Dr. Frankl y Dr. Martínez-Romero en Caracas 1985

martes, 1 de marzo de 2011

SALUD Y SENTIDO - Aportes de la Logoterapia a la enfermería

Taller: “Logoterapia y auxiliares de la salud”
Autor: Lic. Luis González        (Esquel-Chubut-Argentina)
Desde el momento en que se pone el pie en el terreno de esa postulada “psicoterapia que arranca de lo espiritual”, toda la actitud espiritual del médico, su posición ideal concreta, se convierte explícitamente –y no de un modo implícito como ocurre en general en toda la práctica médica- en la afirmación del valor “salud”. (Viktor Frankl, “Psicoanálisis y existencialismo”)

Tomaremos como punto de partida para dar inicio a este taller a la denominada antropología dimensional frankliana; ésta considera al hombre como un ser bio-psico-socio-espiritual, y esta concepción del ser humano implica a su vez una consideración de la salud humana. Desde la Logoterapia decimos que ésta es una visión integral del ser humano, y así debe ser la concepción de la salud que de ella se deriva. Como lo afirma el epígrafe citado al inicio, una de las concepciones logoterapéuticas básicas es partir del valor salud; esto a su vez implica no tomar como punto de partida la enfermedad, y una serie de consecuencias en el accionar práctico que observaremos a lo largo del taller.
Mucho tiene para aportar la Logoterapia al campo de la salud. Más allá de las consideraciones teóricas, son de suma importancia las aplicaciones prácticas que la Logoterapia brinda a todas las profesiones vinculadas al cuidado y la promoción de la salud. En esta oportunidad es mi intención ir más allá de la aplicación de la Logoterapia como “terapia”, la que generalmente queda en manos de los Médicos y Psicólogos; todas las otras profesiones relacionadas con la salud –personalmente no me agrada denominarlas auxiliares, a saber: enfermeros, trabajadores sociales, terapistas ocupacionales, kinesiólogos, etc.- tienen un amplio campo de acción bajo la guía de la Logoterapia, pudiéndose englobar su accionar en el marco de lo que se denomina “logoactitud” aplicada al campo de la salud. Debo aclarar que como mi labor se concentra en el campo de la Enfermería, en muchos casos me referiré a esa profesión, aunque en realidad los conceptos que se viertan pueden aplicarse a cualquiera de las otras.
Desde la óptica existencial, la primera herramienta terapéutica es nada más ni nada menos que el encuentro. Pensemos en cualquier situación en la que pueda desarrollarse la labor de los enfermeros en el ámbito de un hospital general: un paciente internado en grave estado en la sala de terapia intensiva, una curación en un centro de salud, la atención de un politraumatizado de urgencia en la guardia; en todas ellas, más allá de las evidentes diferencias, vemos que se producen encuentros entre dos personas: el agente de salud  -que posee su técnica y su conocimiento específico- y el paciente –que se presenta en esta oportunidad como persona enferma, que sufre determinada dolencia-. Entonces, más allá de los diferente roles ocupados, estamos ante el encuentro de dos existencias; este encuentro puede limitarse al sólo hecho de la aplicación por parte del agente de salud de determinados conocimientos a través de técnicas específicas que son recibidas pasivamente por el otro, ó bien   – basándonos en la concepción integral de persona anteriormente apuntada- puede ser una oportunidad útil para incluir otros elementos que hagan terapéutica a una situación que de por sí ya posee todos los elementos como para serlo.
Basándonos en lo planteado por Guttman[1] respecto a la aplicación de la Logoterapia en la Enfermería, podemos afirmar que la misma puede darse en cuatro áreas: prevención, promoción de la salud , cuidado de la enfermedad y rehabilitación. En el presente taller haremos hincapié en éstos dos últimos aspectos, y principalmente en el referido a los cuidados a la persona enferma.
Ahora bien, detengámonos un momento en un concepto muy utilizado en el ámbito de la Enfermería, como es el de “relación de ayuda” ¿Qué es esta relación sino una relación terapéutica, en el marco de ese encuentro interhumano que describiéramos anteriormente?. Haremos hincapié en dos aspectos que, según mi criterio, hacen de esta relación de ayuda una oportunidad privilegiada para:
-        la realización de valores creativos por parte de los agentes de salud
-        la promoción de valores de actitud en los pacientes por parte de aquellos
Sabido es que una de las maneras de realizar lo que la Logoterapia denomina valores de creación es mediante la realización de una obra, y el campo del trabajo es precisamente una de las áreas de la actividad humana en las que esto puede darse.
