Dr. José Martínez-Romero
Gandos
2018
Cuando confrontamos verdades con
creencias tal vez alcancemos algo de conocimiento. ¿Qué fué primero, el huevo o
la gallina? ¿Qué importancia tiene investigar en Psicología sobre los
fundamentos epistemológicos que la sustentan? Intentemos dialogar sobre todos estos conceptos.
Es necesaria una consideración e
integración de las diferentes corrientes y sistemas psicoterapéuticos que
permitan ayudar al Hombre a enfrentarse con las crisis y sufrimientos propios
de nuestro paso mundano. Pero investigar científicamente, corroborar hipótesis,
practicar la crítica epistemológica no debe permitirnos considerar o sostener
dogmatismos que se aparten de la correspondencia con el significado que nuestra
existencia tiene.
No es el propósito denostar
constructos teoréticos metapsicológicos de otras corrientes o tipo de
formación. Insistir sobre la conveniencia y eficacia de la aplicación del
método fenomenológico como instrumento de conocimiento de los modos
intencionales del Hombre en su relación con el mundo no nos aparta del avance
de la investigación y los descubrimientos en el campo de la biología, de la
medicina y la física. Frente a las distintas posiciones teóricas y la lectura
de numerosos autores debemos estar alertas frente a proposiciones que
contradicen nuestras convicciones basadas en una antropología
humanístico-existencial.
Nos decía Emilio Romero, hace un
tiempo: “La adhesión a un método debe ir acompañada de un declarado espíritu crítico
del método, sobre todo si se trata de la fenomenología, que en las pretensiones
de Husserl sería el fundamento de toda filosofia estricta. Una pretensión que
iba más allá de la filosofía llegando a cuestionar los fundamentos de las
propias ciencias naturales y de todos los saberes. Una de las mejores críticas
a la fenomenología de Husserl está en el libro de Remo Cantoni: "Ilusión y
prejuicio -El hombre etnocéntrico" (Guadarrama,1974), que destaca los
aspectos constructivos de la propuesta husserlianas y sus notables
limitaciones. Insisto: no tenemos un único método en psicología que sea el más
estricto y el mejor fundamentado. Todos se aplican a algunos aspectos de
acuerdo con su abordaje teórico, encontrando su justificativa parcial sólo en
esa perspectiva. Precisamos de un pluralismo metodológico que nos permita
discernir en cuáles áreas o planos encontramos su mayor validez”.
En nuestras investigaciones
personales hemos estado atentos a estas contradicciones. Nuestro trabajo de
Tesis Doctoral “Alteridad y alienación en los gallegos emigrados al Río de la
Plata - Su comprensión existencial” utiliza el método fenomenológico y las
historias de vida para proponer la tesis fundamental del estudio. Hemos
propuesto la utilización del método fenomenológico como una “intuición
intelectual”, pero con un sentido mucho más enraizado en la realidad humana. Es
nuestro propósito acercarnos a la captación del ser real concreto, que
consideramos válido en sí mismo, y, además permitir contactar y dialogar con
sensibilidades filosóficas de nuestro tiempo que no terminan de comprender o
aceptar que es posible agregar al método filosófico tradicional el análisis de
la experiencia o conocimiento concreto que nos dá la vivencia de nuestra propia
realidad (la Persona) y el medio en el que nos desarrollamos (la sociedad - el
otro).
En el campo de la Psicología es
poco común encontrar análisis metodológicos como los mencionados. La carencia
en muchas Universidades de una profunda formación filosófica-antropológica no
permite a los profesionales comprender lo valioso de la utilización del método
fenomenológico propuesto por numerosos autores. La crítica sobre un formalismo
conciencial de la “fenomenología pura” de Husserl (inmanentismo) o la
advertencia sobre un “actualismo personalista” de Scheler en la consideración
de los valores, es superada por propuestas sobre el tratamiento explícito del
nivel óntico de la Persona o sujeto.
El valor “directo” de la
captación ontológica del otro es que ésta surge como un dato directo de la
intuición fenomenológica, quedando así excluido, como innecesario, el proceso
de deducción y puesto en relieve la experiencia del sujeto en la
autoconciencia. Y esto es un dato importantísimo en nuestro encuentro con el
otro como profesionales de la Psicología en el campo de la Psicoterapia.
Estas premisas cobran mayor
relieve aún cuando actuamos como Profesores en la formación de otros
Psicólogos. Cuando aceptamos un compromiso con nuestra Profesión y actuamos en
el ejercicio de la Docencia nuestra tarea específica será la presentación a los
alumnos de los puntos esenciales para la formación de una personalidad fundada
en valores.
La cualidad trascendente de la
realidad humana se potencia en el encuentro con el otro, nuestro paciente.
Cuando promovemos “la salud” no hacemos más que promover la auto-trascendencia
personal en la dimensión humana fundamental que se sostiene en los
existenciarios fundamentales de libertad, responsabilidad, sentido de vida y
capacidad de amar.
Esta actuación profesional que
nos permite contribuir al bienestar de las personas en la consideración de esas
experiencias humanas no puede construirse teóricamente sino que incorpora un
elemento de arte que supere las limitaciones de la ciencia y nos permita llegar
a la dimensión propia y genuina del hombre que es la dimensión espiritual
(Frankl).
En una concepción
humanística-existencial el sentido de la vida no puede “darse”. El sentido debe
“descubrirse”. La Persona encuentra sentido en vivir para amar a alguien. Así
nos recuerda L. Binswanger que el hombre es un
“ser-allende-en-el-mundo-en-el-amor”.
