emigrados al Río de la Plata - Su comprensión existencial” utiliza el método fenomenológico y las historias de vida para proponer la tesis fundamental del estudio. Hemos propuesto la utilización del método fenomenológico como una “intuición intelectual”, pero con un sentido mucho más enraizado en la realidad humana. Es nuestro propósito acercarnos a la captación del ser real concreto, que consideramos válido en sí mismo, y, además permitir contactar y dialogar con sensibilidades filosóficas de nuestro tiempo que no terminan de comprender o aceptar que es posible agregar al método filosófico tradicional el análisis de la experiencia o conocimiento concreto que nos dá la vivencia de nuestra propia realidad (la Persona) y el medio en el que nos desarrollamos (la sociedad - el otro).

En el campo de la Psicología es poco común encontrar análisis metodológicos como los mencionados. La carencia en muchas Universidades de una profunda formación filosófica-antropológica no permite a los profesionales comprender lo valioso de la utilización del método fenomenológico propuesto por numerosos autores. La crítica sobre un formalismo conciencial de la “fenomenología pura” de Husserl (inmanentismo) o la advertencia sobre un “actualismo personalista” de Scheler en la consideración de los valores, es superada por propuestas sobre el tratamiento explícito del nivel óntico de la Persona o sujeto.

El valor “directo” de la captación ontológica del otro es que ésta surge como un dato directo de la intuición fenomenológica, quedando así excluido, como innecesario, el proceso de deducción y puesto en relieve la experiencia del sujeto en la autoconciencia. Y esto es un dato importantísimo en nuestro encuentro con el otro como profesionales de la Psicología en el campo de la Psicoterapia.
Estas premisas cobran mayor relieve aún cuando actuamos como Profesores en la formación de otros Psicólogos. Cuando aceptamos un compromiso con nuestra Profesión y actuamos en el ejercicio de la Docencia nuestra tarea específica será la presentación a los alumnos de los puntos esenciales para la formación de una personalidad fundada en valores.

La cualidad trascendente de la realidad humana se potencia en el encuentro con el otro, nuestro paciente. Cuando promovemos “la salud” no hacemos más que promover la auto-trascendencia personal en la dimensión humana fundamental que se sostiene en los existenciarios fundamentales de libertad, responsabilidad, sentido de vida y capacidad de amar.

Esta actuación profesional que nos permite contribuir al bienestar de las personas en la consideración de esas experiencias humanas no puede construirse teóricamente sino que incorpora un elemento de arte que supere las limitaciones de la ciencia y nos permita llegar a la dimensión propia y genuina del hombre que es la dimensión espiritual (Frankl).
En una concepción humanística-existencial el sentido de la vida no puede “darse”. El sentido debe “descubrirse”. La Persona encuentra sentido en vivir para amar a alguien. Así nos recuerda L. Binswanger que el hombre es un “ser-allende-en-el-mundo-en-el-amor”.

La cuestión es: ¿Quién es capaz de educar para el amor? Entendemos que existen incontables posibilidades, escuelas y capacidades. Será esencial que cada profesional tome el tema en consideración según su arte y su conocimiento. La Psicoterapia es uno de los mecanismos por los que se puede ayudar en la educación del amor mediante una serie de actos metodológicos y expresables en la relación específica que “apela” a la integración del amor en la persona y entre las personas. Tanto puede ser mediante una Psicoterapia individual o por medio de una psicoterapia grupal.

Cuando nos referimos a las perturbaciones en la expresión del amor lo hacemos desde la Psicología en relación a múltiples tipos de relaciones: padres-hijos, inter-pares y en la pareja. Cuando en ésta última se producen alteraciones en su expresión que también incluye disturbios en la actividad sexual es necesario apelar a los valores y a esa educación para el amor.