Regresemos por un momento a los valores de actitud. Sabemos que estos se realizan siempre que admitimos como tal algo irreversible y fatal como el destino. Frente a éste, quedan dos caminos: modelarlo, cuando esto es posible, a través de valores creativos,  y cuando esto resulte imposible, comportarse conforme a los valores de actitud, a sabiendas de que el auténtico padecer representa una aportación humana.
Respecto al dolor ó sufrimiento humano –y partiendo de considerar la mismo como una situación límite-, también podríamos decir que existen dos caminos: la resignación pasiva, ó bien su aceptación activa, mediante la puesta en juego de valores actitudinales. El dolor forma parte, con pleno sentido, de la vida humana, y no es posible separarlo de la misma; a través del mismo el ser humano puede madurar y crecer como persona. Esta concepción del sufrimiento humano lo considera fuera de cualquier categoría patológica. Por eso, una de las tareas del auxiliar de salud, desde esta perspectiva, es poner al ser humano en condiciones de aceptar su sufrimiento.
Es precisamente este homo patiens hacia quien van dirigidas las acciones de los agentes de salud, y desde esta perspectiva se pretende que esas acciones, vehiculizadas a través de los cuidados y la ayuda, tiendan a que esa persona que sufre desarrolle su esencia. Esto se logra con la promoción de valores actitudinales, a través de un encuentro existencial con una intencionalidad humanizante.
Ahora bien, ¿qué puede hacer concretamente un agente de salud ante ese ser humano que sufre? Siguiendo los lineamientos planteados por Kass[2], podemos identificar cinco pasos en la relación, a saber:
1.     escuchar al paciente desde una verdadera empatía[3]
2.     responder desde la simpatía, realizando una alianza promotora de la salud entre el agente de salud y el paciente
3.     poder viabilizar la expresión dialógica de los pensamientos y sentimientos del paciente
4.     conversar con el paciente sobre su situación de crisis de salud, enfocándola desde el punto de vista logoterapéutico (esto puede ayudar a que descienda el nivel de ansiedad, y que perciba que su crisis puede mejorar en alguna dirección particular)
5.     al comprender el paciente que su situación de crisis puede mejorar en alguna dirección particular, se lo ubica en un lugar de sujeto de sufrimiento sin estigmatizarlo desde una categorización psicopatológica
Realizando aún un análisis más pormenorizado de esta intervención, podemos ver que Travelbee[4] considera otros dos momentos previos en esta relación, hablando de :
a)    encuentro original
b)    revelación de identidades emergentes
c)     empatía
d)    simpatía
Observamos aquí que antes de ese acercamiento desde una mirada logoterapéutica se produce el mero encuentro –lo cual coincide con lo que se planteó anteriormente acerca del contexto en el que se da la relación de ayuda y cuidados propia de la enfermería- y la “revelación de identidades emergentes”, pasos a partir de los cuales recién se iniciaría una verdadera relación interhumana. Es interesante destacar que esta autora, al considerar estos dos momentos iniciales, no se refiere solamente a la persona del agente de salud sino también a la persona en situación de enfermedad, es decir que sería un proceso mutuo.
Podemos comparar este modelo de intervención con los lineamientos, más generales, que Guttman[5] plantea respecto de cómo el Enfermero puede potenciar su labor utilizando elementos de la Logoterapia en diferentes momentos del proceso de atención a una persona enferma, siendo los mismos:
- la evaluación del paciente
- la búsqueda de alternativas significativas
- la implementación de cambios en el estilo de vida
- la elección del estilo de vida más apropiado por parte del paciente
          Se hace casi obvio que, desde esa afirmación del valor “salud” que mencionábamos al principio, este estilo de vida siempre estará orientado hacia el mismo. Como también es evidente que esa elección –y desde un enfoque existencial no podría ser de otra manera- el paciente deberá basarla en su propia libertad y responsabilidad.
          Todos estos elementos, que intentan ser aportes para la humanización de la labor de los agentes ó auxiliares de salud, no pretenden ir en detrimento de las capacidades técnicas propias del campo de cada uno de ellos. Pero si a esos saberes instrumentales le sumamos la capacidad de comprensión del sufrimiento como específicamente humano, podemos afirmar que tendremos, además de un buen enfermero, un enfermero más humano.-