La cuestión es: ¿Quién es capaz
de educar para el amor? Entendemos que existen incontables posibilidades,
escuelas y capacidades. Será esencial que cada profesional tome el tema en
consideración según su arte y su conocimiento. La Psicoterapia es uno de los
mecanismos por los que se puede ayudar en la educación del amor mediante una
serie de actos metodológicos y expresables en la relación específica que
“apela” a la integración del amor en la persona y entre las personas. Tanto
puede ser mediante una Psicoterapia individual o por medio de una psicoterapia
grupal.
Cuando nos referimos a las
perturbaciones en la expresión del amor lo hacemos desde la Psicología en
relación a múltiples tipos de relaciones: padres-hijos, inter-pares y en la
pareja. Cuando en ésta última se producen alteraciones en su expresión que
también incluye disturbios en la actividad sexual es necesario apelar a los
valores y a esa educación para el amor.
En el análisis existencial
logoterapéutico se hace necesario, en ocasiones, traer a la esfera de la
conciencia lo que subyace en la profundidad del inconciente. Pero esa actividad
convocante para su evocación conciente no se reduce a los aspectos de la
instintividad impulsiva sino a aquellos aspectos de lo espiritual reprimido.
Aunque aparezca evidente que se usa el mismo método de análisis de los sueños
que para los freudianos el mismo Frankl aclaraba que “nosotros que marchando
por el mismo camino perseguimos otro fin, bien podemos decir con respecto al
Psicoanálisis: caminamos juntos pero marcamos el paso por separado”
Cuando actuamos,
profesionalmente, según los elementos fundantes de nuestras creencias
ideológicas no es por acceder a ninguna clase de superioridad moral sino
encontrar las razones para ofrecer nuestro testimonio y nuestro compromiso,
asegurar la esperanza en una vida auténticamente libre y sugerir la implicación
en la construcción de un mundo más justo, fraterno y solidario. Es la esencia
de nuestra “apelación” y el fundamento de nuestra posibilidad de “cura”.
Usamos la racionalidad de
nuestros métodos y procedimientos psicológicos pero apelamos al diálogo en el
encuentro psicoterapéutico. Diremos que, existencialmente considerado, este
planteamiento nos deja frente a la descripción de un ser-en-el-mundo, único e
irrepetible, que se angustia por la finitud de la existencia representada en la
“sensación” (aún presente en los niños) de la cercanía de la muerte.
Mientras aguardamos comentarios y
respuestas de nuestros colegas psicólogos y psicólogas es bueno insistir en
algunos conceptos que definan la consideración de la Epistemología en
Psicología y en Psicoterapia
.
Pocos analistas existenciales y
logoterapeutas presentan trabajos en los que tengan en cuenta, muy
especialmente, el análisis de los aspectos epistemológicos. Si buscamos en la
bibliografía encontramos referencias a estos aspectos por parte de Efrén
Martínez, en Colombia, Oscar R. Oro en Argentina, Tommy Akira Gotto en Brasil,
José Martínez-Romero Gandos en España. Citas de otros autores serán bienvenidas
por nuestra parte.
Algunos pensadores han
explicitado sintéticamente sus consideraciones tomando en cuenta una
epistemología psicológica que puede entenderse en dos sentidos: a) como una
reflexión sobre el conocimiento que adquiere el psicólogo sobre un objeto, y b)
como una reflexión sobre el conocimiento que adquiere el psicólogo sobre un
sujeto capaz de representarse los objetos. En el primer sentido la
epistemología se limita a describir hechos, mientras que en el segundo da un
paso más: busca interpretarlos. La epistemología se centra, entonces, en el estudio
de los métodos que usa la psicología, y en la forma en la cual intenta explicar
las conductas.
En un aporte que realiza para la
Revista Nous, Oscar Oro intenta mostrar las posibilidades de ajustar el
ejercicio de la psicoterapia a presupuestos epistemológicos, en sentido amplio.
En este caso la propuesta se realiza en el marco de la psicología comprensiva
(Jaspers) y la logoterapia (Frankl). (Oro, O.R. (2002). Epistemología y
psicología. Un aporte desde la psicología comprensiva y la logoterapia. NOUS,
(6), 9-22.)
Entre otros conceptos, José
Martínez-Romero Gandos busca la fundamentación del “encuentro” a partir de la
característica ontológica esencial del ser humano de “ser-para-el-otro” que se
expresa en la realidad de su “ser-ahí” y que se reproduce en la actividad
psicoterapéutica grupal, ayudando a reencontrarse con el sentido de la
existencia y referirse a un proyecto. En los trabajos acerca de la actividad
psicoterapéutica en grupo es importante distinguir el método hipotético
deductivo del método fenomenológico, cuidando no caer en errores
epistemológicos frecuentes: confundir la mención teórica de uno y actuar en la
práctica siguiendo los procedimientos del otro. Creemos que no es nuestro caso.
( ver Martínez-Romero Gandos, José (2006) ¿Es posible fundamentar, desde la
Analítica Existencial, la Logoterapia Grupal?, Revista Siso-Salud Nº 43, otoño
2006, Asociación Galega de Saúde Mental, Galicia, España. ISSN: 1130-1538).
Tal como expresamos al comienzo
de esta nota es muy importante que nuestros lectores aporten su opinión y
experiencia acerca de la fundamentación epistemológica de la Psicología y la
Psicoterapia. Esperamos vuestros comentarios.
Es conveniente recordar a los
colegas que "Nadie puede llegar a ser epistemólogo si no ensaya por sí
mismo pensar sobre ciertos problemas…” (M. Bleyle, "Qué es la
epistemología"). La invitación a pensar, investigar y dialogar sobre estos
temas está abierta.
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