Dr. Frankl y Dr. Martínez-Romero en Caracas 1985

sábado, 28 de enero de 2023

La situación límite de la muerte. Análisis epistemológico de la relación del Método Simonton y la Logoterapia. Homenaje al Dr. Alberto de Juan.

 

Miembros de la Comisión Directiva fundacional (1992) de la Fundación Argentina de Logoterapia "Viktor E. Frankl". (Buenos Aires). Entre ellos, el Dr. Alberto de Juan y el autor de esta nota.

Dr. José Martínez-Romero Gandos

A Coruña- Galicia - España

 

          El Enfoque o Método Simonton se aplicó desde finales de la década de los 80, en el siglo pasado, como coadyuvante en el tratamiento de enfermos de cáncer en su grado terminal (Grado IV) propuesto por el Dr. Carl Simonton (1942-2009) y colaboradores. Simonton fue un oncólogo de EE.UU. pionero en establecer la relación mente-cuerpo en la lucha contra el cáncer, actividad que fue denominada, desde entonces, psico-oncología.

          Hasta donde sabemos el Dr. Alberto de Juan (1936-2010) fue pionero en la República Argentina en realizar estudios e investigaciones sobre la aplicación de este método y su relación con la antropología existencialista, especialmente orientada hacia la Logoterapia frankleana.

          Trabajé junto al Dr. de Juan en el Hospital Interzonal General de Agudos “Prof. Dr. Luis Güemes” de la Provincia de Buenos Aires, República Argentina, entre los años 1969 y 1974 y posteriormente compartimos en Buenos Aires, junto con otros logoterapeutas, la creación de la Fundación Argentina de Logoterapia “Viktor E. Frankl”.

          Conozco su interés por esta propuesta y compartí sus preocupaciones, estudios, investigaciones al respecto y la elaboración de un trabajo modelo que publicó en la Revista LOGO en 1990. Este trabajo pretende retomar esas ideas y rendir homenaje al Dr. Alberto de Juan, eminente neurólogo, neurocirujano, investigador del CONICET, formado en Electrónica en la Facultad de Ingeniería de la UBA y especialista en electroencefalografía. Pero señalar que, por sobre toda esta formación y práctica profesional, siempre encontramos en él a un humanista, a un médico preocupado por sus pacientes para tratarlos de acuerdo con las únicas particularidades de su personalidad, con humildad pero con vehemente convicción que su amor por el otro establecería un diálogo interpersonal que aportaría una expansión de la conciencia y libertad de ambos, tratante y tratado. Un existencialista convencido y no siempre comprendido por sus colegas.

          Simonton fue el autor del libro Recuperar la salud (1988). Afirmó que el cáncer se puede tratar con técnicas de relajación y visualización y que los pacientes se curaron con sus métodos. El médico Edward R. Friedlander, que investigó a fondo las técnicas de Simonton, observó que, aunque algunos pacientes encontraron que el tratamiento no controlaba los tumores, su enfoque era útil y les deparaba una vida mejor y esperanzada. Aún hoy funciona el Simonton Cancer Center que ofrece un programa de capacitación en asesoramiento sobre el cáncer basado en el enfoque único desarrollado por el Dr. Carl Simonton. Este Centro afirma que el programa de capacitación ofrece una experiencia profunda, personal y práctica para asesorar a pacientes con cáncer, realizar grupos de apoyo o sesiones, así como para resolver eficazmente las crisis que enfrentan los pacientes y sus personas de apoyo.[1]

          Según sus actuales directivos el Simonton Cancer Center ofrece la aplicación del  Método Simonton en su forma actual y más evolucionada, que se puede describir como una terapia integral de autoayuda cognitivo-conductual para pacientes con cáncer y sus personas de apoyo. Según ellos este enfoque es integral porque aborda directamente todas las esferas de la existencia humana: emocional, cognitiva, conductual, social y espiritual integrada en un programa internamente consistente. Las intervenciones terapéuticas se basan en la teoría del aprendizaje moderno, así como en las enseñanzas antiguas. Estos incluyen asesoramiento individual, grupal, familiar y social, así como educación en habilidades de autoayuda que los pacientes y sus personas de apoyo pueden usar para resolver problemas de manera efectiva en todas las áreas de sus vidas.