[1] David Guttman, en su libro “Logoterapia para profesionales. Trabajo Social significativo”, plantea que la Logoterapia, por su concepción de la persona como un ser bio-psico-espiritual es compatible con el enfoque holístico de la Enfermería moderna.
[2] Jared Kass, en un artículo citado en la bibliografía (“Coping with life-threatening illnesses using a logotherapeutic approach. Stage I: health care team interventions”, que podría traducirse como “Entendiéndose con pacientes con amenaza para su vida desde un abordaje logoterapéutico. Etapa 1: intervenciones de equipos auxiliares de salud”) plantea que la persona que padece una enfermedad atraviesa una crisis de salud, y que luego de identificar los elementos básicos que componen la misma el agente de salud puede acercarse al paciente desde un modelo determinado.

[3] Para acercarnos a una breve definición técnica de los conceptos de “empatía” y “simpatía”, nos basaremos en Joyce Travelbee. Esta autora del campo de la Enfermería define empatía como “...el proceso por el cual un individuo es capaz de comprender el estado psicológico del otro”, mientras que  la simpatía implica un deseo de ayudar al individuo que sufre”.
[4] Travelbee, Joyce (citada por Hobble, William H; Lansinger, Theresa; Magers, Jude A. y McKee, Nancy J. en “Modelos y teorías en enfermería”, op. cit. en Bibliografía, cap. 23: “Modelo de relación de persona a persona”; los autores afirman que esta enfermera “basó los supuestos de su teoría en los conceptos de la logoterapia”, p. 356).
[5] Guttman, David, op. cit.
 

Bibliografía
§  Acevedo, Gerónimo: “Logoterapia y Medicina”, en revista LOGO, Nº 2
“El modo humano de enfermar”, Ed. Fundación Argentina de Logoterapia “Viktor E. Frankl” (Buenos Aires, 1996)
§  Etcheverry, Juan Alberto: “Viktor Frankl y la Logoterapia”, Ed. Almagesto, Buenos Aires, 1990
§  Fizzotti, Eugenio: “De Freud a Frankl”, Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1977
§  Frankl, Viktor: “Ante el vacío existencial”, Ed. Herder, Barcelona, 1986
                              “El hombre doliente”, Ed. Herder, Barcelona, 1987
                              “Psicoanálisis y existencialismo”, Ed. FCE, México, 1982
§  Guberman, Marta y Clar, Damián: “En búsqueda del sentido existencial. El enfermo crónico: una desafío más allá de la tecnología”, en revista LOGO, Nº 4 y 5, 1987
§  Guttman, David: “Logoterapia para profesionales “, Ed. Desclée De Brouwer (Bilbao, 1998)
§  Kass, Jared: “Coping with life-threatening illnesses using a logotherapeutic approach. Stage I: health care team interventions”, en The International Forum for Logotherapy, Vol. 19, Nº 1, 1996
§  Lantz, Jim: “Logotherapy with chronic physical illness clients”, en The International Forum for Logotherapy, Vol. 21, Nº 2, 1998
§  Marriner-Tomey, Ann: “Modelos y teorías en enfermería”,  Mosby/Doyma Libros (Madrid, 1994)
§  Oro, Oscar; Sosa Terradas, Adriana; Torrijo, Silvana; Vigo, Marta: “Psicología Preventiva”, Ed. Fundación Argentina de Logoterapia “Viktor E. Frankl” (Buenos Aires, 1998)