Dr. José Martínez-Romero
Gandos
A Coruña – Galicia – Spain
diciembre de 2014
En
julio de 1990 escribía este artículo en Newsletter, una publicación de la
Sociedad Australiana de Logoterapia, en referencia al Dr. Viktor E. Frankl. Quiero
corregirlo ahora. Ser capaz de subrayar la importancia de una relación e Maestro-
Discípulo basado en el amor.
Decía yo en aquel año: " Un verdadero Maestro no surge de las aulas de la Universidad,
no surge de las conferencias magistrales en los recintos de la ciencia, ni siquiera de las publicaciones que
podría ofrecer a la humanidad.
El Maestro surge, realmente, del espíritu. Es el espíritu en la búsqueda constante de aquello que le permita encontrar su desarrollo
El Maestro surge, realmente, del espíritu. Es el espíritu en la búsqueda constante de aquello que le permita encontrar su desarrollo
Y lo encuentra con su propio lenguaje, con su
propia fuerza, con su propia luz. Tal encuentro es así final.
La
autotrascendencia mutua realmente existe. El Maestro no hace caso de ello. Él
lo siente o lo percibe. El discípulo aprende a conocerlo. Éste sabe que es un sentimiento
único que se dibuja perfectamente cerca del Maestro.
Entonces absorbe su sabiduría. Bebe del elixir que surge de la experiencia de vida del Maestro. Alimentando su propio "yo". E inmediatamente el discípulo se siente completo y listo de salir al mundo. Mostrar su experiencia como Pastor de Almas.
Entonces absorbe su sabiduría. Bebe del elixir que surge de la experiencia de vida del Maestro. Alimentando su propio "yo". E inmediatamente el discípulo se siente completo y listo de salir al mundo. Mostrar su experiencia como Pastor de Almas.
La “grey”
viene ahora hacia el discípulo con un reclamo para que curen sus llagas. Y él
tiene cuidado de ellos (los cura), dirigiéndolos en su búsqueda del significado
de la existencia. Los dirige hacia la libertad. Les ayuda a vencer su
sufrimiento. Y no le importa sufrir con ellos. Porque es feliz. Escogió ese
camino y se siente responsable de ello. Busca otros para abrir su espíritu de
modo que también ellos puedan encontrar ese amor y esa solidaridad. Como él
encontró a su Maestro un día. Y lo amó.
Algunos
de esa grey se marchan “curados” (cuidados – conocedores de la cura), tomando
ahora al discípulo como Maestro. Son nuevos discípulos que se abren para que su
espíritu pueda encontrar a otros que sufren, multiplicando la comunidad de los
Pastores de Almas. En beneficio de Humanidad.
Ahora
hay muchos discípulos. Todos respetan al Maestro que nació en Viena en 1905. Escuchan
su palabra. El Maestro se muestra dinámico, ágil, comprensivo, inteligente y
humilde al mismo tiempo.
Su
divisa surge de la reflexión de su propia vida: "He encontrado sentido a
mi vida ayudando a otros a encontrar sentido a la suya.” divisa que él ha experimentado
en las peores circunstancias. A pesar de todo siempre dijo "sí" a la
vida.
El
Maestro predica su mensaje en todo el mundo hablando desde su corazón. Y las
lenguas no son ninguna barrera para transmitir ese mensaje. Es transmitido de
persona a persona. De un ser que sufrió y encontró sentido a su sufrimiento superándolo
mediante la entrega a otro que ahora sufre y lo necesita. Todos escuchan su
mensaje con atención. Muchas son las
millas cubiertas para poder difundir su mensaje. Donde el Profesor no puede llegar,
sus libros lo preceden, diciéndonos sobre su experiencia de vida y dando información
y forma a su creación: la Logoterapia.
Que
no es un modelo, sino la inspiración para completar la propia experiencia de
alguien que desee ayudar a otros a encontrar sentido a sus vidas. Y así
autotrascender.
El
discípulo recuerda el primer encuentro con el Maestro. Comenzó a través de sus
libros y más tarde en un encuentro personal,
único, transcendente. Llegó a Buenos Aires para dictar una conferencia.
Buscó su encuentro. Luego se sucedieron en Caracas, otra vez Buenos Aires, en Mendoza
… Ahora espera su vuelta a Buenos Aires, la ciudad en la que el Maestro dice
encontrar el afecto en un grupo de discípulos, que medra grano a grano como la
cosecha fértil del verano.
Al
Maestro le gustan estas tierras latinas, interminables, porque su gente todavía
cree en el estar enamorado, en la esperanza, en la solidaridad, en la familia, en la
amistad y en la libertad. Entonces él insiste en enseñarnos a ser responsables.
Responsables en estas tierras en crisis. Crisis social y económica provocada
por la avaricia excesiva de unos cuantos en perjuicio de muchos otros.
Y volverá
para dar su palabra una vez más, y la semilla brotará. Porque las tierras son
fértiles. Fértiles para aceptar el bálsamo que significa la Logoterapia.
El
discípulo conoce esto. Ha practicado muchos años en un Hospital de Cirugía
General y ha aprendido a afrontar el dolor, el sufrimiento y la muerte. Allí,
donde era necesario ayudar a encontrar un significado en la vida, a pesar de
circunstancias.
Las
enseñanzas del Maestro fueron de gran ayuda para tratar a pacientes terminales,
para calmar el dolor causado por la muerte de un miembro de familia por un
accidente o una enfermedad, para calmar el miedo causado por la necesidad de
practicar operaciones quirúrgicas riesgosas y también para compensar la
frialdad y la falta de comprensión de algunos profesionales. Aún allí también
estaba el Maestro en espíritu. Daba fuerza al discípulo para que pudiera ayudar
a encontrar un sentido en la vida, a pesar de las difíciles circunstancias.
A
veces le parecía que no era el indicado para atender esa circunstancia, pero el
Maestro, hablando por el discípulo, lo hizo capaz de encontrar la palabra
exacta o el gesto de comprensión consolando a una mujer que perdió a su marido
y dos hijas en un accidente. Es difícil ayudar a alguien a encontrar sentido a
su vida cuando lo ha perdido todo. Pero hubo éxito. Como en las actuaciones del
Maestro. Pero ahora era su propia actuación. Comenzó una etapa en su vida de
acumulación de experiencias. También de sus propias experiencias de vida. Con
mucho sufrimiento y muchas pérdidas. También de niños. La vida se los ha
llevado. La vida los ha devuelto. Aquí al discípulo se le escapan algunas
lágrimas por sus niños perdidos y se rehace con un rostro de felicidad pensando
en sus adoptados.
Es
el amor que los une. El amor que une a cada uno. Al Maestro, al discípulo, a
los seguidores, a la gente que sufre, a la gente que está agradecida, a las
manos que participan en la solidaridad.
Esto
es el amor, no hay duda. A pesar de todo el odio, el sufrimiento, el fracaso,
la avaricia del poder, la agresión, las luchas, la abnegación y el amor es lo
que da sentido. A través de los otros, ayudando y ayudándose a vencer la frustración
y vacío existencial.
Es
el amor de la humanidad expresado de ser humano a ser humano.
Y
esto es el amor por el Maestro que une nosotros todos: discípulos, pacientes, alumnos,
lectores, los que se han fascinado por su presencia en conferencias… Él nos une
a todos nosotros.
Desde
estas tierras, tierras fértiles ávidas para la esperanza, enviarle nuestros
deseos más cálidos.
Muchas
gracias Dr. Viktor E. Frankl."