          Utilizaremos como réplica las propias palabras del Dr. de Juan (1990) cuando en su trabajo afirma: “Esta metodología desarrollada por los esposos Simonton, remite a una antropología bio-psico-social, con una conceptualización psicológica interpretativa psicoanalítica con innegables influencias lacanianas, para ser aplicada a enfermos terminales de cáncer. Dada la inclusión de esta metodología en las ciencias positivas, propias de los ambientes científicos académicos, es natural que los Simonton consideren al hombre como un ente bio-psico-social, y no como una persona potencialmente libre, que “siendo” asume el riesgo de serlo, aún en las circunstancias límites de su propia muerte. A pesar de no nombrar en sus trabajos la palabra libertad, apelan continuamente a ella, aún cuando afirmen que las mejorías observadas son debidas a consideraciones narcisisticas y a los fenómenos de transferencia-contratransferencia”

          Nos abre el comentario anterior a la consideración de la posición existencialista acerca de la esencia del hombre, la libertad.

          Pocos analistas existenciales y logoterapeutas presentan trabajos en los que tengan en cuenta, muy especialmente, el análisis de los aspectos epistemológicos. Si buscamos en la bibliografía encontramos referencias a estos aspectos por parte de Efrén Martínez, en Colombia, Oscar R. Oro en Argentina  que puede entenderse en dos sentidos: a) como una reflexión sobre el conocimiento que adquiere el psicólogo sobre un objeto, y b) como una reflexión sobre el conocimiento que adquiere el psicólogo sobre un sujeto capaz de representarse los objetos. En el primer sentido la epistemología se limita a describir hechos, mientras que en el segundo da un paso más: busca interpretarlos. La epistemología se centra, entonces, en el estudio de los métodos que usa la psicología, y en la forma en la cual intenta explicar las conductas.

          Para Efrén Martínez (2012) toda psicoterapia tiene una estructura teórica, un modelo de funcionamiento y unos procedimientos técnicos enmarcados en una visión epistemológica y antropológica, bien sean estas explicitas o implícitas (Martínez, Efrén (2012).

          En un aporte que realiza para la Revista Nous, Oscar Oro (2002) intenta mostrar las posibilidades de ajustar el ejercicio de la psicoterapia a presupuestos epistemológicos, en sentido amplio. En este caso la propuesta se realiza en el marco de la psicología comprensiva (Jaspers) y la logoterapia (Frankl).

 

          Emilio Romero (2018) quien tiene abundante bibliografía al respecto de lo expresado más arriba afirma en en "Bússola para navegantes do século XXI” (Brújula para navegantes del siglo XXI): “La adhesión irrestricta y acrítica a una doctrina es un error. Es un error contrario hasta del buen sentido la adhesión irrestricta y acrítica a una doctrina, sea filosófica, psicológica o religiosa. En Psicología es muy común que los estudiantes se afilien a un enfoque determinado como si fuese un texto bíblico, un conjunto de dogmas indiscutibles. (…) Una adhesión cerrada a un autor es una forma de esterilidad. Cuidado: no estoy negando la importancia de ciertas figuras. Debemos conocer sus aportes. Debemos mantener lo que Gastón Bachelard llamó “la vigilancia epistemológica” que nos exige una actitud crítica sobre teorías filosóficas que parecen darnos respuestas a todas nuestras necesidades de comprensión. Eso es una ilusión. Y nos reafirma conceptos. El primer principio aplicable a la Psicología es: todos los enfoques son válidos siempre que muestren consistencia teórica y fundamentación suficiente, sea por vía observacional-empírica, sea por vía fenomenológica y dialéctica. Se trata de consideraciones compatibles con el sentido del respeto y la cortesía, pero sin miedo a hacer una crítica cuya validez será mostrada por las debidas argumentaciones”[2]

 

               Esto último es lo que esperamos realizar y que realicen nuestros colegas en la consideración del presente trabajo.

      En la consideración de las publicaciones acerca de la actividad psicoterapéutica es importante distinguir el método hipotético deductivo del método fenomenológico, cuidando no caer en errores epistemológicos frecuentes: confundir la mención teórica de uno y actuar en la práctica siguiendo los procedimientos del otro.

           En una declaración realizada por la Confederación Mundial de Terapias Existenciales (2016) un grupo internacional, que representa un corte transversal de terapeutas  existenciales contemporáneos, se juntaron en un esfuerzo cooperativo para crear una amplia definición de lo que consideraron “Psicoterapia Existencial”. Nos dicen en el comienzo de un largo trabajo que “Como en otras aproximaciones terapéuticas, la Terapia Existencial principalmente (pero no exclusivamente) se preocupa por las personas que están sufriendo o en crisis. Algunos terapeutas existenciales intervienen con la intención de aliviar o mitigar tal angustia cuando es posible ayudar a las personas a competir con los desafíos inevitables de la vida de una forma más significativa, satisfactoria, auténtica y constructiva”. Nos aclaran, además, que “ (…)la Terapia Existencial principalmente (pero no exclusivamente) se preocupa por las personas que están sufriendo o en crisis”.