En el análisis existencial logoterapéutico se hace necesario, en ocasiones, traer a la esfera de la conciencia lo que subyace en la profundidad del inconciente. Pero esa actividad convocante para su evocación conciente no se reduce a los aspectos de la instintividad impulsiva sino a aquellos aspectos de lo espiritual reprimido. Aunque aparezca evidente que se usa el mismo método de análisis de los sueños que para los freudianos el mismo Frankl aclaraba que “nosotros que marchando por el mismo camino perseguimos otro fin, bien podemos decir con respecto al Psicoanálisis: caminamos juntos pero marcamos el paso por separado”

Cuando actuamos, profesionalmente, según los elementos fundantes de nuestras creencias ideológicas no es por acceder a ninguna clase de superioridad moral sino encontrar las razones para ofrecer nuestro testimonio y nuestro compromiso, asegurar la esperanza en una vida auténticamente libre y sugerir la implicación en la construcción de un mundo más justo, fraterno y solidario. Es la esencia de nuestra “apelación” y el fundamento de nuestra posibilidad de “cura”.

Usamos la racionalidad de nuestros métodos y procedimientos psicológicos pero apelamos al diálogo en el encuentro psicoterapéutico. Diremos que, existencialmente considerado, este planteamiento nos deja frente a la descripción de un ser-en-el-mundo, único e irrepetible, que se angustia por la finitud de la existencia representada en la “sensación” (aún presente en los niños) de la cercanía de la muerte.
Mientras aguardamos comentarios y respuestas de nuestros colegas psicólogos y psicólogas es bueno insistir en algunos conceptos que definan la consideración de la Epistemología en Psicología y en Psicoterapia
.
Pocos analistas existenciales y logoterapeutas presentan trabajos en los que tengan en cuenta, muy especialmente, el análisis de los aspectos epistemológicos. Si buscamos en la bibliografía encontramos referencias a estos aspectos por parte de Efrén Martínez, en Colombia, Oscar R. Oro en Argentina, Tommy Akira Gotto en Brasil, José Martínez-Romero Gandos en España. Citas de otros autores serán bienvenidas por nuestra parte.
Algunos pensadores han explicitado sintéticamente sus consideraciones tomando en cuenta una epistemología psicológica que puede entenderse en dos sentidos: a) como una reflexión sobre el conocimiento que adquiere el psicólogo sobre un objeto, y b) como una reflexión sobre el conocimiento que adquiere el psicólogo sobre un sujeto capaz de representarse los objetos. En el primer sentido la epistemología se limita a describir hechos, mientras que en el segundo da un paso más: busca interpretarlos. La epistemología se centra, entonces, en el estudio de los métodos que usa la psicología, y en la forma en la cual intenta explicar las conductas.

En un aporte que realiza para la Revista Nous, Oscar Oro intenta mostrar las posibilidades de ajustar el ejercicio de la psicoterapia a presupuestos epistemológicos, en sentido amplio. En este caso la propuesta se realiza en el marco de la psicología comprensiva (Jaspers) y la logoterapia (Frankl). (Oro, O.R. (2002). Epistemología y psicología. Un aporte desde la psicología comprensiva y la logoterapia. NOUS, (6), 9-22.)

Entre otros conceptos, José Martínez-Romero Gandos busca la fundamentación del “encuentro” a partir de la característica ontológica esencial del ser humano de “ser-para-el-otro” que se expresa en la realidad de su “ser-ahí” y que se reproduce en la actividad psicoterapéutica grupal, ayudando a reencontrarse con el sentido de la existencia y referirse a un proyecto. En los trabajos acerca de la actividad psicoterapéutica en grupo es importante distinguir el método hipotético deductivo del método fenomenológico, cuidando no caer en errores epistemológicos frecuentes: confundir la mención teórica de uno y actuar en la práctica siguiendo los procedimientos del otro. Creemos que no es nuestro caso. ( ver Martínez-Romero Gandos, José (2006) ¿Es posible fundamentar, desde la Analítica Existencial, la Logoterapia Grupal?, Revista Siso-Salud Nº 43, otoño 2006, Asociación Galega de Saúde Mental, Galicia, España. ISSN: 1130-1538).

Tal como expresamos al comienzo de esta nota es muy importante que nuestros lectores aporten su opinión y experiencia acerca de la fundamentación epistemológica de la Psicología y la Psicoterapia. Esperamos vuestros comentarios.

Es conveniente recordar a los colegas que "Nadie puede llegar a ser epistemólogo si no ensaya por sí mismo pensar sobre ciertos problemas…” (M. Bleyle, "Qué es la epistemología"). La invitación a pensar, investigar y dialogar sobre estos temas está abierta.

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