Dr. Frankl y Dr. Martínez-Romero en Caracas 1985

miércoles, 7 de junio de 2017

EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA


Por el Dr.  José Martínez-Romero Gandos
A Coruña - Galicia - España
 Todo puede serle arrebatado a un Hombre
menos la última de las libertades humanas:
la de elegir su propio camino.  Porque, si no
está en sus manos cambiar una situación que
produce dolor, siempre se puede escoger
la actitud con la que enfrentarla.
Dr. Viktor E. Frankl


El Hombre de hoy carece de instintos que le digan qué hacer, contrariamente a los hombres del pasado que conservaban tradiciones y regulaciones éticas que se lo indicaban.   Al no saber lo que tiene que hacer, la persona puede caer en la tentación de hacer lo que los demás hacen o desean (conformismo) o lo que los demás imponen (totalitarismo). Un tercer riesgo es desarrollar lo que  el famoso neurólogo, psiquiatra y psicoterapeuta vienés del S.XX, Viktor E. Frankl- creador de la denominada Tercer Escuela de Viena: la Logoterapia- llamó neurosis noógenas.

Diferenciar esta neurosis noógena de la neurosis en sentido estricto se hace necesario porque los conflictos que desarrolla la primera, son conflictos de Conciencia, colisión con los valores, e intensa frustración existencial. Aquí debemos preguntarnos si hoy  podemos ayudar al Hombre existencialmente frustrado a encontrar un sentido en su vida. Muchas personas piensan que tal  vez  es tarde para esta tarea en un mundo totalmente globalizado, en crisis y vacío existencial. Los Logoterapeutas, por ejemplo, entre otros tantos profesionales de la salud mental, consideramos que no, que nunca es tarde.


Las presiones económicas, la recesión, la pobreza estructural y la crisis frente a la creciente frustración existencial provocada por nuestra sociedad consumista, exitista, competitiva y carente de oportunidades (especialmente en el ámbito del trabajo) precisa una perspectiva "holística" y no "globalizante" para poder descubrir las verdaderas necesidades de los individuos y proveer al desarrollo de su condición esencial: Ser Persona. La clave para evitar la caída en el vacío existencial, la profusión de adicciones, el aumento de las enfermedades de todo tipo y las guerras es la Solidaridad. Afirmamos así, que cada persona es única e irrepetible, libre y responsable para decidir sobre su futuro y sobre su autotrascendencia. Siempre.

Nos decía Frankl que esta frustración existencial no es manifiesta sino latente. El vacío existencial permanece larvado y se muestra con varias máscaras. Una de ellas es la depresión. No aquella reactiva al sufrimiento, la carencia de alimento para los hijos o a la pérdida de un ser querido; sino la depresión por la conciencia de una vida sin sentido. Aquella depresión “de los ejecutivos, ricos o poderosos” que aún arrojados a la intensa actividad social, cultural o deportiva, reprimen su voluntad de sentido por una voluntad de poder y dinero.

“La vida del Hombre común y también la del hombre que sufre, sigue teniendo sentido, A PESAR DE TODO. “Lo afirma Viktor Frankl- quien entre otras difíciles circunstancias  sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau- desde la convicción de que el hombre es capaz de transformar en servicio cualquier situación que, humanamente considerada, no tiene ninguna salida.

Buscar  “la cura”, en el cuidado de un Otro es indispensable.  Ese Otro puede ser hermano, amigo, hijo o compañero.  Muchas veces esta compañía es el verdadero trampolín que los coloca nuevamente en la senda del sentido.  Aceptan la transitoriedad de la existencia, superan el sufrimiento y recobran la esperanza. Cuando esto no es posible, cuando no han podido superar estos trances y dirigir su dolor hacia algo o hacia alguien a quien amar, recurren a un profesional: médico, psicólogo,  logoterapeuta, psicopedagogo o religioso.

El desafío del Ahora, es construir un sistema en el que la Solidaridad sea el centro. Una Solidaridad que permitirá no sólo prevenir los problemas psicopatológicos derivados de sentimientos profundos de soledad provocados por esta sociedad globalizada, sino vigilar además la aparición de comportamientos alterados que modifican e impiden  vivir la vida en plenitud, y alteran la convivencia familiar  y social.

Vivenciar la naturaleza espiritual de ser Persona, aliviar la angustia por la finitud de la vida auto trascendiéndola. Internalizar que la Vida nos es dada para vivirla plenamente a pesar de las circunstancias adversas y aún hasta las terribles que puedan presentársenos, y  resignificarla desde nuestros propios valores, es ir al  reencuentro de su Sentido, porque como ya dijimos, la vida siempre lo tiene.

El autor es Doctor en Psicología.
 jmrsentido@gmail.com


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