           Teniendo en cuenta el propósito de este trabajo que deberá centrarse en la aplicación del método Simonton y su análisis epistemológico desde la óptica del Análisis Existencial y la Logoterapia citaremos otro párrafo de la declaración que nos dice: “La terapia existencial no se define, predominantemente, sobre la base de ninguna técnica(s) particular predeterminada. Ciertamente, algunos terapeutas existenciales evitan totalmente el empleo de cualquier intervención técnica, acordando que tales métodos artificiales pueden disminuir la cualidad esencial humana, la integridad, y la honestidad de la relación terapéutica. Sin embargo, una práctica terapéutica común a prácticamente todo el trabajo existencial es el método fenomenológico. Aquí, el terapeuta procura estar totalmente presente, comprometido y libre de expectativas tan como sea posible durante todos y cada encuentro terapéutico intentando temporalmente dejar de lado todas las preconcepciones en cuanto al proceso. El objetivo es ganar una comprensión contextual más clara  y a fondo y la aceptación de que una cierta experiencia podría ser significativa a esta persona específica precisamente en este tiempo de su vida.”

           Resulta difícil expresar los objetivos de una psicoterapia basada en el Análisis Existencial y la Logoterapia. En una reciente publicación en la Revista AORISTO el Dr. Yaqui Martínez Robles (2017) nos dice en el resumen de su importante trabajo: “La fenomenología-existencial propone una práctica terapéutica que no busque curar o solucionar problemas, sino clarificar la situación existencial del cliente. Esto tiene varias implicaciones para los terapeutas, como la invitación a: describir en vez de explicar – descripciones que realizan tanto paciente como terapeuta–, explorar la tensión que existe entre lo que está ocurriendo y lo que suponemos que debería ocurrir, aceptar lo relativo de las posibilidades y perspectivas que se despliegan en diversos contextos, examinar la complejidad de cada situación, preguntar –por tonta que pueda parecer la pregunta–, reconocer nuestra incapacidad para renunciar a nuestras preferencias, estar disponible para evidenciar nuestras dudas e incomprensiones, y a lograr una “actitud de no-saber” – la humildad de reconocer que todos nuestros conocimientos no son suficientes para conocer con certeza la realidad”.

           En nuestro recorrido temporal en el ejercicio de la Psicoterapia nos acercamos a numerosas personas que encontraron sentido a su vida durante el proceso aún en circunstancias personales de enfermedad biológica o crisis existenciales afirmando con su experiencia que “Aún en las peores circunstancias, la vida vale la pena vivirla” (Frankl). Y lo han hecho en ese tiempo de vida que, en muchas oportunidades, estaba muy cerca de la muerte.

           Debemos señalar aquí que el Método Simonton y su combinación con el Análisis Existencial y Logoterapia no deberá limitarse a su aplicación a enfermos con procesos tumorales malignos sino que puede generalizarse a toda patología de índole invalidante o crónica que pueden o no acompañarse de transtornos del sistema inmunitario. En principio es una tarea a realizar en un nivel de colaboración médico-psicológica. Esta tarea la puede realizar un Psicólogo o Psicóloga tanto en el ámbito hospitalario como en la consulta privada.

           No siempre los planes de estudio de las Licenciaturas en Psicología incorporan asignaturas que permitan un conocimiento general de la fisiología del sistema nervioso y sus patologías o un nivel aceptable de información sobre patologías tumorales y/o de enfermedades crónicas como las mencionadas en la bibliografía sobre el método que nos ocupa.

           En nuestro caso tuvimos la excelente oportunidad de ser formados por médicos especialistas en una Licenciatura en Psicología de la Universidad de Buenos Aires, allá por los años 60 del siglo pasado. En esa década se había conformado en esa Facultad de Psicología un equipo interdisciplinario de profesionales (médicos, psicólogos, psicopedagogos y fonoaudiólogos) que tenían como fin común la investigación de temas relacionados con las funciones cognitivas. El equipo estaba liderado por el Dr. Juan Azcoaga de quien fuimos alumno. También aportaron conocimientos a nuestra formación el Dr. Julio Aranovich, el Dr. Juan Cuatrecasas (1899-1990), médico español exiliado en Buenos Aires autor de una interesante obra psicobiológica, antropológica, bio-psico-sociológica y médica, quien fuera nombrado por la Universidad Kennedy Director Emérito de su Escuela de Graduados. Luego de muchos años de docencia siempre recibía con su natural humildad y sabiduría en su domicilio de la calle Bartolomé Mitre, 2087 en Buenos Aires. Asimismo, podemos mencionar a los doctores Dr. Carlos Bernad, Dr. Hugo D’Aquila y Dr. Héctor Bonolli Cipolletti quienes en septiembre de 1974 me propusieron como el primer Psicólogo miembro de la Asociación Argentina de Psiquiatría Infantil precisamente por esa formación que mencionábamos.

