Kirk J. Schneider y Orah T. Krug, en su libro “Existential-Humanistic
Therapy” (Terapia Humanístico-Existencial), 2009, American Psychological Association, nos explican los antecedentes de
este movimiento, cuál es la situación actual en este campo, cuáles son las
investigaciones que se llevan a cabo y su futuro.
Citamos en castellano: “Las investigaciones muestran que
factores personales e interpersonales son responsables del resultado terapéutico
positivo. A tal punto que estos factores están en el corazón de la práctica
Existencial, proponemos que los estudiantes que tienen la formación específica
en la terapia Existencial probablemente sean los llamados a efectuar el cambio
terapéutico.”
Nos ha parecido un tema interesante para la discusión en
diversos foros y para que todos sigamos investigando sobre el tema.
Completa esta idea lo expresado por Paul Smith Pickard: " Para mí, la terapia y el
encuentro terapéutico son siempre co-construídos como una forma de
interexperiencia más allá de nuestra humanidad compartida. Mi percepción del
cliente y mi autopercepción siempre es una experiencia incorporada que a veces
se opone a ser expresada en palabras en “esta relación mágica, este pacto entre
ellos y yo segun la cual presto mi cuerpo para que ellos inscriban en el y me
den su parecer.”' (Merleau-Ponty 1997: 146). A menudo pienso en el encuentro
terapéutico como un baile donde nos seguimos el uno al otro con pasos sutiles y
donde presto atención (al otro) con todo mi ser."
Me gustaría recibir comentarios de estudiantes y expertos sobre este tema y compartir opiniones que comprometen nuestro trabajo cotidiano con el otro que consulta en el ámbito de la psicoterapia. Existe una extensa bibliografía sobre Existencialismo. En este mismo blog publicamos una lista orientativa. No es tiempo perdido visitar bibliotecas y consultar estos libros clásicos.
La
Psicoterapia Existencial nos exige a los responsables de su realización en el
campo de la Salud una
marcha hacia el desarrollo por los caminos de la fundamentación, de la
aplicación de la teoría a la práctica, de las investigaciones basadas en tests
y estadísticas y en nuestro compromiso.
Este compromiso obliga a
considerarla más que una mera ciencia como un elemento de arte y sabiduría
donde técnica y encuentro desaparecen como dicotomía.
Son claras las necesidades de
nuestra disciplina en el campo investigativo. Es una tarea que, con agrado,
hemos desarrollado muchos de nosotros y que ha promovido numerosos discípulos
que aplican esos avances con creatividad y responsabilidad.
Pero no se han realizado los
estudios comparativos necesarios entre diferentes autores, no se ha producido
la tan necesaria sistematización de datos, no somos muy afectos a la validación
de nuestra tarea por jueces externos por aquello de sostener la “co-visión” y
rechazar la “supervisión” y las comunicaciones entre investigadores son muy
pocas y se limitan a estos encuentros periódicos.
Es necesaria una mayor
motivación para que aumente la asistencia a cursos dictados por prestigiosos
profesionales que ayuden a dilucidar definiciones operacionales fundamentales
sobre conceptos como, por ejemplo, “autotrascendencia”, “libertad”,
“responsabilidad”, “sentido de vida”, “el poder desafiante del espíritu”,
“situación límite” y “capacidad de enfrentar la enfermedad”, especialmente en
las enfermedades graves, crónicas o terminales.
Esta
descripción de los aspectos principales a tener en cuenta para la validación
del Análisis Existencial y la Psicoterapia Existencial quiere animarlos y
desafiarlos, en su mas profundo sentido etimológico, para que contribuyan con
su trabajo y creatividad al desarrollo de esta disciplina.
Nuestro trabajo es algo más que
una técnica. Es apelación. Es cura del otro. Es arte y compromiso. Debemos
transmitir nuestro poco saber a los jóvenes, Psicoterapeutas Existenciales del
siglo XXI, quienes deben mantener encendida la antorcha que guiará nuestras
investigaciones.
Nos aguardan, diría yo expectantes por contribuir al desarrollo de la Psicoterapia
Existencial,, libros de Martin Buber, Dilthey, Marcel Gabriel, Husserl, Jaspers,
Kierkegaard, Lukas, May, Minkowski, von Uexküll, von Wizsäcker, Yalom, Frankl y tantos
otros.
Reitero mi consejo, luego de 40 años de profesión: buena lectura para todos y mejor diálogo y encuentro entre colegas.
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