Charles McLafferty - Purpose Research, Director.
Publicado en Logotherapy – The Third Viennese School of Psychoterapy (Grupo público de Facebook, 10/05/2018)
Publicado en
inglés en traducción aquí del Dr. José Martínez-Romero Gandos.
El Dr. McLafferty nos propone analizar si tenemos la opción
de descubrir el sentido y si, al hacer esa elección, (una elección de sentido
en sí misma) comenzamos a descubrirlo. Es en la dimensión noética donde conocemos
nuestra unidad con los demás, nuestra singularidad y, paradójicamente, nuestra
"unidad en la diversidad" (Frankl). Y encontramos que el sentido está
siempre disponible, en cada situación
El problema con la "creación de sentido" en
cualquier forma derivada es que el ser humano no puede "dar sentido".
El sentido no es auto derivado, auto definido o auto actualizado. El
descubrimiento del sentido siempre implica algún aspecto que es mayor que el Yo.
Esto nos lleva a las bases de la logoterapia y las teóricas "escalas
de la existencia" mencionadas por
Frankl. Los lados de estas escalas están igualmente equilibrados, y cada
persona debe decidir qué lado es verdadero. Por un lado está la idea mecánica
de la existencia: somos actos aleatorios del universo, meras manchas en una
roca gigante que nos arroja al espacio, accidentes del ADN. En definitiva, nada
de lo que hacemos importa, ya que todo es relativo. El universo es indiferente,
si no hostil. No importa si una persona enferma es curada, o una persona
analfabeta aprende a leer, si una persona hambrienta es alimentada ... En un
millón de años no importará si alguna vez existimos - será como si nunca lo fuimos.
Por otro lado está la visión teleológica de la existencia.
En este punto de vista, somos creados por una razón; todo el universo es
solidario y útil. Ayudando a los pobres, sanando a los enfermos, ayudando a los
incultos a aprender ... Cada acto de sentido, cada decisión hacia el bien - es
un monumento que trasciende el tiempo y el espacio y nunca puede ser quitado.
Cada uno de nosotros es único y tiene una tarea única que nos espera y que
nadie más puede cumplir.
Los lados de estas escalas están equilibrados y no podemos
saber (intelectualmente) qué lado es verdadero. Frankl afirma que solo en la fe
podemos arrojar el "peso de nuestro ser" del lado de la balanza que
elijamos.
Y aquí estamos con la discusión actual. Si somos simplemente
accidentes aleatorios de ADN, entonces nos vemos obligados a crear sentido,
porque posiblemente no existe en el universo. Sin embargo, si somos totalmente
honestos en este punto de vista mecánico, sabemos que el sentido no puede
existir, y esa auto-creación no es más que una efímera y fugaz ilusión. Mi
opinión: solo en el intelecto se puede concluir que el universo es un accidente
al azar: un intelecto que "toma prestado" de la dimensión noética
conceptos tan singularmente humanos como la aleatoriedad, el orden, el
significado, el tiempo, el espacio ... El intelecto extrae su energía de la
dimensión noética, pero se convierte en un sistema cerrado, sin reconocer su
origen, lo que da como resultado los objetivos humanísticos más elevados: la
ilusión de la autorrealización.
Y en el lado teleológico, tenemos la opción de descubrir el sentido,
y al hacer esa elección, (una elección de sentido en sí misma) comenzamos a
descubrirlo. Es en la dimensión noética donde conocemos nuestra unidad con los
demás y con algo más grande que nosotros mismos. En lo noético, encontramos
nuestra singularidad y, paradójicamente, nuestra "unidad en la
diversidad" (Frankl). Y encontramos que el sentido está siempre
disponible, en cada situación. La idea de "realizar" el sentido
desaparece en el ámbito noético, reemplazada por la auto-trascendencia y la
autorrealización, siempre en referencia a algo más grande que el yo.
Por lo tanto, la cuestión de crear versus descubrir sentido
está en el corazón de la logoterapia misma.
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