          Recordar, asimismo, que en el año 1982 se crea la Sociedad Neuropsicológica Argentina (SONEPSA) y en 1989 se realiza en Buenos Aires el primer Congreso Argentino de Neuropsicología organizado por SONEPSA. En 1990 se crea el Servicio de Investigación y Rehabilitación Neuropsicológica en el CEMIC de Buenos Aires, hitos importantes en el avance de los aportes de la Psicología para el logro del bienestar y salud de las personas tratadas por sus patologías.

          Esa formación recibida fue decisiva en nuestro trabajo profesional en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Interzonal General de Agudos “Prof. Dr. Luis Güemes” de la Provincia de Buenos Aires, Argentina (1969/1974) donde coincidimos con el Dr. Alberto de Juan, en el Hospital “Dr. Teodoro Álvarez” de la Ciudad de Buenos Aires (1974/1977) y en la consulta privada (1970/2002) en la ciudad de Buenos Aires y luego en la ciudad de A Coruña, Galicia (2002/2022).

          Quede aquí establecido mi homenaje al Dr. Alberto de Juan y al Dr. Carl Simonton.

e-mail: jmrsentido@gmail.com


 BIBLIOGRAFÍA

de Juan, Alberto (1990) La autotrascendencia del existir humano en la situación límite de la muerte. El enfoque Simonton a la luz de la logoterapia. Rev. Logo, nº 11, Buenos Aires. pp. 18-22.

 Friedlander, Edward R. (1985) Dream Your Cancer Away: The Simontons. In Douglas Stalker, Clark Glymour. (1985). Examining Holistic Medicine. Prometheus Books. pp. 273-285. 

 https://logoterapiagalicia.blogspot.com.es/2016/11/que-es-la-terapia-existencial.html  (¿QUÉ ES LA TERAPIA EXISTENCIAL? Definición de la Confederación Mundial de Terapias Existenciales. Traducción del Dr. José Martínez-Romero Gandos).

 Martínez Robles, Yaqui A. (2017) Implicaciones de una práctica Fenomenológico - Existencial en el mundo de las terapias psicológicas.  Revista AORISTO, International Journal of Phenomenology, Hermeneutics and Metaphysics - Toledo, n˚1, v. 2 (2017) p. 319

 Martínez, Efrén (2012). La Logoterapia de Viktor Frankl como Psicoterapia Contemporánea; Revista Peruana de Logoterapia Clínica y enfoques afines Año I. Número 001. Octubre 2012.

Oro, Oscar R. (2002). Epistemología y psicología. Un aporte desde la psicología comprensiva y la logoterapia. Revista NOUS, (6), 9-22 de la Fundación Argentina de Logoterapia “Viktor E. Frankl”.

Romero, Emilio (2018) Bússola para navegantes do século XXI. 2ª edição, janeiro 2018

Simonton, Carl, Mattews-Simonton, S. et Creighton, J. (1988) Recuperar la salud. Ed. Raíces, España.

World Confederation for Existential Therapy (2016) To the community of existential therapists in the world.  Existential Therapy. Publicado en el blog LOGOTERAPIA: Encontrar sentido a la vida. 5 de noviembre de 2016.


[2] A adesâo irrestrita e acrítica a uma doutrina é um erro. É um erro contrario até do bom senso a adesão irrestrita e acrítica a uma doutrina, seja filosófica, psicológica ou religiosa. Em psicologia é comum que os estudantes se filiem a um enfoque determinado como se fosse um texto bíblico, um conjunto de dogmas indiscutíveis. Uma adesão fechada a um autor é uma forma de esterilidade. Cuidado: não estou negando a importância destas figuras. Devemos conhecer seus aportes. Devemos manter o que Gaston Bachelard chamava “a vigilância epistemológica”, que nos exige uma atitude crítica sobre todo de doutrinas filosóficas que parecem dar-nos respostas para todos nossas necessidades de compreensão. Esta é uma ilusão” E reafirma conceitos para nós: Primeiro principio aplicado à psicologia: todos os enfoques são válidos sempre que mostrem consistência teórica e fundamentação suficiente, seja por via observacional-empírica, seja por via fenomenológica y dialética. Trata-se de considerações compativeis com o senso do respeito e da cortesia, mas sem medo de fazer uma crítica cuja validade será mostrada pelas devidas argumentações.